Capítulo 43: Decisiones

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El olor a café recién hecho y tortitas inundó mis fosas nasales, haciendo que me levantase de la cama y caminase hasta la cocina como un zombi.

- Buenos días – Derek estaba frente a la cafetera, con tres tazas humeantes en la mano.

- Buenas. – respondí mientras le ayudaba antes de que todo se le cayera al suelo.

Llevaba en con Alex y Derek casi una semana. Una semana en la que me había olvidado por completo de asuntos sobrenaturales. Una semana en la que volví a ser una persona normal. Una chica corriente que salía con sus amigos a tomar algo por las tardes, iba al cine y de compras con su mejor amiga, y pasaba el rato con su ex novio. Y alguien que en los momentos en los que sus amigos estaban en clase o trabajando, aprovechaba para estudiar un poco. Esa había sido mi vida desde que había llegado a Nueva York. Y no me quejaba, por lo menos de momento.

- ¿Habéis planeado algo para el fin de semana? – me preguntó el pobre de Derek mientras le ayudaba a llevar las cosas del desayuno. La verdad es que desde que llegue había acaparado toda la atención de Alex, y me daba reparo que se sintiera desplazado o mal por ello. Aunque su actitud no me indicaba eso, sino todo lo contrario. Siempre tenía una sonrisa para mí. Lo que me hacía sentirme un poco menos culpable por estar invadiendo su casa, su vida, su intimidad.

- Mason quiere que vayamos al sitio ese nuevo del que nos habló el otro día. – Alex apareció en la cocina tras haberse pasado cinco minutos escasos arreglándose. Pero es que ella tenía un don; en un minuto podía ponerse igual de guapa que otra en dos horas. – Pero podemos cambiar de idea. – me dijo.

- Por mi bien – señalé. Y vi como Derek asentía también.

Alex no había dejado de repetirme que si no quería quedar con Mason podíamos hacer otros planes. Pero la verdad es que me había encantado volver a pasar tiempo con él. Me hizo recordar todas las cosas que me atrajeron de él en el instituto. Y aunque hacía tiempo que ni nos veíamos ni hablábamos, sentía como que nunca nos hubiéramos distanciado. Y la tensión incomoda entre nosotros había desaparecido.

El tema con el que me sentía muy incómoda, y que Alex se empeñaba en no dejar de sacar, era con Sam. Ella insistía en que tenía que cogerle el teléfono, o por lo menos escuchar los mensajes de voz que me dejaba. Pero mi respuesta era siempre la misma; no. Sabía que si escuchaba su voz, sus explicaciones, volvería corriendo allí, como si nada hubiera ocurrido. Pero si que había pasado. Se largó. Sin más. Y por muchas veces que me lo negara a mi misma y a Alex en voz alta. Me dolía. Y me di cuenta de que tal vez, solo tal vez, si que tenía algún tipo de sentimiento hacia él. Pero no podía ser. No iba a empezar de nuevo con lo mismo con lo que llevaba toda la vida, pero en esta ocasión cambiando de hermano. Ya había superado lo de Dean, incluso el tremendo error que cometimos. Había conseguido verle igual que siempre, sin querer partirle la cabeza o comérmele a besos. Ahora no podía caer en el mismo juego pero con diferentes jugadores. No de nuevo. Así que no dejaba de repetirme que lo más probable era que al pasar tanto tiempo con Sam, pues hubiera confundido mis sentimientos, por lo que estar un tiempo alejados me vendría muy bien.

- Eso no te lo creer ni tú – me repetía Alex por millonésima vez. – Pero si te quieres engañar de esa forma. Allá tú. – la miré con cara de tristeza. Se estaba pasando de insistente. – Lo siento. Tan solo quiero que seas feliz. Eso es todo – me dijo mientras me abrazaba.

- Lo sé. Ojalá tuviera lo que tienes tú con Derek. – me daban envidia, pero sana. Llevaban desde el instituto juntos, y nunca se habían separado, por nada. Una pareja envidiable. – Y ahora vete de una vez, que tu novio me va a matar por haceros llegar tarde al trabajo.

Una chica Sobrenatural (#wattys2017) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora