Luego de que Circe se tranquilizara, y tuvo en frente a Arabella, que ya no sabia para que lado correr, los ojos de la menor se le llenaron de lágrimas, y dejando todo ese falso rencor de lado se tiro sobre la rubia para darle un fuerte abrazo.
—Lo siento tanto.— le susurro Arabella al tener a la pelirroja en sus brazos.—Perdón por haber sido tan cruel contigo.
Tras las disculpas, y un largo abrazo, Circe sintió un peso menos en su pecho, pero otro que la hacia dudar de todo lo que conocía crecía en su lugar.
La pelirroja decidió dejar a Hisirdoux con Arabella a solas, y se fue a caminar por el campamento, a conocer sus alrededores, la gente, las brujas. En medio de su caminata se cruzó con la matriarca.
—Vaya, una hechicera nigromante. — dijo esta al verla.—Saliste viva de milagro de aquel bosque.
Circe la vio espamada, ella nunca dice lo que es realmente, en principio porque hasta ella misma quería olvidarse de sus raíces.
—No he conocido a muchas personas como tu, que lo quieren negar, por lo general los nigromantes quieren aun mas poder.— dijo alzando una ceja.—Menos tu.
—Yo, yo, yo no elegí esto, pero puedo evitar terminar como varios.— respondió nerviosa ante la duda.
—O puedes aprender de tu esencia, no terminar como ellos, cada uno elige su camino. Es bien sabido que la mayoría de los nigromantes eligen la oscuridad de su magia.
La pelirroja se tomó la boca del estómago, no sabia si eran nervios o que, pero le dolía. Aquel discurso de Caliope la descolocó por completo, desde que nació le marcaron que camino seguir, ir por uno propio no fue una opción para ella.
—Aun eres joven, te queda mucho por delante, que tus primero años de vids no te encasillen por lo que te reste de esta.— le tomo la mano, y observó algo en ella.—¿Viste este línea? Indica que aun te queda mucho que recorrer.
La matriarca se fue, dejando en medio de una multitud festiva a Circe. Sobre su cabeza miedosa múltiples dudas surgieron. Camino sin rumbo, viendo las diferentes carpas, cada una ofrecía mucho, desde pócimas, libros, escritos sueltos, polvos mágicos, piedras rúnicas, hasta cualquier tipo de encantamiento. Si ella no estuviera tan absorta en sus incógnitas, hubiera hablado hasta por los codos con cualquier ser que se cruzara y le ofreciera hasta lo mas mínimo.
Ahora su único rumbo era ir donde estaba los demás, hacerlos callar, y dormir. Al llegar a la carpa vio una escena empalagosa, hasta que medio le dio un poco de celos, sin entender muy bien a quien estaba celando, si a Hisirdoux que era su figura de hermano mayor o Arabella que de alguna manera podía ponerla mas nerviosa de lo usual.
—Disculpen. — carraspeo.—¿Estaran toda la noche así? Quiero descansar un poco.
—Ah no, mí lady.— dijo Arabella poniéndose de pié.—Nadie duerme temprano esta noche, porque hoy hay festival.
—Vayan ustedes ya tuve demasiadas emociones.
—Debes venir Cir.— suplico.—Además quiero que conozcan a alguien.
—¡¿Quién?!— preguntaron al unísono Hisirdoux y Circe.
Arabella sonrió emocionada, tomo a ambos de las manos, y los arrastró al centro del gran campamento. Una fiesta bastante colorida, con musica, y comida se llevaba a cabo; Arabella llevó al medio de esta a sus amigos, se freno frente a la gran fogata que había a sus espaldas. El fuego parecía danzar con ella. Se detuvo por un instante alzando sus brazos, abriendo sus manos, y muy lento por sus piernas empezó a trepar una gran serpiente blanca, que se fue enroscado por su cintura, término de escalar por detrás de su cabeza, fijo sus ojos blanquecinos sobre Circe e Hisirdoux.
ESTÁS LEYENDO
¿A Que Le Teme Circe? - [Tales Of Arcadia, Au]
Fantasi🔸Libro 3🔸 Negar la naturaleza de la magia nunca fue tan difícil hasta que esta se hacia presente cada día que pasaba. Circe Hestigio estaba convencida de que nunca llegaría a ejercer la nigromancia o la magia de sombras, pero su curiosidad ingenu...