Capítulo 16: El Diario

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La luz del sol hizo que me revolviese en la cama, pero me di contra algo duro y grande. Abrí los ojos y lo vi ahí. Sam. Nos habíamos quedado dormidos.

La puerta se abrió de golpe y tras la cegadora luz que entraba por ella pude ver la silueta de alguien… Dean.

-         ¡Arriba bellos durmientes! Hora de ponerse en marcha.

-         Buenos días a ti también.

Sam pegó un brinco que hizo que casi me cállese de la cama.

-         ¿Qué ha pasado?

-         No me esperaba esto de ti hermanito. Aprovechándote de una pobre muchacha.

-         Muy gracioso, pero yo no soy como tú.

-         Jajá.

-         Dejaos de tonterías y largaos de mi habitación, me quiero duchar.

-         Nadie te lo impide. Yo incluso agradecería que te fueras quitando la ropa ya.

Sam le dio un empujón a su hermano, sacándolo por la puerta de nuevo. Y me dedicó una preciosa sonrisa. Sabía que me estaba dando las gracias por lo de la noche anterior.

Como siempre hacia desde que me había unido al equipo Winchester, me senté en la parte de detrás del coche, no quería discutir por poder ponerme delante, eso era algo imposible. Lo malo es que en ocasiones tenía que compartir ese espacio con Castiel, que nos acompañaba en algunas ocasiones, como ahora. Cierto es que ya no le odiaba con toda mi alma, y que incluso podíamos mantener una conversación cordial. Pero una cosa era hablar del tiempo y otra que nos hiciésemos amigos inseparables. Además, quería tener mi espacio personal, no compartirlo con un ángel que podía ir a donde quisiese tan solo con desearlo.

Metí la mano en mi mochila y saqué el mp3. Era un camino muy largo. Y de nuevo volví a tocar la cubierta del diario de mi tía. Todavía no me había atrevido a pasar de la primera hoja, en la que encontré la carta. Por una parte quería leerlo, y por otra me parecía que si lo hacía estaba metiéndome en su intimidad, y eso a mí no me parecía bien. Es cierto que ella misma me decía que me lo daba para que lo leyese, por si yo entendía algunas cosas que en su momento le parecieron extrañas de mi madre. Pero eran sus pensamientos, sus sentimientos…

-         Creo que deberías leerlo.

-         ¿Eh?

-         El diario – como lo sabía. No lo había sacado de la mochila y no se lo había contado a los chicos. – Lo siento.

-         ¿Cómo lo sabes?, ¿cuándo?... no importa. Que sepas que no me gusta que me espíen.

-         No lo hacía.

-         Ya claro.

-         Lexi, creo que deberías leerlo. Por lo menos eso es lo que quería tu tía.

-         ¿Cómo lo sabes?

-         Me lo dijo antes de que le borrase los recuerdos de lo que ocurrió. Me pidió que por favor te convenciese de que lo leyeras. Decía que seguramente no lo harías porque pensarías que te estabas metiendo en su vida privada, pero dijo que tal vez te ayudara.

-         ¿A qué?

-         Eso no lo sé. Tan solo me he limitado a repetirte lo que me dijo tu tía Ginna. Bueno, omitiendo la parte que me dijo que tal vez tendría que insistir hasta que te convenciese.

Una chica Sobrenatural (#wattys2017) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora