Capítulo 66: La gran revelación (II)

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Otro mes más. El tiempo, misteriosamente, se me pasó más rápido de lo que imaginé. Hacía más de dos meses y mi corazón aun seguía roto, y no ayudaba nada que Sam estuviera cada vez peor. Sus toses eran más fuertes y la sangre manchaba el papel con mayor frecuencia. Nuestra preocupación también aumentaba en proporción. Dean se pasaba por mi habitación, si, ya había vuelto a vivir en el bunker, casi todas las noches, y hablábamos horas hasta frustrarnos por no dar con una solución que no acabara con Sam muerto y quedarnos dormidos.

- ¿Cas?

- Nada. Cada vez que doy con él, cuando llego ha desaparecido. Parece que lo hace adrede.

- Ya nos dejó claro que no se fía de nosotros, renacuaja.

- Dean – razón no le faltaba, pero no me gustaba que hablara así – Ya sabes como es. Lo más seguro es que esté convencido de que es lo mejor para todos. Naomi no va a parar hasta dar con él.

- Siempre defendiendo a los demás, incluso cuando no se puede... - me abrazó.

- Que conste que a ti también te defiendo. Y ahora deja de evitar el tema – reproché a mi primo.

- No evito nada. Solo me gustaría arrancarle la cabeza y...

- Vale – le corté antes de que continuara con la masacre – Entendido. Dean Winchester jamás dirá en voz alta que está jodido por Castiel. Ya dejo de insistir. – levanté las manos a modo de rendición. – Pero que sepas que me llevaré a la tumba que has llorado – dije sonriendo y en broma, y aunque él se lo tomó como tal, lo que acababa de decir no era mentira.

Unos días después del incidente, de la paliza que le dio Cas. Después de que desapareciera con la Piedra de los ángeles porque no confiaba en nosotros. Una noche, estábamos en su cama, y las lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas. No dije nada, tan solo lo estreché entre mis brazos y nos quedamos así.

- Tenemos un caso. – la voz de Sam nos asustó y pegamos un pequeño saltito.


Normales. Así eran nuestros casos. Entretenimientos mientras esperábamos noticias de Kevin y la segunda prueba. Cosa que parecía que nunca llegaría.


Me desperté sobresaltada, con un grito en la garganta que no supe si había expulsado o no. Una pesadilla. O más bien un recuerdo. Me atormentaba desde que tuvo lugar unos días antes. Iowa, un pueblecito corriente en el que nada sucedía, hasta que comenzaron las rarezas. Seguimos pistas. Investigamos. Hasta dar con la criatura. Un espectro. Escondido en una vieja casa abandonada a las afueras del pueblo. Fuimos hasta allí y acabamos con él. Dean le cortó la cabeza, que rodó hasta dar contra una silla podrida. Pero lo que no sabíamos es que no estaba solo. Otro apareció de la nada de repente. Arrojó a Dean contra una pared, cayéndose el machete por el camino. Vi como la sangre comenzaba a manchar el suelo. Temí por él, aunque veía como su pecho subía a bajaba. Al menos respiraba. Me moví para ir en su ayuda cuando vi como el espectro cogía a Sam del cuello. Este no pudo reaccionar antes de que le quitara el arma de la mano y la tirara lejos. Tampoco ayudó que el pincho del brazo le rozara la fina piel. Sus ojos llenos de maldad reflejaron su intención de acabar con todos nosotros. Encima el muy cabrón utilizó el cuerpo de Sam como escudo humano, ocultándose tras él de mi visión. Apunté. No tenía un disparo limpio, pero la sangre comenzó a brotar de la herida del cuello de mi primo. Iba a matarle. Y eso no lo permitiría jamás. Si Sam moría, sería por mis manos, no por las de un espectro. Miré a Sam. No hizo falta que hablásemos, sabía lo que quería que hiciera, así que solo le hizo falta cerrar los ojos para comunicarse conmigo. Me estaba dando permiso. Apreté el gatillo cuando el pincho comenzada a hundirse más en su cuello. La bala impactó en la diana. Volví a apretar. Una, dos, tres, cuatro, cinco y seis veces, hasta vaciar el cargador en su cuerpo. Continué apretando el gatillo.

Una chica Sobrenatural (#wattys2017) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora