~ DANEY ~ 16

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Martes.

Corro por la ciudad sin parar teniendo una extraña sensación de desesperación. Ni siquiera sé a dónde me dirijo, pero mis piernas siguen un avanzando decididos.

- Llamaré tarde - gruño sin parar de correr - Corre más rápido, no podrás llegar.

¿Llagar a dónde? ¿Y por qué llegaré tarde? Yo no suelo llegar tarde a nada.

Cruzo calles y avenidas esquivando autos y gente, gente sin rostro, gente sin identidad.

- Vamos, es tarde - me recuerdo - Tienes que despertar, es tarde.

Abro los ojos de golpe devolviéndome el aire a mis pulmones, ¿qué demonios fue eso, una pesadilla?

Miro al rededor mientras intento calmarme, estoy en la habitación de mi departamento, estoy en la cama vestida aún con mi traje.

¿Por qué hay toallas mojadas sobre mí?

- Mmm - escucho un pequeño quejido a mi lado que me hace saltar.

- Pero qué... - ahogo un grito - ¿Alba?

Alba está dormida sentada en el suelo con la cabeza descansando sobre el colchón de la cama, ¿qué hace ella durmiendo así? Pero primero que nada, ¿qué hace ella aquí?

- Alba - la llamo con voz ronca - Alba...

Paso las yemas de mis dedos sobre su cabello ligeramente con intención de despertarla.

- Alba.

- Eh... - se despierta asustada - Abogada.

Se levanta de golpe acomodando la blusa de su traje de trabajo.

- ¿Cómo se siente? - pregunta nerviosa - ¿Está mejor?

- ¿Qué?

- Usted... ¿No recuerda qué pasó?

Claro, no aguantaba el dolor de cabeza y no podía mantenerme despierta por más tiempo, así que venimos aquí a mi departamento, ¿pero qué pasó después de eso?

- ¿Me quedé dormida de nuevo? - pregunto preocupada.

- No solo eso, usted estaba hirviendo en fiebre, así que pase la noche intentando bajarla un poco.

- ¿Qué hiciste qué? - pregunto sorprendida.

- Yo... - murmura nerviosa - Solo puse unas toallas mojadas sobre su frente y manos, era la manera en la que mi madre me cuidaba cuando estaba enferma y pensé que era buena idea.

- ¿Pero por qué hiciste eso?

- Lo hice porque por más que insistí, no quiso ir al hospital.

- Carajo - gruño cubriéndome la cara.

No me puede estar pasando esto, ¿por qué de todas las personas en el mundo fue justo ella quien me vio en ese estado?

- Yo lamento haberme quedado dormida, le aseguro que no fue así toda la noche, yo salía y entraba solo para cambiar las toallas.

- Está bien - murmuro - ¿Tienes idea de qué hora es?

- No...

Mi celular comienza a sonar en algún lugar de la habitación.

- ¿Dónde está? - descubro mi cara y comienzo a buscarlo.

- Creo que en su bolso - Alba me señala - ¿Se lo doy?

- Por favor...

Ella se acerca al bolso y me lo da, yo lo cojo rápidamente sacando el celular.

- Hola...

La amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora