~ DANEY ~ 14

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Jueves.

Contesto los mensajes que debo responder mientras miro de reojo a Alba, ella sigue avergonzada por todo lo que ha pasado.

Ayer llegó golpeada y en muy malas condiciones a mi departamento.

Cuando le abrí la puerta ella casi cae al piso al no poder mantenerse en sus propios pies y al verla así no pude evitar ayudarla, pero eso casi se sale de descontrol.

La vi tan indefensa que mi mente estaba resultando una completa basura, algo en mí se movió sintiendo una atracción desesperante hacia ella, no sé qué tengo en la cabeza para verla así cuando acababa de ser violentada, me enferma saber que hice de lado ese enorme y asqueroso suceso.

- Llegamos, señorita Benet - Robert anuncia al llegar a su edificio.

- Gracias... - dice con la voz temblorosa - Abogada, yo me voy.

- Antes de eso - la detengo - ¿Robert?

- Oh, lo siento - él se da cuenta de lo que quiero y comienza a buscarlo - Aquí tiene.

Me da una bolsa negra pequeña con lo que le pedí que comprara de la farmacia.

- Ten - se lo doy a Alba - Hay una medicina de venta libre para el dolor y la desinflamación, toma una pastilla.

Alba coge la bolsa echando un vistazo.

- Esto... ¿Son parches para dolor? - pregunta tomando uno.

- Sí, caminas algo raro y te vi más de una vez tocar tu espalda con dolor, debe ser por alguno de esos golpes que recibiste

Eso espero, el pensar que camina mal porque esos hijos de puta se atrevieron hacerle algo más, me hace querer llamar a toda la policía para cazarlos.

- Gracias... - sus ojos me miran con un brillo impresionante - Gracias por todo.

Carajo, no me mires así, no ahora.

- Debo irme, ¿puedes salir? - le pido al sentir mi estómago revoloteando.

- Oh, sí - abre la puerta - Lo siento.

Sale de la camioneta cerrando la puerta con cuidado.

- Gracias, señor - le dice a Robert al pasar por su puerta.

- Que tenga lindo día, señorita Benet - él contesta comenzando a manejar - ¿Señora?

- A la estación de policía ... - jadeo cubriendo mi boca con mi mano.

Dios, por favor haz que deje de sentirme toda rara por culpa de esa mujer.

- Mierda - susurro.

¿Por qué cada vez me involucró más con ella? Sus problemas son fuertes y aquí estoy intentando salvarla, cosa que podría ser perjudicial para mí.

- ¿Se encuentra bien, señora? - Robert pregunta.

- Sí... - respiro profundamente - ¿Tú, cómo estás? ¿En serio estás mejor? Ayer Ivy sonaba preocupada.

- Sí, señora - contesta - Solo estaba algo cansado, me disculpo por dejarla sola.

- Está bien.

Cierro los ojos y descanso en lo que llegamos a la estación de policía. Por la noche no pude dormir al saber lo que Alba tuvo que pasar, eso y el hecho de que tuve que cenar con ella sabiendo que no llevaba nada debajo de esa pijama.

Me siento mal por pensar así, no debo, no quiero, no es correcto.

- Señora... Señora - Robert me llama - Llegamos.

La amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora