Una chica Sobrenatural (#wattys2017) [EDITANDO]

Capítulo 49: Una dolorosa vuelta a la realidad

Estábamos ya en el coche cuando me percaté de que me había dejado la mochila en el despacho de Dick, el padre de Ryan, al que acababa de conocer. Me quería morir de la vergüenza. ¿Cómo podía haber sido tan despistada? Muy sencillo, estaba como un flan por conocer a su padre, y me extrañaba que no se me hubiera olvidado hasta mi nombre. Porque es lo que me sucedía siempre que conocía a alguien nuevo. Desde que recuerdo. Me sucedió al conocer a Mason, menos mal que estaba Alex para salvar la situación, con Derek, Eve, Dan y creo que se remonta hasta Alex. Era un apuro, lo sabía, pero no podía hacer nada para cambiarlo.

- Me he dejado la mochila en el despacho de tu padre – mejor decir las cosas claras, aunque quisiera que me tragara la tierra. Le miré y puse ojitos de pena.

- No pongas esa cara o sufrirás las consecuencias.

- ¿A si? – se acercó y me besó – Supongo que podría soportarlas, lo llevo haciendo bastantes meses ya – recibí un giño y media sonrisa como respuesta.

- Te acompaño. Porque mi padre ya no está.

Cierto. Había salido del despacho justo detrás de nosotros, separándonos en el parking.

Saludamos a la recepcionista por tercera vez en menos de una hora, y entramos en el ascensor. Las puertas estaban a punto de cerrarse cuando una pequeña mano se introdujo en la ranura, haciendo que se volvieran a abrir las puertas.

- Menos mal – dijo una chica pelirroja mientras se colocaba junto a mí y pulsaba un botón.

La miré de reojo. Parecía una de esas personas alegres que están a todas horas con una sonrisa en la cara. Pero hoy no era el caso. Estaba muy seria y tenía pinta de estar concentrada en algo importante.

El sonido del móvil me sacó de mis pensamientos. Miré la pantalla para ver un número desconocido por millonésima vez. Era el mismo de siempre. El mismo que llevaba llamándome todas las semanas durante los últimos tres o cuatro meses. El mismo que nunca cogía y al que casi siempre terminaba colgando directamente. Me daba igual quién fuera y lo que quisiera. Yo no tenía su número, por lo que no me interesaba. Además, no podía ser tan importante, ya que las únicas personas que tenía en mi vida, Ginna, Alex, Mason y Oliver, estaban registradas en mi agenda de contactos. Colgué.

- Conozco a alguien que te quitaría el teléfono por esa canción. – dijo antes de bajarse en su planta.

No supe que contestar, así que tan solo sonreí mientras me fijaba en la identificación que llevaba colgada al cuello. Charlene. Las puertas se cerraron de nuevo.

Llevaba cinco días allí. Ya había visto todas las instalaciones de la empresa, un tour vip de la mano de Sammuel, el guardaespaldas granduñón, mientras Ryan iba de reunión en reunión. Pero la verdad es que unas instalaciones de investigación médica no me interesaban demasiado. Los alrededores también me los había visto, así que decidí quedarme ese día en el hotel. Dormir hasta tarde, salir a correr un poco, ver la televisión y leer un buen libro. Ese era mi plan para el día. Y después, ir a cenar con Ryan y su padre, como todas las noches desde que llegamos.