~ DANEY ~ 39

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Penúltimo capítulo.

- ¿Daney?
 
Escucho la voz preocupada de Alba.
 
¡¿Por qué carajos me equivoqué así?! Relacioné al imbécil de Andrew con el imbécil de su compañero.
 
- Lo siento... no pretendía subir así la voz - murmuro avergonzada - Sólo estoy algo cansada, ya es muy tarde, quiero llegar a casa a dormir.
 
- Lo entiendo, pero... - habla con precaución - ¿Por qué confundiste esa situación con José?
 
- No hay razón, sólo me equivoqué - respondo.
 
- Pero...
 
- Lo siento, justo ahora quisiera poner atención al camino, ¿Podemos hablar cuando lleguemos a casa?
 
Necesito ordenar mis pensamientos, mi día ha sido algo difícil.
 
- Está bien - Alba cede - Hablaremos en casa.
 
Me quita los ojos de encima y deja que maneje mientras estoy peleando con mis pensamientos.
 
¡Carajo! Todo lo que ha pasado en estos días con ese imbécil me ha hecho decir una estupidez, no sólo lo confundí, también le alcé la voz a Alba y no debí hacer eso, por más enojada que esté no debo hablarle así.
 
- Llegamos - cierro la cochera con el mando al terminar de estacionar.
 
Alba sale primero del auto sin esperar a que se lo pida y después entra a casa sin esperarme.
 
- Carajo - gruño.
 
No creo que esté enojada, tal vez está algo asustada.
 
Ella no debe sentir miedo de mí, no debo hacerla sentir algo así, debo disculparme adecuadamente.
 
- Odie... Sulli - Alba llama a los cachorros - ¿Dónde se metieron?
 
La veo buscarlos en los lugares donde suelen meterse.
 
- Tal vez estén en la habitación donde está una de sus camas - le digo con voz suave.
 
- Sí, iré a ver - sin mirarme comienza a subir.
 
Voy detrás de ella sin invadir su espacio personal. Dejo que ella vaya a la habitación que antes usaba y yo voy a la que ahora compartimos.
 
- Dios - enciendo la luz - Qué cansada...
 
Al mirar a la cama veo a los dos cachorros acostados sobre ella, alzando la cabeza al ser despertados por mí.
 
- Alba...
 
- Ellos no están en la habitación - Alba dice al acercarse - ¿Dónde crees que...?
 
Se queda en la puerta dándose cuenta de lo que hay en la cama.
 
- ¿Qué hacen aquí? - Alba pregunta.
 
Al escucharla, Odie comienza a moverle la cola emocionado por verla.
 
Alba se acerca para cogerlo en brazos.
 
- ¿Qué hacen aquí? Esta no es su habitación y está no es su cama.
 
Me hago la misma pregunta, hasta el momento ambos habían respetado que esta habitación permanece cerrada y limpia de ellos, no habían entrado aquí.
 
- Voy a tomar un baño - murmuro dejándolos para entrar a mi baño.
 
Dentro de él, escucho a Alba decirles que no pueden estar sobre la cama porque yo podría molestarme. Quisiera decirle que no me molesta, pero sólo sigo con mi baño para irme a dormir lo antes posible.
 
Al terminar, ni los cachorros ni Alba están en la habitación. Paso un gran rato sola, hasta que Alba vuelve bañada.
 
- ¿Quieres dormir conmigo hoy? - Alba pregunta parada en medio de la habitación - ¿O quieres estar sola?
 
- ¿Por qué estas preguntando eso? - termino de limpiar la cama.
 
- Porque... no sé si estas molesta - juega con los dedos de sus manos - ¿Quieres que vaya a la otra habitació?

- ¿Tú quieres eso? - pregunto con dolor.
 
- No...
 
- Yo tampoco y no estoy molesta, al menos no contigo, así que no pienses que no te quiero cerca - le aclaro.
 
- Entonces... ¿Con quién estás molesta? - pregunta.
 
Veo que le es difícil querer aclarar todo. Sé que aún no es buena hablando, aún está en ese proceso de aprender a expresarse y decir lo que siente o piensa, así que no debo complicarle esto.
 
- Bajemos un momento - le pido.
 
- ¿Bajar?
 
- No quiero hablar de problemas en la cama - me acerco - Hablemos abajo.
 
- Ok...
 
Tomo su mano, afortunadamente ella no me rechaza y deja que la lleve así hasta el sofá.
 
- Hay algo que no te he contado - le digo de frente - Tuve algunos problemas con Andrew.
 
- ¿Problemas? ¿Es sobre los videos? Creí que eso había quedado resuelto - murmura confundida.
 
- No es eso, él y yo tuvimos unos encuentros... peleas para ser más clara.
 
Alba me mira con atención, esperando a que siga hablando.
 
- Al principio quería "reconquistarme", pero después su odio hacia mi volvió y empezó a amenazar con... buscarte.
 
- ¿A mí? - pregunta sin entenderlo.
 
- Sí, tiene la idea de que te tengo celos y que tenerte a su lado me haría muy infeliz... y de alguna manera tiene razón.
 
- ¿Qué? - traga saliva - ¿Tú sientes algo por...?
 
- Por ti - termino de decir antes de que piense mal - Alba, te amo y no soportaría verte con ese patán... y la verdad, justo ahora no soportaría verte con nadie más.
 
Los ojos de Alba brillan, como si le hubiera regresado el alma al cuerpo al decirle eso.
 
- Yo no podría estar con nadie más que no seas tú - dice con mucha seguridad - Y mucho menos con ese hombre.
 
- Lo sé...
 
- ¿Entonces por qué estas tan preocupada por lo que él dice? ¿Crees que hay alguna posibilidad de que yo esté con él?
 
- No, sé que tu no quieres nada con él - le respondo.
 
- ¿Entonces?
 
- Mi verdadera preocupación es que él te encuentre y te haga daño... de nuevo.
 
Eso es lo que pasó cuando relacioné a su compañero acosador con Andrew. Estaba pensando tanto en lo que puede hacer para encontrarla que me sobrepasó y lo saque de mí de la  manera más estúpida.
 
- Él no me vio cuando vino - me dice - No creo que siquiera sospeche que estoy contigo, no creo que me encuentre.
 
Se equivoca, esta vez está muy equivocada.
 
- Hoy... me enteré que está preguntando por ti - le cuento - Es por eso que hoy lo tengo presente.
 
- ¿Qué? ¿A quién le pregunta y cómo te enteraste?
 
- Me enteré que estuvo preguntando con las demás secretarias y también pidió tus datos para saber los lugares donde trabajaste antes... supongo que está preguntando con cada persona que conoces y está en esta ciudad.
 
- Eso suena mal - se preocupa - Pero... nadie sabe que estoy contigo, no creo que dé conmigo, yo no doy nunca detalles de mi vida y más si sé que no permaneceré en algún trabajo.
 
- Supongo que tienes razón, no hay necesidad de preocuparse, pero lo hago, no lo quiero cerca - suspiro.
 
- No lo tendremos cerca - toma mis manos - Sí en algún momento lo vuelvo a ver aquí o en otro lado, me esconderé como la última vez.
 
- No quiero que tengas que estar huyendo de él...
 
- Pero es la única opción que hay - me habla cálida - Olvidemos su existencia, pero cuando se presente hay que evitarlo.
 
La miro diciendo que ojalá las cosas fuera así de fáciles, pero no lo son.
 
- No sucederá de nuevo - también toca mi rostro con sus manos - Hoy estuve haciendo algo que no era capaz de hacer antes.
 
- ¿De qué hablas?
 
- Hoy pude rechazar a más de un hombre, pude hacerlo... y estoy algo orgullosa de mí porque eso era imposible antes de conocerte y ahora que sé que tengo voz para hacerlo, estoy segura que seguiré avanzando y no dejaré que me sigan haciendo daño.
 
Alba lo dice con tanta emoción, siendo un verdadero logro, uno que mejorará su vida.
 
- Me da gusto que pudieras hacer eso - le sonrío con cariño - Estás haciendo un buen trabajo, también estoy orgullosa de ti.
 
Alba sonríe tímida, pero feliz al escucharme.
 
- Entonces confía que no dejare que alguno de ellos dos me haga algo, los rechazaré adecuadamente cuando llegue el momento, no hay duda.
 
Promete abrazándome con fuerza.
 
Eso espero, en verdad espero que ella tenga la fuerza para no dejar que la lastimen de nuevo, no soportaría ver algo así.
 
************************
 
Alba y yo aprovechamos nuestro día de descanso y dormimos hasta tarde.
 
- No quiero salir de la cama - me quejo.
 
- Pero dijiste que me acompañarías - Alba comienza arreglarse después de bañarse - ¿Ya no quieres?
 
- Sí, pero... estoy cansada - respondo bostezando.
 
- Lo sé, así que sólo quiero ir hacer acto de presencia y regresar para que puedas descansar.
 
- Bien... - me obligo a levantarme - Me arreglaré rápido.
 
- Ok - Alba se acerca a besar mi mejilla - Yo te espero.
 
Asiento y me voy al baño para bañarme y apurarme.
 
Cuando ambas estamos listas nos vamos pasando primero por un regalo para la amiga de Alba, ella fue la que lo escogió y pagó.
 
- ¿Te aprendiste el camino? - Alba pregunta.
 
- Sí, ¿Por qué?
 
- Impresionante, yo soy algo mala con eso.
 
Alba es fácil de impresionar, al menos creo que yo la impresiono constantemente, incluso con cosas pequeñas como saber hervir un huevo.
 
- Bien, llegamos - estaciono - Veamos que nos tiene preparada la vida para hoy.
 
Alba sonríe y deja que salga para abrirla la puerta.
 
- Gracias - mantiene la sonrisa - Entremos.
 
Camina a mi lado a la entrada de la casa en la que estuvimos por la madrugada de hoy.
 
- ¡Alba! - la amiga ebria nos recibe en el puerta - Estaba pensando que no ibas a venir.
 
- Bueno, aquí estoy - le extiende la mano hacia ella - Ten, es un pequeño regalo.
 
- Oh, gracias - la agarra por sorpresa abrazándola - No era necesario, pero gracias.
 
Alba se queda paralizada al sentir el abrazo, creo que no está nada acostumbrada a recibirlos.
 
- Oh y gracias a usted señorita - la suelta y se dirige a mi - Por estar aquí y por traerme en la noche... estoy muy avergonzada con ambas.
 
- No te preocupes - le digo - Feliz cumpleaños.
 
- Gracias - sonríe - Pasen por favor.
 
Alba entra delante esperando que la siga así que eso hago.
 
- Oigan todos, ella es mi compañera de trabajo y amiga Alba - la cumpleañera anuncia a los presentes - Y su acompañante...
 
Mira a Alba para que le diga mi nombre, ¿No lo sabe?
 
- Daney - Alba le dice.
 
- Oh y su acompañante Daney, su pareja - sonríe - Saluden.
 
La gente nos mira mientras que Alba se queda congelada y se sonroja.
 
- Hola - empiezan a saludarnos.
 
Alba y yo nos obligamos a saludar de regreso, pero al tener la oportunidad nos vamos a un rincón para dejar de seguir siendo el centro de atención.
 
- Lo siento - Alba murmura hacia mí.
 
- ¿Qué sientes? - pregunto.
 
- Es que yo le dije a April que ya estamos juntas formalmente y ella...
 
- Está bien, habíamos hablado antes de esto. No está mal presentarnos así, somos pareja - la tranquilizo - Además me gusta que quede claro, hay un par de ojos que se quedaron cautivados al verte llegar.
 
- ¿Qué?
 
- Mira hacia donde está tu amiga - susurro - Los hombres que tienen al lado no paran de mirarte.
 
Alba mira hacia los hombres y después me vuelve a mirar a mí.
 
- Pensé que te estaban observando a ti - susurra de vuelta - Tiene sentido al ver lo hermosa que estás hoy... y siempre.
 
Sonrío algo tímida al recibir ese halagador comentario.
 
- La que luce hermosa siempre eres tú - le aseguro.
 
Alba también se pone tímida así que cambia de tema en un segundo.
 
- Nunca había venido a este tipo de reuniones, sólo cuando fue en tu casa... ¿Esto es lo que se hace en un cumpleaños?
 
Miro alrededor con el corazón en la mano. Estoy segura que no sólo no había venido a este tipo de reuniones, sino que también nunca ha festejado su cumpleaños, ¿Qué persona no lo ha festejado, aunque sea una vez en la vida?
 
- Algunas personas prefieren este tipo de reuniones - le respondo – a otras más les gustan las fiestas, ir a un bar a brindar como lo hicieron ayer y otros más simplemente les gusta pasar el rato con la familia en una cena.
 
- Oh... ¿Tú qué prefieres? - me pregunta.
 
- Bueno, hace mucho tiempo que no festejo mi cumpleaños, pero años atrás pasé por las opciones que acabo de darte.
 
- ¿Por todas? - suena sorprendida.
 
Asiento ligeramente sintiéndome mal por responder.
 
- Dime cómo quieres pasar tu próximo cumpleaños - le pido.
 
- ¿Yo? - pregunta.
 
- Sí, tú. Será como tú quieras, así sea algo sencillo o algo muy grande, lo que sea se hará - le prometo.
 
- Yo nunca festejo mi...
 
- Podrías hacerlo el año que viene - la animo - Aún falta tiempo, así que piénsalo y dímelo cuando estés segura. Quiero que festejemos.
 
- Está bien - sonríe - Lo pensaré... pero tú también tendrás que hacerlo, festejar tu cumpleaños.
 
- ¿Intentas hacer un trato conmigo? - la miro alzando una ceja.
 
- Sí, Abogada - sonríe jugando - Quiero hacer un trato contigo.
 
- Muy bien, señorita - le sigo el juego - Hagamos el trato, festejamos tu cumpleaños y después festejamos el mío.
 
- Me parece bien - me da la mano - Trato hecho.
 
Sostengo su mano y seguimos hablando hasta que recordamos que tenemos que socializar con los demás.
 
- ¿April, puedo usar tu baño? - Alba le pregunta a su amiga.
 
- Sí, está al fondo a la derecha - le señala.
 
- Ok, gracias - me mira - Ahora vuelvo.
 
- Sí.
 
La veo irse y saco el celular parar revisar los varios mensajes que me han llegado.
 
- Nunca había visto a Alba hablar tanto como ha hablado contigo en este rato - su amiga se sienta a mi lado donde Alba estaba - Debe ser por eso que se gustan tanto.
 
- ¿Disculpa?
 
- Supongo que contigo se siente en confianza, tanto como para hablar con más fluidez - dice mientras toma un trago de alcohol.
 
- Alba ha tenido que pasar por mucho para hablar - guardo el celular de nuevo - Aún falta mucho para que ella pueda hablar con mucha más fluidez.
 
- Seguramente... ¿Sabes lo que hizo ayer? Pudo rechazar a algunos hombres, bueno, algo así - dice riendo.
 
- ¿Algo así?
 
- Ella escuchó una frase que dije y la repitió toda la noche.
 
- ¿Qué frase? - pregunto.
 
- "Gracias, estamos bien" - ríe - Afortunadamente no le tocó ni un hombre intenso que no entendiera ese ligero rechazo.
 
- Eso crees.
 
- ¿Mmm?
 
- Ya volví - Alba regresa - ... ¿Estaban hablando?
 
- Sí, hablábamos de lo adorable que eres - April se levanta - Voy a ir a ver si ya es hora de partir el pastel, las dejo un momento.
 
April se va dejando que Alba tome de nuevo asiento a mi lado.
 
- ¿Puedo preguntar de qué hablaban? - Alba pregunta.
 
- De lo adorable que eres - río.
 
- ¡Oye, en serio! - pone un puchero - ¿Hablaban de mí?
 
- Sí - paro la risa - Ella me dijo que nunca te había visto hablar tanto como lo haces conmigo.
 
- Oh... bueno, es que me gusta hablar contigo, por eso me esfuerzo para mantener la conversación.
 
- A mí también me gusta hablar contigo, por eso agradezco mucho tu esfuerzo - sonrío.
 
Me agrada saber que soy de las pocas personas que la hacen sentir cómoda para hablar, me hace sentir especial, mucho.
 
- Tu celular ha estado vibrando por un rato - Alba nota - ¿No vas a mirar de qué se trata?
 
- Tal vez sólo sea Diana - le digo.
 
- ¿La hija de tu padre?
 
- Sí.
 
- ¿Y por qué no le contestas?
 
- Sólo manda mensajes para saludar...
 
- Tal vez ella quiera comunicarse contigo, deberías ver.
 
- Ok...
 
Saco el celular para mirar de nuevo los mensajes, efectivamente uno de ellos es de Diana, así que lo abro y lo leo.
 
** Hola, ¿Cómo estás? Espero que bien y que estén disfrutando del crecimiento de los cachorros, por cierto, ¿Cómo están? Dijiste que mejor, ¿Ambos ya están en tu casa? **
 
- Ella pregunta por los cachorros, murmuro.
 
- ¿En serio?
 
- Sí, creo que le gustan los animales como a ti.
 
- Qué lindo... ¿Por qué no la invitamos al parque a jugar con Odie? - Alba pregunta - ¿Crees que su madre le de permiso?
 
- Definitivamente no - respondo - No creo que sea buena idea.
 
- ¿Por qué? ¿No quieres verla de nuevo? Ella te escribe seguido, ¿no?
 
Lo hace, pero no es insistente, siento que no espera que conteste los mensajes, así que sólo contesto de vez en cuando.
 
- Su madre no tomará bien que nos veamos - le digo - Así que no quiero causar problemas.
 
- Entiendo...
 
La verdad, aun no termino de saber si quiero acercarme a esa chica, tengo pensamientos y sentimientos encontrados.
 
- Entonces envíale una foto de los cachorros - Alba sugiere - Seguro le gustará.
 
- Bien... lo haré.
 
Elijo un par de fotos de Odie y Sulli para luego enviársela por mensaje.
 
** ¡Qué adorables y hermosos son! **
 
- Esto respondió - le muestro a Alba.
 
- Ves, creo que sería buena idea invitarla a ver a los cachorros - sigue con la idea.
 
- Lo pensaré...
 
- Bueno, no insistiré - acaricia mi mano - Será sólo cuando quieras.
 
Alba pone su atención en lo que pasa alrededor mientras que yo pienso en la posibilidad de decirle a Daniela que la invito a conocer a los cachorros.
 
** ¿Puedes pasarme el número de tu madre? **
 
Le mando el mensaje mientras que Alba habla con su amiga.
 
** Claro... ¿Para qué lo necesitas? **
 
Responde inmediatamente, ¿Está atenta al celular?
 
 
** Quiero consultarle si puedo encontrarme contigo, para que veas a los cachorros, puede ser que nos veamos en un parque cerca de tu casa **
 
** ¡Muy bien! Se lo diré también... **
 
Escribe el número de su madre y después me pide que disculpe a su madre si llega a contestarme mal.
 
 
Le escribo a su madre de la manera más clara y formal que puedo para pedir su permiso y ver a Daniela.
 
** No, desde tu visita su padre no la ha contactado, seguramente es por causa tuya, así que no quiero que veas a mi hija **
 
Contesta fríamente.
 
- ¿Él no las ha contactado?
 
- ¿Dijiste algo? - Alba pregunta.
 
- No, necesito hacer una llamada, ¿Me disculpas?
 
- Claro...
 
Me levanto y salgo de la casa marcando el número de mi padre.
 
- ¿Qué? - responde.
 
- Sí vas a ser padre, sé un buen padre - le digo.
 
- ¿Qué? ¿Ahora de qué hablas?
 
- Tu hija, Diana, ¿La recuerdas?
 
- ... ¿Por qué me hablas de ella? ¿Qué sabes?
 
Mierda, olvidé que no sabe que ya la contacté.
 
- Sé que no estás en contacto con ella - digo nerviosa.
 
- ¿Y cómo sabes eso?
 
- Porque lo sé...
 
- ¿Me estás espiando o algo parecido?  - pregunta ofendido.
 
- Para nada - gruño - Lo sé de primera mano, así que te recuerdo que tienes obligaciones como padre.
 
- ¡No es de tu incumbencia!
 
- Lo haré de mi incumbencia - le cuelgo.
 
Suspiro irritada y escribo un mensaje para la madre de Daniela.
 
** No tengo nada que ver con la desaparición de mi padre.
 
Sólo quiero ver a Diana  un momento, ella ha mostrado interés en mí. Usted puede estar presente **
 
 
Espero su mensaje, por suerte ella contesta con la dirección de un parque cerca de su casa y con la hora en que dejará que Diana esté ahí. **
 
- Bien...
 
Regreso a la casa de la cumpleañera, justo en el momento en el que reparten el pastel.
 
- ¿Sucede algo? - Alba pregunta al verme volver.
 
- Sobre ir al parque con Odie para que Daniela lo conozca...
 
- ¿Sí?
 
Será esta noche, así que debemos salir de aquí temprano - murmuro.
 
- Claro - sonríe - Sólo comamos esto y podremos irnos.
 
- Bien.
 
Interactuamos un rato más con los amigos y familia de April y después nos despedimos para ser de las primeras en irse.
 
- Te veo en el trabajo - April se despide - Gracias a las dos por venir.
 
- A ti por invitarnos - Alba le sonríe tímida.
 
- Claro... Señorita Daney, fue un placer- me dice.
 
- Igual para mí, sigue disfrutando de tu día.
 
- Gracias, hasta luego, regresen con cuidado.
 
Comienzo a manejar con tranquilidad a casa después de la despedida.
 
- ¿Qué te hizo cambiar de idea? - Alba pregunta.
 
- Lo pensé y llegué a la conclusión de que era buena idea tu sugerencia... ¿Por qué?
 
- Sólo pregunto.
 
- Bien... ¿Cómo la pasaste esta tarde? ¿Te gustó?
 
- Sí, fue algo nuevo - responde pensativa - Me gusto poder relajarme y hablar contigo con gente alrededor.
 
- ¿Eso fue lo que te gustó? ¿No el haber pasado tiempo con nuevas personas y tu amiga? - pregunto sonriendo.
 
- ¿A eso te referías? Bueno... sí, supongo - baja la mirada - Pero me gustó más lo primero que dije.
 
- A mí también - tomo su mano y la mantengo cerca mientras manejo.
 
Al llegar a casa agarramos lo necesario para llevar a Odie y para dejar a Sulli.
 
- Qué triste que los gatos no se puedan sacar como a los perros - Alba le sirve leche.
 
- Puede ser atacado por otros perros...
 
- ¿Entonces por qué le compraste correa con arnés?
 
- Porque podemos acostumbrarlo a usarlo, pero únicamente podríamos sacarlo a lugares solos o en la noche por aquí cerca - respondo mientras termino de hacer la maleta de Odie.
 
Alba deja a Sulli bebiendo leche y después va por Odie quien mordía un juguete a su lado.
 
- Ya tengo todo, podemos irnos - anuncio.
 
Subimos a la camioneta asegurando a Odie en los asientos traseros.
 
- Parece que está algo incómodo en ese asiento que le compraste - Alba mira hacia atrás.
 
- Debe acostumbrarse, es por su bien - digo seria.
 
- Ok...
 
Alba no discute el querer llevarlo con ella en sus piernas y sólo mira el camino, interesada por saber a dónde vamos.
 
- No hay mucha gente - Alba nota - Pensé que habría más.
 
Miro el parque en el que estacioné, es verdad que no hay mucha gente, pero si hay algunas y con perros grandes así que debo estar atenta.
 
- Odie no está acostumbrado a la correa, déjalo abajo hasta que encontremos un buen lugar- le digo.
 
- Sí.
 
Buscamos un lugar bueno para sentarnos y bajamos al perro al suelo para que comience a andar.
 
- ¿Ella vendrá cuando le digas o quedaron en verse a una hora? - Alba pregunta.
 
- Se supone que...
 
- Hola - una adolescente aparece de la nada - ¿Las hicimos esperar mucho?
 
Alba y yo vemos fijamente a Diana, ella está vestida como las primeras veces que la vi, con ropa holgada y oscura, pero con sonrisa de oreja a oreja que la hace ver muy inocente.
 
- Hola - Saludo - ¿Dónde está tu...?
 
- Estoy aquí - su madre también aparece.
 
La miro un poco sin importarme mucho su presencia.

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