Me desperté minutos antes de que el coche se parara y llegáramos a nuestro destino. Lo único que vi por la ventanilla fue una fábrica enorme abandonada. Paredes de ladrillos rojizos y un par de chimeneas por las que no había salido humo desde hacía mucho tiempo. ¿Se suponía que allí se guardaba todo el conocimiento y objetos mágicos recabados en los últimos mil años?
- ¿Dónde se supone que estamos? – pregunté mientras nos bajábamos del coche.
- Lebanon – contestó Dean. – Creo que nadie pasa el recogedor de hojas por aquí desde hace mucho.
Lebanon. Eso estaba al lado de casa. A tres o cuatro horas de Lawrence.
Me di cuenta de que el refugio de lo paranormal no era la fábrica, sino lo que se encontraba debajo de ella. Lo que escondía una vieja, pero todavía en pie, puerta de algún tipo de metal resistente.
- Hará unos setenta y cinco años que esto está abandonado. ¿Cómo esperabas que estuviera?
- Una chica con una cesta de frutas no hubiera estado mal como bienvenida. – replicó Dean a su hermano pequeño.
- Cojamos linternas.
Los tres nos hicimos con una linterna, y en la otra mano una pistola. Por si acaso. Aunque parecía que allí no había puesto un pie nadie en mucho tiempo, nunca estaba de más ser precavido.
- Yo primero – dijo Dean como un niño pequeño que quiere subirse en una montaña rusa sacando la llave de la caja.
La caja me trajo a la memoria a Henry y su muerte. En lo último que me había dicho. En esas palabras que se me habían quedado grabadas y me habían llegado al corazón. Después de todo no todos me veían como un bicho raro, aunque tardaran en darse cuenta de ello. Y eso me hacía pensar que tal vez no lo fuera.
La puerta no chirrió al abrirla, lo que me sorprendió gratamente. Pero al poner un pie dentro, nos dimos cuenta de que eso llevaba mucho tiempo cerrado. Encendimos las linternas y cerramos la puerta tras nosotros.
- Cuidado – dije al aire.
Los haces de luz mostraron una barandilla, seguida de unas escaleras. Me acerqué a la barandilla, sin apoyarme en ella por miedo a que venciera con mi peso. Alumbré abajo. Mis ojos vieron una mesa en el centro, o eso pensé, y otras mesas rodeándolo con maquinas. Lo único que identifiqué fue una máquina de escribir.
- Parece que hemos retrocedido en el tiempo. – dije a Dean, que estaba junto a mi mirando hacia abajo.
- Eso es una emisora de radio – dijo Sam alumbrando a lo que en mi opinión se asemejaba más a una mesa de comandos de una nave espacial. – Un telégrafo, una centralita.
- Estaban a la última. – dije irónicamente. Dean soltó una risita.
- Tiene toda la pinta de que esto era su base de operaciones. Tienen todo lo necesario para comunicarse con el exterior.
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Una chica Sobrenatural (#wattys2017) [EDITANDO]
FanficLexi siempre pensó que su padre la había abandonado, pero un día descubre la verdad y su mundo cambia. Tendrá que elegir entre vivir en ese nuevo mundo lleno de misterios y peligros u olvidarlo y seguir con su vida normal. Una novela basada en la se...