~ ALBA ~ 30

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El sol comienza a salir y mi cuerpo me pide moverme, siento que hoy dormí mucho más de lo que debí haberlo hecho, así que me despierto de golpe como si alguien me hubiera echado un balde de agua fría.

Miró alrededor y recuerdo la situación en la que estoy.

Estoy en la habitación de la abogada, despertando a su lado, está vez sin estar encima de ella.

Las veces que hemos dormido juntas yo la he visto quedarse dormida y ella me ve despertar, su reloj interno la hace despertar antes que yo, pero hoy sigue profundamente dormida, debe ser por el alcohol que consumió ayer.

- Mmm... Alba - comienza a llamarme entre sueños.

La miro fijamente, ¿ella estará teniendo un mal o un buen sueño? Saber eso es importante, no sé que significa mi presencia en ellos, pero me gustaría que fuera algo agradable para ella.

- Alba... - vuelve a balbucear.

Comienza a ponerse inquieta, sube sus manos a su rostro como si se cubriera de la luz, pero al hacer eso deja al descubierto una marcas alrededor de sus muñecas.

- ¿Mmm? - miro más de cerca.

Tienen el aspecto de ser marcas de un forcejeo, ¿cómo lo sé? Las vi decenas de veces en el cuerpo de mi madre y en el mío, ¿pero por qué ella tendría marcas así? ¿Alguien la atacó? ¿Alguien la lastimó?

- ¿Alba? - la abogada despierta somnolienta - ¿Qué sucede?

- ¿Duelen? - pregunto preocupada.

- ¿Doler qué? - frunce el ceño.

- Sus muñecas, las marcas... ¿Por qué tiene esas marcas?

La abogada mira sus muñecas y comienza a acariciarlas en un intento de cubrirlas con sus manos.

- No es nada - murmura.

- ¿No es nada? - pregunto.

- No, solo me lastimé un poco, pero nada de que preocuparse.

Ella está mintiendo, ¿cómo se lastimaría dejando marcas de esa manera? Es obvio que alguien fue quien las dejó.

- ¿Hubo algún tipo de pelea? - me atrevo a preguntar.

- ¿Qué? - comienza a sentarse en la cama - Para nada, no soy la clase de persona que usa la violencia para arreglar cosas.

Suena un poco ofendida, pero lo hace para que yo dejé el tema de lado, eso creo.

- ¿Te agredieron? Sé bien que estás marcas son de un agarre fuerte, de un forcejeo o de...

- ¿O de qué? -pregunta.

De sexo rudo, así es como muchas veces yo me gané tales marcas en mis muñecas y brazos, pero ella, no creo que tenga sexo así con alguien, ¿o me estoy equivocando?

- Nada - me pongo incómoda.

- Ok...

Nos miramos un momento, creo que ambas estamos tratando de entender a la otra, pero yo al no lograr sacarle nada de la expresión, comienzo a crearme historias dramáticas y tristes donde ella mantiene encuentros sexuales con otras personas mientras me ilusiona a mí.

¿Ella podría hacer eso? Técnicamente, no somos pareja, ella podría hacerlo sin duda.

- Bien, te lo diré antes de que sigas poniendo esa expresión - suspira.

- ¿Eh?

- Tuve una discusión con mi padre y se salió un poco de control - me dice con tranquilidad - No es algo grave, así que no te...

La amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora