~ ALBA ~ 32

75.3K 3.5K 2.4K
                                    


La abogada deja estacionado su auto afuera de la cochera, al parecer el espacio de adentro ya a sido ocupado por un llamativo auto color rojo. Debe ser el de esa mujer, no hay duda.

Salimos del auto de la abogada y entramos a su casa, hay música sonando a un volumen bastante normal, nada fuerte.

- Mia - la abogada llama a su amiga - ¿Dónde estás?

Caminamos hasta la sala de estar y vemos un cambio notorio.

- ¿Pero qué carajos? - la abogada mira al rededor - ¡Mia!

Su casa se ha vuelto una sala de fiestas, hay color por todas partes.

- ¿Por qué gritas? - la mujer pelirroja se asoma del piso de arriba - ¿No vas a saludar adecuadamente?

- Baja - la abogada le ordena - ¿Por qué decoraste la casa como si fuera una fiesta de cumpleaños?

- Porque tu casa no tenía nada de color, necesitaba hacer que se viera como una celebración real, no algo aburrido como a lo que estás acostumbrada con tus aburridos colegas - comienza a bajar.

- Pues no me gusta - la aboga le dice con seriedad - No estamos festejando nada.

- ¿No? Adquiriste está casa después de divorciarte, hay mucho que festejar - llega a nosotras.

La mujer mira a la abogada con una sonrisa y luego me mira a mi con seriedad.

- Hola - saluda - ¿Estarás aquí para la reunión?

- Sí... - respondo dudosa.

Alza una de sus cejas, creo que no le gustó la idea de mi presencia en la "reunión" que ella planeo.

- En fin - camina hacia la cocina con confianza - Traje comida, algunas botanas y alcohol.

- No tenías que - la abogada la sigue - Yo había hecho que Robert comprara lo necesario.

- Si note que tenías cosas, pero no iban a ser suficientes - asegura.

- ¿Por qué? ¿A cuánta gente invitaste?

La peliroja se aleja un poco de la abogada antes de darle la respuesta, ¿Precaución?

- Invite a los chicos y a un par de amigos más - murmura.

- ¿A cuántas personas? - la abogada vuelve a preguntar.

- A unos... - hace una cuenta mental - Tal vez a unas 20 personas.

- ¿Veinte? ¿Por qué a tantos?

- No som muchos, lo sabes.

- Pero está casa no es muy grande, ¿Dónde vas a meter a tantas personas?

- Es verdad... ¿Por qué compraste una casa tan pequeña? Bueno, no es pequeña, pero para nada es el tipo de casa a la que estás acostumbrada - la mujer dice.

Supongo que tiene razón, su casa de casada era realmente grande, nada que ver con esta, pero aún así está casa es grande a mi parecer.

- Porque quise - la aboga contesta - Así que ahora ayúdame a quitar tu fea decoración de mi casa.

- ¿Fea? No es para nada fea.

- Es como si un unicornio feo hubiera vomitado en mi sala de estar, ¡Mira que feos colores pusistes!

Ambas comienzan a discutir en voz alta sin llegar a ningún lado, ¿Esto es normal?

Quiero irme de aquí, no siento que pueda ayudar en algo, así que creo subiré a la habitación.

La amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora