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20 de marzo, Italia 1646.

Narra Circe Hestigio

Por primera vez en la vida, algo se cumple tal cual. Tengo este deseo por tener a mi hijo de inmediato entre mis brazos, poder contar cada rasgo que compartimos y cuales comparte con su papá. Tan grande es, que el tiempo mismo ha ido tan rápido, que comienzo a tener temor porque pronto nazca.

Este embarazo me ha puesto en el ojo de varios. Es difícil responder como es que ha sucedido luego de tantos años de pareja.

 Me he cruzado con varios mágicos, que quedaron muy sorprendidos al enterarse sobre esto. Lo se, no podemos tener hijos por medios tradicionales. Para eso debes jugar con el destino para traer un niño o niña mágico. Algo que con Baltimore no hicimos, en nuestro planes no estaba nada escrito acerca de criar hijos. Por lo general nacemos de padre o madre ordinario, con alguien mágico.

Mí madre no tenía magia, pero el hombre que me engendro si. Y Baltimore nunca me dicho nada de su familia. O bueno, de aquellos que lo trajeron a la vida. 

Y la parte de mi vida que anunciaba una muerte temprana me había quitado toda esperanza de ser madre.

Ahora no dejo de imaginar cómo sería el pequeño ser que anida en mi vientre. Lo mucho que lo amamos sin conocerlo, y lo ansiosos que estamos por tenerlo ya.

Despertar en primavera nunca fue tan placentero. Me alegro saber que este niño o niña será bien recibido por el calor de un hogar que lo desea y una hermosa estación. Rodeado de flores y cielos despejados. Con tibias noches arropado entre nosotros.

Este bebé tendrá todo lo que a mi me faltó. Será feliz, haré que cada día de su vida cuente.

La mañana me sorprendió más despierta de lo habitual. Hace semanas quite las cortinas de las ventanas para que el sol inundara el cuarto con todo su esplendor.

  Arabella decía que era una pésima idea, pero los días que despertó a mi lado gracias a los terrores nocturnos a causa del embarazo y por la falta de Baltimore, ella cambio de parecer. Tan así que cuando volvió a su cuarto quito sus propias cortinas.

Esa mañana sentí que sería distinto, no se porque, mi intuición a si lo indicaba.

—Creo que será una niña.— le comente a Baltimore, mientras se estiraba despertando. 

—Mmmm creo que asi sera.— me respondio seguro viendo la prominente barriga.—Si es niña la llamaremos Luna.

Lo miro con reproche. Los nombre relacionados con astros quedaron fuera de la lista. Aún así, no hemos dado con uno acorde.

—Eres tan gracioso.

Le sonrió, y él me responde con esa fina sonrisa en la que no muestra los dientes, pero que le marca la cara con un par de líneas alrededor de la boca.

 Me besa la frente, sale de la cama, y luego de vestirse se fue del cuarto. Era algo que disfrutaba, verlo todas las mañanas hacer esa meticulosa rutina que tanto niega. Desde ponerse el grueso cinturón en la cadera, y abrocharse con cuidado cada botón de la camisa. Él se toma su tiempo, al igual que atarse en cabello en una coleta baja, y estirar los brazos para calentar.

Minutos después de que cerrara la puerta lo escuche gritar desde la pequeña sala de la casa. No me apure para salir de la cama, me imagine que pudo haber sido. 

—¡White para!— se escuchaba su voz. 

 A White le cae mas que bien Baltimore, o lo hace porque gusta de Alack. El lobo también siente ese gusto particular por la gata blanca, pero ambos son muy testarudos y orgullosos para decirlo. A mi se me hace raro, un lobo feroz y una felina poco simpática, sobretodo porque ella a dejado bastante en claro su poco agrado hacia los canino.

¿A Que Le Teme Circe? - [Tales Of Arcadia, Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora