~ DANEY ~ 1

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Bajo las escaleras soñolienta a pesar de haber salido de la ducha.

Es muy temprano, pero tengo que salir cuanto antes de aquí, tengo que trabajar.

- Buenos días, señora Taylor.

En la puerta me espera el ama de llaves para despedirme y recordarme que lleve todo.

- El señor Miranda salió hace unos minutos - me informa.

- Bien.

Tomo mi bolso y el café que me tiene preparado.

Al salir de casa veo a mi chófer quien espera ansioso para poder salir, sabe que voy tarde.

- Buenos días, señora Taylor - el chófer abre la puerta trasera.

- Buenos días - susurro al entrar.

Él cierra la puerta detrás de mí y sigilosamente entra para comenzar a manejar.

Miró por la ventana sin mucho interés, el paisaje de siempre me resulta aburrido, así que terminó por concentrarme en atender mi celular.

- Hola - contesto.

- Señora Miranda, ¿ya va hacia la oficina?

Giro los ojos y bufo al escuchar a mi fastidiosa prima llamarme así.

- Nelly, te he pedido muchas veces que no me llames así.

- Es el apellido de tu esposo, ¿no es correcto que lo lleves?

- ¿Tú me hablas de que es correcto? - pregunto irritada.

- Está bien, no te diré así - se ríe - Solo quería avisarte que hoy no iré a la oficina, tengo cosas que a tender.

- ¿Y por qué me avisas a mí?

- Para que no me des un caso nuevo, necesito unos días para resolver unas cosas.

- Está bien, no te tendré en cuenta en los casos, ¿algo más?

- Solo eso, nos vemos luego.

Ambas colgamos.

Nelly es la hija de mi tío, el hermano de mi padre, así que hemos pasado la vida juntas, ella sabe bien que me molesta y que no, así que evita molestarme con cosas relacionadas con el trabajo y suele avisarme de lo que hará para que no me sorprenda de los líos en los que se mete.

De igual manera, siempre termino por ayudarla en algo.

- ¿Por qué vas tan lento? - me quejo al sentir que la velocidad disminuye.

- Cogimos el tráfico - Robert, mi chofer contesta.

Miró hacia el frente y veo la cantidad de autos que hay delante de nosotros en la carretera principal. Si no me hubiera desvelado hubiera despertado antes y hubiéramos salido a tiempo para evitar esto, odio los retrasos.

- Cuando encuentres un atajo tómalo, necesito llegar a la oficina.

- Sí, señora.

Bajo de nuevo la mirada a mi celular, mi asistente está enviándome toda la información que necesito el día de hoy. Al menos ella no me retrasa más de lo que ya estoy.

Una hora después, al librar el tráfico, llegó por fin al trabajo.

- Te haré saber cuándo acabe para que me recojas - le digo a Robert al salir.

- Sí, señora. Que tenga lindo día.

- Igual.

Camino a la entrada del edificio, puedo ver claramente como toda alma presente, voltea a verme al escuchar a la recepcionista saludarme.

La amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora