Ep. 22

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     Duraron un par de minutos mirándose a la cara. Retando se uno al otro. ¡Esto era la guerra!
   —Apostemos—Dijo la chica, sin parpadear.
   —Clar-, espera, ¿Qué?—Se alejó—¿Apostar?
   —Ajá, apostemos por el bolígrafo, con un juego limpio.
   Draco sonrió y se cruzó de brazos.
   —¿Ah si, fea? ¿Con qué juego?
   —Mmmm… Déjame pensar—Puchereó pensativa, mirando el techo.
   El chico soltó una risita y esperó pacientemente a que ella terminará de pensar.
   Que genial era poder verla de nuevo, esperaba que esa aventura jamás terminara. Era sencillamente la emoción de saber que la hora de sonreír y ser feliz llegaba, solo al lado de ella.
   Tocó su pecho.
   Su corazón debía tranquilizarse.
   —¿Ya pensaste en algo?
   —Dime…—Con la mirada al techo, la bajó hacia aquellos ojos grises—¿Te gusta… El ajedrez?

     Se sentaron frente a frente en una mesa de una tienda del Callejón Dorado.
   Peverell y Malfoy esperaban ansiosos el inicio de su partida. A _________ le tocó las piezas negras y a Draco las blancas, pero no darían comienzo hasta que la chica tuviese su café súper caliente y cremoso.
   —¿Asustado, Malfoy?
   —Ni un poco.
   Siguieron mirándose a los ojos hasta que el mesero llegó, y dejó la taza al lado de la señorita Peverell.
   —Aquí tiene su orden.
   —Muchas gracias.
   _________ tomó un pequeño sorbo y se relajó sobre su asiento. Estaba lista.
   Sacudió su cabeza y asintió con la cabeza, para indicarle a su oponente que estaba lista para iniciar.
   Así que Draco alzó la mano e hizo su primer movimiento: peón en la casilla f4.
   La chica se lo pensó dos veces.
   ¡Eso es!
   Movió su peón negro a e6.
   Draco tomó otro peón a g4.
   Peverell tapó su boca conteniendo una risita y eso sacó de órbita a Malfoy, ¿Por qué se reía?
   Miró el tablero fijamente. Demonios, ya había perdido.
   —Jaque Mate—Dijo la chica moviendo a la dama negra a la casilla h4.
   Si, fue una partida muy astuta y más rápido de lo que planteaba. Así que, rendido, tomó el bolígrafo de su suéter y se lo dio a la chica.
   —Creí que eras bueno en Ajedrez.
   —Lo soy, es solo que me tomaste desprevenido, es normal.
   —Nah—Respondió la chica, mirando el artefacto brillante—Es solo que soy mejor que tú.
   —Es demasiado temprano para que tu bocota empiece a decir tonterías.
   Peverell rio y guardó el bolígrafo en su bolsillo.
   —¿Se puede saber a quien viniste a ver?
   —No te importa.
   —Vale, vale, vale, ¿Y ya te tienes que ir?—Tomó su taza de café y tomó un sorbo, sin quitarle los ojos de encima.
   Draco negó con la cabeza y recargo su cabeza en su mano sobre la mesa.
   —No quiero volver a casa.
   —¿Quieres dar un paseo?
   Su rostro se iluminó de la emoción.
   ¡Sería fantástico un paseo! Así que con una sonrisa asintió y espero a que _________ terminara su café.
   No decían ni una sola palabra. Tampoco había explicación cuando ambos se miraban a los ojos, formando un lazo, una conexión que se iba haciendo cada vez más grande. Una unión que jamás los separaría y eso era la sensación que ambos sentían.
   Era real y perfecto.

   —¿Y bien? ¿A dónde vamos?
   —¡Vayamos al mundo muggle!—Palmeó sus manos, emocionada.
   —¿Qué? Por supuesto que no, no aguantaría pasar más de una hora allí.
   —Pero tienen cosas muy interesantes, además, han pasado siglos para mi—Tomó su mano con insistencia, haciéndole la famosa y clásica mirada de perrito.
   —Ay por merlín, no hagas eso—Draco apartó la vista y cerró los ojos.
   —Por favor, Draquito—Puchereó—Hermione me contó sobre juegos mecánicos, ¡Quiero verlos!
   —Encima te lo dijo esa cerda.
   —No es una cerda, es mi amiga.
   —Me da igual, no iremos al mundo muggle—Siguió caminando mientras Peverell le jalaba de la mano, como una niña renegona.
   —Por favor—Rezongó.
   —Tch, Tch, está bien.
   —¡Genial!
   Draco rodó los ojos. Bueno, que más daba, con tal de no regresar a casa y… Seguir sosteniendo la mano de ella.
   Y se alejaron, hacia una salida del mundo mágico y entrada al mundo muggle, en busca de una plácida aventura con el único fin de estar juntos.

Hechizo ~ Draco Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora