Hechizo ~ Draco Malfoy

Ep. 11

     Se volvió locamente vehemente, y corrió lo más rápido que pudo hasta el patio. Allí, observó a un grupo de estudiantes mirar horrorizados al suelo, donde una enorme mancha roja se extendía por todo un pasillo.
   Su corazón latía con fuerza. Las manchas eran extrañas, como si el cuerpo no sólo hubiese sido arrastrado, si no también que parecía haber tenido un ataque y una pelea.
   Corrió por todo el pasillo. Estaba asustado, atemorizado, quizá pensando lo peor que pudiese encontrar, tal vez pensaba que sus temores se habían hecho realidad. Pero mientras tuviese la oportunidad, intentaría tener la esperanza de encontrarla y salvarla con vida.
   La mancha llegó hasta las escaleras que conducían afuera y eso significaba más peligro aún. Bajó los escalones con la más rápida velocidad que sus pies le permitían, causando que casi tropezara.
   —No, no, no, no, no—Se dijo a sí mismo, cuando veía que la mancha se iba borrando poco a poco y ésta iba directo al bosque prohibido.
   Corrió hacia el lugar, pero se detuvo al visualizar una pequeña figura que iba caminando deambulante hacia él.
   Draco retrocedió, asustado.
   ¡¡No sabía lo que hacía!! Solo tenía miedo.
   La luz de la luna reinaba por todo el lugar, condenando a Malfoy a cegarse por aquella silueta incomprensible.
   —¿_________? ¿Eres tu?—Preguntó, sacando cuidadosamente su varita.
  La silueta se detuvo por un momento y luego siguió caminando, pero ésta vez hacia el chico. El pelirrubio se tensó y se preparó para cualquier posible ataque.
   —¿________? ¿Quién? ¿Quién eres? ¡Contesta!
   —Draco…—Musitó, con debilidad—Draco…
   —¡_________!
   De la impresión, soltó su varita corrió hacia Peverell, quien se encontraba levemente herida y la atrapó en sus brazos antes de que esta se desplomara en el suelo.
   —¡¡_________!! ¡¿En donde estabas?! ¡¿Qué estabas haciendo?!
   Ella solo sonrió, al ver la cara de Draco y acarició sus cachetes y pómulos. Era taan guapo.
   —Me… Deshice de ese hijo de perra—Contestó y casi pronto se desmayó en los brazos del pelirrubio.
   —¡_________!—Malfoy la levantó en sus brazos y la cargó pesadamente unos metros más adelante.
   Pero llegaron el director y algunos profesores.
   —¡Oh mi Dios!—Exclamó McGonagall tomando su vestido y corriendo hacia sus alumnos.
   Dumbledore se acercó y tocó su cuello.
   —Solo se desmayó. Hagrid, llévala al hospital.
   El nombrado asintió y acto seguido arrebato a Peverell de los brazos de Draco, aunque al principio éste no quería soltarla.
   —¿Pero que ha pasado aquí?—Preguntó Minerva y todos se acercaron a Draco.
   —Yo…—Respondió, sin dejar de ver la espalda de Hagrid con nerviosismo, observando la mano de la chica colgando y balanceándose suavemente—Solo vine corriendo, la vi caminando hacia mi, y sólo la atrape y se desmayó.
   —Parece que vino del bosque prohibido—Opinó el profesor Horace.
   —Pero la niña no tenía muchas heridas, ella no fue la que perdió toda esa sangre—Comentó la profesora McGonagall.
   —¿Entonces habrá tenido una batalla con alguien?
   Draco se volteó al bosque, recordando las palabras que había dicho _________, sin duda había un bastardo que la había ido a buscar, y sin pensarlo dio un paso para ir directo al bosque.
   —Draco Malfoy, regresa a tu sala común de inmediato, es una orden—Habló Dumbledore.
   El chico se detuvo y no pudo hacer más que lo que le indicaron hacer.
   Se dio la vuelta y caminó a las escaleras, molesto, furioso, triste, asustado, aliviado y con el corazón tan tibio, mientras los profesores lo miraban irse.
   Minerva volteó a ver al director Dumbledore.
   —En todos estos seis años, Draco jamás había estado así, se ve que se preocupa y tiene un vínculo muy fuerte con la señorita Peverell.
   —¿Será algo pasional?—Se preguntó Albus, mirando al chico subir acelerado por las escaleras—Como sea—Agitó sus pensamientos y miró al bosque—Debemos averiguar que sucedió, pero en la noche puede ser riesgoso, descansemos ahora, se lo que sea que esté allá afuera y haya atacado a nuestra estudiante, ya no podrá entrar.
   Todos los profesores hicieron caso y caminaron de regreso al castillo.