Ep. 37

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     No se escuchaba nada más que el agua agitarse ligeramente.
   Jamás había presenciado tanto silencio en un lugar lleno de agua, una vibración seria fácil de resonar como eco. Pero nada, ni un solo ruido.
   Hundió la cabeza en el agua, dejando que sus pensamientos empezarán a fluir a corriente libre. Saliendo de su cabeza y yendo por las aguas calientes que cubrían su cuerpo completo.
   Poco a poco su mente empezó a despejar, sólo así, podría revisar sus recuerdos con cautela.
   —¡Eres una tonta!—Gritó alguien, su voz no le sonaba familiar—¡Ojala te hayas muerto hace mucho tiempo!
   Abrió los ojos, intentando comprender el primer recuerdo que vino a ella.
   —¡Si quieres que me muera, pues bien! ¡No volverás a verme nunca más en tu vida!
   Había sombras por todos lados, que corrían y corrían alrededor de ella. Muchas voces y risas, llantos y golpes.
   —Ya no me da tanto miedo—Dijo otra voz—Si estoy contigo, nada me da miedo.
   —Es bueno escuchar eso. Si ya no quieres tener miedo, me quedaré aquí contigo.
   ________ estaba totalmente perdida, es que las figuras no podían verse, sólo eran sombras.
   —¡________! ¡No te vayas! ¡Por favor!
   —¡Mamá! ¡Papá!
   —¡________!
   —¡Draco!


   
      Siempre miraba por donde caminaba con temor a pisar un asqueroso charco de lodo que estuviese por allí. Sacrificando su comodidad por el que no lo descubrieran.
   Así que iría a un manantial, ¿Eh?
   —Thulev, ¿Estas seguro de que es por aquí?
   El otro chico asintió.
   —Tendrás que pisar un par de mierdas si quieres llegar a tu chica.
   —¿“Pisar un par de mierdas”? ¿De qué estás hablando?—Cuestionó, justo antes de escuchar el asqueroso sonido bajo su pie.
   Había pisado algún extraño excremento y se aguantó las ganas de gritar de la furia que sentía, pero si quería llegar a ella, debía ser paciente.
   —Es raro de verdad, que faltes a clases por visitar a una mujer.
   —¿“Mujer”?
   —Ella ya tiene dieciocho, es una bruja increíble, ya se puede sustentar sola e incluso está a cargo de una chica que sacó del ministerio, aunque es tierna en el amor, no puedes negar que ya es toda una mujer y tu…—Hizo un gesto desagradable—Solo eres un niño.
   —Maldito insolente—Refunfuñó, agachándose por debajo de unas ramas para intentar atrapar al otro chico, pero este desapareció en un párpado.
   —No puedes atraparme.
   —Calla de una vez.
   —Mírate—Rió, apareciendo por encima de un árbol alto—El príncipe de Slytherin cruza un indeseado y asqueroso bosque en busca de su reina Gryffindor.
   —Suena bastante bien cuando lo dices así—Jadeó, deteniéndose un poco para respirar de lo mucho que había caminado—Digo… Lo de Gryffindor no me gusta, pero no puedo negar que es una reina.
   —Ay vamos, tienes suerte de que sea una pura Gryffindor, es mucho más inteligente de lo que crees y no falta toda esa osadía que te cautiva—Se colgó de la rama con los brazos alzados al suelo.
   Malfoy rodó los ojos y siguió caminando entre los árboles, las hojas secas y el sonido vibrante de los pajarillos.
   —Pude enamorarme de ella independientemente de que fuera Slytherin o Ravenclaw, inclusive Hufflepuff.
   —Vaya, vaya, vaya, que determinación.
   —¿Gracias?—Jadeó y miró a todos lados mientras se secaba el sudor de la frente—¿Ya estamos más cerca?
   —De hecho… Estas justo encima.
   El rubio giró la cabeza hacia sus pies, donde se encontraba un sólido piso de piedra lisa.
   —¿Y porque no me habías dicho?
   —Porque no habías preguntando, tonto.
   El chico rodó los ojos.
   —¿Por qué está debajo de mi?
   —No lo sé, solo sé que está debajo.
   —¿Y donde esta la entrada?
   —¿La entrada?—Preguntó con incredulidad—Tch, Tch, eres un pervertido.
   —¿Un qué?
   —Sígueme, amo.
   Draco hizo un mueca sospechosa y molesta a la vez, aun así le siguió por detrás. En silencio marcharon a un patrón del sol sobre las matas y las ramas.
   El viento soplaba suavemente, anunciando desde lejos, que el tiempo se pondría nuevamente un poco frío.
   Y poco a poco empezó a escucharse el sonido ligero del agua y el olor de la humedad, sin dejar de lado el hecho de que comenzaba a hacer calor.
   Thulev lo guió hasta la entrada, bastante peculiar a su parecer, donde dos enormes robles de cruzaban entre sí por el extremo de lo más alto, creando una especie de arco, que, aunque se viese más hermoso y normal de lo normal, la luz raramente interfería cuando se cruzaba por el arco.
   El otro chico alzó su mano hacia el arco, indicándole que esa era la entrada oculta.
   Malfoy tragó saliva y alzó su mano con cuidado, notando como este desaparecía al traspasar una delgada capa de invisibilidad.
   Suspiró tomando fuerza suficiente y se adentro al lugar, sintiendo una caricia de vapor golpear contra su rostro y por poco dejarle sin respiración.
   —Aquí estamos—Dijo el otro chico, con las manos detrás de la espalda y la mirada perdida en todos lados—Ella no está muy lejos.
   Dicho esto el pelirrubio sintió un cosquilleo eléctrico que emocionó hasta sus ganas de sonreír.
   —Vamos.

Hechizo ~ Draco Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora