Capítulo 29: La caída

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El de rayas o el de rombos, no sé qué jersey ponerme hoy. Bah, le voy a preguntar a Alex.

Camino hasta el baño, un segundo que me derrito por verle recién salido de la ducha. Vale ya esta. ya he vuelto a mis cinco sentidos.

- Sofia, ¿estas aquí?- ¡AAH Dios mío que susto!

- Jolín, me has asustado.- Me quejo.

- Estabas en Babia.

-  Estaba admirando lo bueno que estás. Tienes 34 años y estás mejor que la mayoría de chicos de mi edad. ¿Tú crees que cuando tenga tu edad, voy a estar igual de buena que ahora?- Realmente no me preocupa envejecer. Si me tengo que hacer algún tratamiento de belleza lo haré. Ya me he hecho alguno, nada quirúrgico ni inyectarme. Creo que envejecer es algo natural, otro tema es quererse verse bien. Mamá era adicta al bisturí y las inyecciones. Cuanto la hecho de menos, sus gritos cuando una se miraba al espejo y descubría que tenía una arruga de expresión o se le había quedado marcada la sabana en la mejilla.

- Eres lo que no hay. Y que sepas que para mi dentro de diez, veinte o cien  años vas a seguir siendo la mujer más guapa, sexy y perfecta del universo.- ¿Puede ser más tierno?

- Eres un halagador.- Le doy un breve beso en los labios. Bueno, a lo que venía. ¿Qué jersey te gusta más?

Estará muy bueno, pero aquí el señor tiene un gusto por la moda horroroso. Ha criticado mis jerséis. Yo que le doy piropos por el culo que hacen esos pantalones negros y el solo se mete con mi ropa. No me merece. Así que me voy a ir a esquiar sin él. ¡Qué se joda!

Me calzo las botas peluditas por dentro, como dato, soy muy friolera por los pies, En estos momentos tengo dos calcetines y unos de esos gorditos y ahora me voy a calzar las botas de pelo.  

Me levanto de la silla mientras ignoro  a Alex y sus suplicas por que le haga caso. Me pongo el abrigo para salir de la habitación cuando siento como me sujetan el brazo. 

- Estás actuando como una cría, Sofia.

- Tú te has metido con mi jersey.-protesto.

- Solo he dicho que eran demasiado coloridos.

- No te gusta mi ropa. No te gusto.- Protesto al borde de las lagrimas.

- Me da igual como te vistas, si vas de payaso o con una bolsa de basura. Para mi siempre vas a estar perfecta y no te voy a prohibir nada. 

- Gracias no sabes lo que significa esto para mi. Me gusta que me dejes ser yo.- A mi mente vienen mis recuerdos con Iván, sus exigencias por como vestir y actuar.

- Me gusta como eres, hasta con ese jersey de rayas a colores. Y para que lo sepas.- Se acerca a mi oído.-El vestido estampado que llevabas ayer. Te hacía muy sexy.- Susurra de forma seductora en mis labios. No hace falta que lo diga. Anoche cuando llegamos  a la cabaña, nada más entrar me empotró contra la pared.

- Vamos a esquiar. Hoy te ganaré yo.- Lo desafío

- Eso lo veremos.-Me reta.

Nos ponemos los abrigos, las botas de montaña y directos al coche que hemos alquilado par estos días. Las pistas de esquí nos esperan.

Llevamos aquí ya tres días y os puedo asegurar que están siendo los mejores días de mi vida. Me siento feliz, relajada, libre, emocionada, alegre, como hacia mucho que no me sentía. Y Alex? Creo que el estar en contacto con su medio natural, el frío y la nieve han ayudado a florecer más ese catéter frío que tiene. No, que va, es broma. Desearía que todo el mundo conociera al Alex que conozco y se muestra estos días. 

Llegas tú #3 Saga Amor Destinado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora