Capítulo 40: El plan

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En los últimos días no había tenido ni un minuto para poder hablar con Castiel a solas. Tenía la extraña sensación de que las cosas no iban demasiado bien que digamos. ¿Por qué sentía eso? Ni idea, pero tampoco ayudaba saber que el rey del infierno, al que mis primos creían muerto, seguía vivito y coleando, que se había ocupado de mi, y lo peor de todo, que había sido porque Castiel se lo había pedido. Quería enterarme de ese súper plan ultra secreto que estaban tramando ambos. Porque para ser sincera, no me daba muy buena espina. El ángel más bueno que había conocido compinchado con un demonio, y no uno cualquiera, sino con Crowley. Eso se merecía una buena explicación. Pero luchar contra espíritus que hacían que maniquíes mataran a personas por venganza y ángeles que no dejaban de acosarnos, no me dejaba tiempo ni para pensar. Así que, aunque suene muy mal, cuando Balthazar hizo desaparecer a mis primos, me alegré, muy en el fondo claro está, de poder tener un rato a solas con Castiel, aunque este se empeñara en negarme la información que le solicitaba y no dejara de hacerme preguntas estúpidas de las cuales ya sabía la respuesta.

- Te estoy diciendo que no sé lo que sucedió. Yo estaba en la habitación, dormida. – sí, me había quedado dormida en plena investigación. Muy profesional por mi parte. - Cuando me desperté, bajé las escaleras, vi al matón y Balthazar, después les tiró contra la ventana y desaparecieron. Todos. Intenté ir detrás, pero lo único que conseguí fue mojarme. – esa noche estaba lloviendo de la lindo. Sin saber que acababa de pasar y que hacer, y sin Bobby en casa, lo único que se me ocurrió fue llamar a Cas, quien tras inspeccionar la casa, me agarro y aparecimos en una habitación de algún lugar. Desde ese momento, no me había dejado de preguntar, una y otra vez, lo que había visto, aunque no fui de ayuda en ese tema. Lo único que podía decirle era que vi a mis primos salir volando por una ventana hecha añicos del salón de Bobby, desaparecían y luego Balthazar y el matón también– Balthazar no te dijo nada. Es tu hermano ¿no?

- Algo así. Rafael los está usando para hacerme salir de mi escondite.

- Pues lo ha conseguido. Y otra cosa, ¿qué demonios le has hecho a Rafael? A parte de intentar matarle. – Cas me miró con cara de pocos amigos, y dio un bufido, o eso me pareció.

- No te preocupes. Estamos a salvo. No nos encontrará aquí.

- ¿Y dónde es aquí?

- No tienes que saberlo. Así que pretendes que me quede donde demonios estemos, con la boca cerradita, de brazos cruzados, mientras mis primos corren peligro. Creo que no me conoces.

- Ellos están bien, no tienes de que preocuparte. Lo tengo todo controlado.

- ¿A si?

- Si.

- ¿Entonces sabes lo que ha pasado?

- No.

- Claro. Y como no lo sabes están tranquilamente esperando si hacer nada.

- Te he preguntado qué ha sucedido. Y no me has contado nada.

- Te he dicho todo lo que he visto. Pero si quieres me puedo inventar una historia. Justo como estás haciendo tú. ¿Qué es lo que está sucediendo Castiel? Porque no me creo que tus amigos estén en peligro y tú no hagas nada para ayudarlos. Que es justamente lo que estás haciendo ahora mismo. – le había pillado. No me engañaba. El Cas que tenía ante mis ojos no era el mismo de siempre, había algo cambiado. El antiguo Cas estaría removiendo cielo y tierra para encontrar y ayudar a sus amigos. Pero este no movía ni un dedo.

- Yo no invento nada.

- ¡Claro que no! ¡Porque no me estas contando nada! – mi tono de voz estaba empezando a elevarse. – Sé que cuando estuve inconsciente te dejaron cuidándome, y tú enviaste a Crowly a vigilarme y te largaste. No les dije nada porque quería que me lo explicaras tú. Y ahora esto... ¿Qué te está pasando Cas?

Una chica Sobrenatural (#wattys2017) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora