- Lexi.
Me parecía que alguien me estaba llamando. Pero sería mi imaginación. Un sueño.
- Lexi. Despierta por favor.
- Lexi.
Fui abriendo los ojos lentamente. Me costó ya que llevaba mucho tiempo con ellos cerrados fuertemente, ya no recordaba cuanto.
No sabía dónde estaba. Miré a mi alrededor asustada. Estaba en una cama, las paredes estaban pintadas de amarillo, pero estaba tan desgastado que se podía ver la capa de abajo, verde claro. Había una ventana grande por la que la luz del sol entraba, iluminando toda la estancia que se componía de dos camas, una mesa con tres sillas, una vieja televisión y una puerta que imaginé que sería el cuarto de baño. Enfrente de mí estaba Dean, mirándome con cara de preocupación. Y a mi lado estaba Sam, estrechándome entre sus brazos.
- ¿Qué ha pasado? ¿Dónde estamos? ¿Dónde están mis padres? ¿Y mi tía?
- Tranquila. Estás bien, a salvo.
- ¿Y mis padres?
Los ojos de Dean me indicaron que algo no iba bien. Siempre que tenía algo malo que decirme sus ojos se tornaban oscuros. En realidad era más una percepción mía que una realidad. Pero en ese momento lo vi. Algo había pasado. Algo malo.
Me levanté de un salto de la cama, deshaciéndome del cálido abrazo en el que Sam me tenía envuelta. Corrí hacia la puerta pero cuando intenté girar el pomo, este no se movió. Algo les había ocurrido a mis padres y tenía que ir a por ellos. Porque en la habitación, de lo que supuse que sería un motel, no estaban.
- Lexi. Siéntate. Tienes que tranquilizarte.
- Estoy harta de que siempre me digan eso. Lo que quiero saber es la verdad, lo que ha pasado. Porque hace menos de dos minutos estaba en el salón de mi casa, atada a una silla y viendo como un puñado de vampiros asquerosos luchaban con mi padre e intentaban chuparle la sangre a mi madre. Y ahora me despierto aquí, con vosotros, y sin ellos. ¿Dónde están? – ahí estaba la furia de nuevo. Siempre que estaba asustada, o no sabía lo que estaba pasando me enfadaba. Era mi forma de autoprotección.
- Lexi.
Los ojos de Sam también eran reveladores para mi, tal vez una persona que no lo conociese desde hacía tanto como yo no se habría dado cuenta de la tristeza que reflejaban. Una tristeza profunda, que hizo que me estremeciese al imaginarme que lo peor era probablemente lo que había ocurrido. Hacía mucho tiempo que no veía a Sam, y estaba tal cual me lo había imaginado. Alto, fuerte, grande, con unos brazos que parecían columnas griegas, pero dulce y tierno como siempre. Me hizo sentarme de nuevo en la cama y él junto a mí, agarrándome la mano, dándole pequeños masajes con la otra.
Era un sueño. Si. Eso era lo que pasaba. Me había quedado inconsciente al final después de tantos puñetazos. Y estaba soñando con cosas bonitas, como lo que me había estado imaginando. Mis primos. Y probablemente de un minuto a otro aparecerían mis padres por la puerta. Alex, Mason… todos. Un sueño. Perfecto. Ahora tenía que despertarme y enfrentarme a la realidad. Esa en la que mi familia estaba siendo atacada.
Cerré de nuevo los ojos fuertemente. Intentando que la realidad volviese a mí.
- Lexi.
- Te quieres callar. Estoy intentando despertarme de todo esto. Tengo que volver con mis padres. Tengo que ayudarles. – ese era mi mayor deseo. Que todo fuese un sueño. Me sentía igual que cuando de pequeña me sentía sola y cerraba los ojos con fuerza imaginando que mi padre estaba con nosotras. Pero esa no era la realidad, tan solo era mi imaginación.
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Una chica Sobrenatural (#wattys2017) [EDITANDO]
FanficLexi siempre pensó que su padre la había abandonado, pero un día descubre la verdad y su mundo cambia. Tendrá que elegir entre vivir en ese nuevo mundo lleno de misterios y peligros u olvidarlo y seguir con su vida normal. Una novela basada en la se...