~ ALBA ~ 19

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Domingo

Domingo por la mañana, despierto temprano a pesar de no tener alguna cosa real qué hacer.

Ayer lamentablemente no pude conseguir trabajo por la mañana, solo quedaron en llamar en dos lugares distintos, pero sé que no lo harán, así que me comprometí a buscar más opciones hoy, después de ordenar un poco en el departamento de la abogada, con la intención de encontrar algo que hacer que compense mi estadía aquí.

- Buenos días... - saludo en voz baja.

La abogada está recargada en la barra viendo algo en su tableta táctil, ¿tan temprano y ya está trabajando aun siendo domingo?

- Buenos días - alza la mirada - ¿Hoy trabajas?

- No, domingo será mi día libre en el restaurante, pero buscaré un trabajo por la mañana.

Ella asiente antes de bajar la mirada de nuevo a su tableta, parece que hace algo muy importante, su expresión es muy seria.

- Hay café, jugo de naranja y huevos hechos - murmura - Puedes servirte.

- Sí, gracias... - me acerco lentamente - ¿Los domingos también trabaja, abogada?

- No en la oficina, pero tengo que atender algunas cosas desde casa o fuera si es que hay algún caso repentino.

- Oh... - me sirvo un poco de jugo - Es impresionante lo mucho que trabaja, cada vez que la miro está atendiendo algo, ya sea por llamada o mensajes.

- ¿Impresionante? - pregunta frunciendo el ceño.

- Sí, me impresiona mucho conocer a una mujer tan trabajadora - trago saliva al darme cuenta como sonó eso - No me malinterprete, no digo que es raro que una mujer trabaje duro, lo impresionante es la manera en la que usted lo hace.

- ¿Lo dices después de verme dos días seguidos en una mala condición? Literalmente, tuviste que acostarme en la cama por lo mal que estaba y gracias a mi estado me retrasé mucho en mi trabajo.

- Estaba enferma, no tiene nada que ver con su desempeño diario.

¿Por qué estoy diciendo todo esto? Creo que se me escapó lo que estaba pensando.

- Hoy no planeo trabajar mucho - hace una mueca de disgusto - Tengo que hacer otras cosas... ¿Tú tienes planes?

- No - termino de servirme el desayuno - Haré limpieza para que su ama de llaves no tenga mucho que hacer mañana y después buscaré empleo.

Mastico el huevo, ¿ella lo hizo o lo pidió como ayer? Está muy bueno.

- Si no tienes verdaderos planes, ¿quieres acompañarme hoy? - pregunta.

Alzó la mirada de golpe, ella no me está mirando siquiera, ¿me lo preguntó a mí?

- ¿Me habló a mí? - me atrevo a preguntar aun con la más alta probabilidad de quedar como tonta.

- Sí - me mira con el ceño fruncido - ¿Hay alguien más aquí?

Y sí quede como total tonta, pero no por la razón que pensé.

- ¿Acompañarla? - pregunto nerviosa.

- Sí, voy a ver una casa que está en venta y no quiero ir sola.

¿No quiere ir sola? Pero ella siempre está sola, ¿no es así?

- Si quiere que la acompañe...

- No se trata de lo que quiera, se trata de que tú quieras hacerlo, si no quieres solo rechaza.

¿Rechazarla? Pero si no he podido rechazar nada de lo que me ha ofrecido, ¿piensa que aún puedo hacer eso?

- Si mi compañía puede servirle... La acompañaré con gusto.

La amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora