''LOS COBARDES MUEREN MUCHAS VECES, LOS VALIENTES SOLO UNA VEZ''
El beso se prolonga durante minutos, ninguno de los dos quiere despegarse. Sus labios están calientes y los míos congelados. Acaricio su pelo castaño entre mis dedos y me pego más a él y a sus brazos, que me rodean la cintura. Solo huelo a él, y me encanta. Uno a uno, aparecen frente a mí todos los momentos pasados juntos. Todas las mariposas en el estómago. Todas las sonrisas y las ganas de besos. Todas las lágrimas y las despedidas. Y entonces le abrazo más fuerte, y me junto más, y él parece darse cuenta, y se junta más aún. Más fuerte, más cerca. Como si de pronto los dos estuviéramos solos en el mundo, y ya nada importara, ni la vida ni la muerte. Ya nada tuviera sentido. Tales son las ganas y la fuerza con la que le tengo agarrado que me mareo. Realmente me mareo, y ya no sé si es por no comer, por no dormir o por toda la falta que me ha hecho. Cuando se separa vuelvo a encontrar su mirada a pocos centímetros de la mía. Esa mirada que no sé plasmar en papel. Esa mirada que parece que puede mirarte desde dentro, y descubrir todos y cada uno de mis miles de secretos. Un escalofrío recorre mi cuerpo de abajo a arriba, y doy un paso hacia atrás, y después otro, y después otro más. De pronto me entran ganas de llorar. No debía haberlo hecho. No debía haberlo hecho, joder. Y ahora... ¿ahora qué? Nico me mira confuso y trata de acercarse a mí, pero yo retrocedo. Los ojos se me inundan de lágrimas y la cabeza me da vueltas. Cada vez me encuentro peor. Noto como el cuerpo se me inclina hacia la izquierda, y él da de pronto un paso al frente y me agarra de la muñeca, pero ya no soy consciente de mis actos y golpeo el suelo con mi cuerpo, creando un sonido seco.
Pasan minutos y mi cuerpo no reacciona. Nico me da golpecitos en la cara y me sacude, en busca de alguna reacción, pero no da resultado. Cuando por fin vuelvo en mí estoy en brazos del chico, que camina a paso ligero por el paseo más grande de la ciudad, bajo las miradas de todos, en busca de un hospital. Reacciono de pronto al pensar en esa misma palabra y pego un brinco. Hospital. Me bajo de golpe de sus brazos y flexiono las rodillas, apoyándome en estas. ¿Qué narices acaba de pasar? Me mira confuso y se rasca la cabeza, en busca de alguna explicación, al igual que yo. Se aleja, se acerca, se vuelve a alejar y duda, mientras, yo trato de recuperar la respiración que no tengo y centrarme en un sitio fijo sin que el resto del mundo me dé vueltas.
-¿Estás bien?
Levanto la vista y me paso un mechón de pelo por detrás de la oreja. Me incorporo y estiro todas mis vértebras. Cojo una bocanada de aire e hincho mis pulmones. Sonrío a esos ojos verdes y de pronto el pánico vuelve a apoderarse de mí.
-Sí, oye, tengo que irme a casa. Yo...-dudo- Hablamos, ¿vale?
El chico se queda un momento descolocado, observándome. Seguramente pensando en lo sumamente rara que soy. Seguramente arrepintiéndose de la carta, del grafiti, del libro. Me doy la vuelta y comienzo a caminar cuando oigo su voz a mi espalda.
-Tina.
Me giro y se acerca.
-¿De verdad que estás bien?
-Sí, sí, sí. No te preocupes, en serio.
-Bueno, vale. Hablamos.
Y ambos, llenos de dudas, nos alejamos de la calle a oscuras.
Esa noche no pego ojo. Las canciones en mi reproductor de música pasan de forma aleatoria, sin sentido alguno, mientras yo me agarro desesperada a mi almohada llena de lágrimas. En mi cabeza vacía rebotan provocando eco miles de preguntas, miles de porqués. ¿Por qué le he besado? ¿Por qué, después de pasar toda la navidad como la he pasado, me he rendido a sus brazos? ¿Y por qué después me ha mirado de la forma que lo ha hecho, descubriendo cada uno de mis secretos? ¿Por qué he reaccionado volviéndome loca y perdiendo el conocimiento? Porque he perdido el conocimiento, de pronto, tras mi primer beso. ¿Y entonces, por qué he huido? ¿Por qué no soy capaz de aceptar mi realidad? ¿Por qué no soy capaz de verlo todo de otra manera? ¿Por qué estoy muerta, por qué no estoy viva? Cuantos más minutos pasan más culpable me siento, lloro con más ganas y más me mareo. ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué, joder?
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VALENTINA
قصص عامة''Estoy haciéndolo bien, pero realmente me siento como si me condenaran a muerte. Y siendo yo es una completa ironía... Llevo ya dieciséis años muerta.'' Valentina es básicamente un conjunto de baja autoestima, continuo estado de ánimo nulo, desenga...