''APRENDE A VIVIR Y SABRÁS MORIR BIEN"
Empujo la puerta de cristal y las gotas de agua heladas golpean mi cara empujadas por el viento. Un grupo de chicas cuchichea al lado de la puerta principal del instituto. Camino mirando hacia el suelo e intentando pasar desapercibida cuando una de ellas se me planta delante.
-Vaya vaya, pero qué te ha pasado en la nariz.
Contemplo de abajo a arriba a la chica que tengo plantada delante, con los brazos cruzados sobre el pecho y la barbilla alta. Debo de sacarla media cabeza. Mantiene un gesto frío y distante, con las cejas levantadas y la mirada fija en mis ojos oscuros. Al ver que no reacciono de ninguna manera frunce levemente el ceño. Puedo oír el silencio de las dos chicas distantes, que ahora también me miran.
-Te estoy hablando.
Me llevo la mano a la nariz, que me duele solo con sentir el aire cerca, sobre la tirita que la cubre y el color medio morado y medio granate que ahora luce debajo de esta.
-Nada.
Hago ademán de marcharme, pero la chica me bloquea el paso. Las otras tres o cuatro chicas restantes caminan hasta donde estamos nosotras y se plantan creando una barrera, por lo que no puedo salir.
-¿A dónde te crees que vas?
La chica que ha aparecido primero me pega un empujón y me choco contra el muro del instituto. Me incorporo y las miro sin expresión alguna. Hacen un círculo alrededor mío.
-¿Qué queréis?
-Nada, ¿qué íbamos a querer?
Comienzan a darme leves empujones tontos que poco a poco se van convirtiendo en sacudidas. Entre unas y otras consiguen que pierda el equilibrio y caiga encima de un charco, al lado de la carretera. Los coches pasan a toda velocidad a mi lado y me pitan, mientras yo me levanto del suelo y me recoloco el abrigo. Cuando elevo la vista las chicas ríen y me señalan.
-Qué patosa puedes llegar a ser, Tina.
-¿Vas a irte corriendo a llorar a casa?
-A ver si así te replanteas un poco tu vida y haces algo útil, que ya toca.
Me echo la capucha sobre la cabeza y me doy la vuelta. Comienzo a caminar y las dejo atrás, sin pensar en lo que acaba de pasar. Me gustaría decir que estas cosas ya no me afectan porque se repiten a diario, y tengo problemas mayores, pero no es así.
-Como mañana no me traigas la traducción de latín te enteras, ¿me oyes Tina?
Ignoro el grito de una de las chicas y retomo mi camino de vuelta a casa en silencio. Abro la puerta sin hacer ruido y me dirijo a mi habitación. Mi hermano entra y se tumba en mi cama boca abajo. Me cambio en silencio también y saco los libros de la mochila empapada. Los apuntes se han caído al charco y se han emborronado enteros. Los coloco sobre el radiador y me dejo caer en la cama boca abajo, como mi hermano. Permanecemos así un rato larguísimo, eterno, y finalmente este suspira.
-¿Qué tal tu nariz?
-Casi no me duele, no te preocupes.-miento.-¿Qué tal el día?
-Un asco, ¿el tuyo?
-Parecido.
Suena un portazo en casa y unas pisadas hasta la habitación de mis padres. Por la forma de caminar y la velocidad que lleva, es mi padre, y está bastante enfadado. Un escalofrío recorre entera mi médula espinal. La puerta se abre de golpe y el aire tira los apuntes del radiador al suelo.
-He visto tu bici.-dice con voz grave y ronca.
Me incorporo en la cama y me siento, mientras obligo a mi cerebro a que trabaje a toda velocidad y se invente cualquier excusa. Mi padre se acerca a la cama y se planta delante de mí.
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VALENTINA
General Fiction''Estoy haciéndolo bien, pero realmente me siento como si me condenaran a muerte. Y siendo yo es una completa ironía... Llevo ya dieciséis años muerta.'' Valentina es básicamente un conjunto de baja autoestima, continuo estado de ánimo nulo, desenga...