~ ALBA ~ 2

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Viernes.

Despierto con el sentimiento de tener un hoyo en el estómago, el hambre que he tenido estos últimos días es lo que me tiene tan mal, no puedo soportarlo más.

- Falta solo un día más - intento animarme - Solo uno.

Me levanto sin fuerza y comienzo a arreglarme para ir a trabajar.

- Señorita - alguien me empuja - Disculpe, tengo que salir.

- Oh... - me hago a un lado - Lo siento.

Dejo pasar a un par de adolescentes que bajan en la parada de una escuela, los miro fijamente mientras bajan. Ambos iban comiendo galletas, eso hace que mi hambre vuelva a mi mente, provocándome dolor el estómago.

- Estarás bien - susurro.

Me agarró el estómago con dolor mientras el autobús sigue su ruta dejando a cada pasajero en su respectiva parada. Cuando llegó a la mía, es casi un infierno salir sin que mis pies me fallen y caiga.

- Buenos días - todos comienzan a saludarme al verme llegar.

- Buenos días - me obligó a contestar.

- ¿Algo pasa contigo? - Liliana me pregunta al ver que me siento en mi escritorio con dificultad.

- No... ¿Sabes si el abogado Wilson ya llego? - le pregunto.

- Él está llegando.

Alzó la mirada y lo veo acercarse rápidamente.

- Tráeme café - me pide - Por favor.

- Se lo llevo enseguida.

Él entra a su oficina y yo me dirijo a la sala común donde preparo el café para él y otro para mí, robándome algunas galletas.

Sé que son solo para los abogados, pero tengo mucha hambre, no creo que nadie lo noté.

- Alba - Tamy llega sorprendiéndome - ¿Hay café?

- Lo estoy haciendo... - contesto terminando de masticar las galletas.

¿Estaré en problemas?

- Me impresiona que nunca se acaban las galletas, pero el café se agota cada día, ¿tendrán mal sabor las galletas?

- Su sabor es muy decente - susurro avergonzada.

- ¿Las has probado? - pregunta curiosa - Está bien... probaré también.

Ella coge una galleta y se la mete entera a la boca.

- Mmmm - asiente - No está nada mal.

Sonrió al dejar de sentirme tan culpable por robarme unas cuantas galletas, no es que sea la gran cosa y creo que ella me lo hizo ver así.

- ¿Hoy si nos acompañaras a comer? - Tamy me pregunta antes de irse.

- No, lo siento, es que aún tengo cosas que atender y no quiero retrasarme.

- Tu jefe y el mío están trabajando juntos en un caso, ¿por qué siento que tú tienes más trabajo que yo entonces?

Me encojo de hombros, no quiero decirle que la verdadera razón por la cual no salí a comer esta semana es porque no tenía dinero para hacerlo.

- Bueno, nos vemos luego.

- Sí.

Cojo los cafés y se lo llevó al señor Wilson dejando el mío en mi escritorio.

- Pasa - me dice al tocar.

Entro y me doy cuenta de que está atendiendo una llamada, así que intento no hacer mucho ruido al pasar.

La amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora