Capítulo 52: Yeiayel

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La frustración era evidente en su cara. No lo podía ocultar. Lo que había comenzado como un divertimento, como algo que me haría cambiar de idea, se convirtió pronto en una molestia más.

Aunque se pasaban todo el día torturándome, yo resistía. Mis heridas se curaban enseguida, por lo que el dolor, aunque sí que era constante, era soportable. Me había acostumbrado muy rápido a que me clavasen cuchillos. Y eso, ver como día tras día yo seguía impertérrita, le estaba desquiciando. Lo podía ver aunque se esforzase mucho en ocultarlo. Parecía como si aquella persona que apareció en mis sueños, ese hombre que me resultaba extrañamente familiar aunque no le había visto jamás, me habían dado fuerzas para continuar. Me pidió que continuara, y es lo que tenía pensado hacer. Por mis amigos, por mi tía, por Dean, Cas, por Sam. Resistiría por todos ellos.

Escuché una conversación que me dio algo de esperanza.

- Llevadla a la habitación. De momento hemos terminado aquí.

- ¿Pero jefe...?

- ¡Hazlo!

Tras sacarme todo lo que tenía clavado, y sin ningún cuidado, me arrastraron hasta encerrarme de nuevo.

Me tumbé en la cama. Nunca pensé que agradecería tanto estar allí de nuevo. Según mis cálculos, de los que no podía estar segura, ya que tan solo me guiaba por los demonios que entraban y salían de la sala de tortura, había pasado más de un mes allí. Me dormí sin quererlo.


Sentí una caricia suave en la cara. La piel que me rozaba estaba caliente y suave.

- Lexi. – la voz era agradable. – Despierta.

Entreabrí los ojos. Sentado junto a mí había alguien. Me apresuré a pegarme contra la pared alejándome lo más que podía de él. Entonces le vi. Era él.

-         No tengas miedo

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- No tengas miedo. – dijo.

Me relajé. No sé por qué.

- ¿Quién eres? – la voz no me salió demasiado bien, tampoco estaba segura de que me hubiera escuchado.

- Yeiayel. Soy un amigo de Castiel. Él me pidió que te protegiera cuando no estuviera.

- Cas... ¿Eres un ángel? – pregunté incrédula. Pero me suponía la respuesta. Claro que lo era. Pero me extrañaba que Cas hubiera revelado mi existencia a alguien más. - ¿Cómo has llegado?

- Digamos que los demonios no son muy buenos poniendo símbolos anti ángeles.

Me levanté de golpe, agarrándole de la mano.

- ¡Vámonos! – Yeiayel se mantuvo sentado en la cama. - ¿A que estamos esperando?

- No es tan sencillo Lexi. ¿Puedo llamarte así? – asentí, tanto para la pregunta como para darle pie a que continuara explicándose por qué no nos habíamos largado de allí. – Tienes que quedarte.

Una chica Sobrenatural (#wattys2017) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora