Es la hora perfecta , el día perfecto, solo tengo que entrar y lanzarme a Alex cómo ya he hecho otras veces. Vamos a darle duro contra ese escritorio.
Entro por las puertas de cristal de Turandot para ir directa a uno de los ascensores a la última planta. O bueno esa es mi idea cuando me topo con Max.
- Sofía. ¿Qué tal? ¿Vienes a ver a Alex?- Nos damos un abrazo y un par de besos. Qué razón tiene Emma, este hombre usa una colonia muy buena.
- Muy bien. Si. Llevamos un par de días sin vernos, ambos con la vuelta del viaje estamos llenos de trabajo y me e escapado un ratito hacerle una visita- Y a tener sexo por que según los test de ovulación estoy en mi mejor día.
- Le hará mucha ilusión. No sabes lo bueno que ha sido que aparecieras en la vida de Alex, su amargura lo estaba consumiendo. Esta volviendo a ser el Alex que recuerdo hace años. Sólo falta que vuelva a sus camisas y sombreros.- Este dato me lo pienso guardar.
- Gracias. Sólo quiero que sea feliz.
- Lo es. Jamás lo había visto tan radiante.
- Gracias. Nos vemos luego.
- Sofía, un segundo.- Ay no Max por favor, que necesito tener sexo con tu hermano. Estoy en mi momento perfecto.
- Dime.
- Mañana, ¿te importaría quedarte con los niños? Quiero llevar a Emma a cenar.
- No puedo. Tengo otro compromiso. Se lo puedes pedir a los demonios pelirrojos.- Y como les diga a las chicas y a Laurent que se suspende nuestra noche, me matan.
- No me fío de que Lucas o León cuiden de mis hijos.- Este hombre es un buen padre.
- Tienes razón. Mi padre puede quedarse con ellos.- Le sugiero.
Me despido de mi cuñado y a toda prisa, rezando voy directa al ascensor.
Camino a paso firme y decidido hacia la puerta del despacho de Alex.
- Fátima, soy yo, tía tengo algo muy importante que hablar con Alex. Por favor que nadie moleste.
Cierro la puerta tras de mi, Alex escribe en el ordenador lleva la camisa un poco desabrochada. Siempre que está un poco agobiado le entra calor.
Maldita sea la perra que disfrute de ese cuerpazo. ¡Ay, si esa perra soy yo!
Tras dejar mi mochila en el sofá, me quito la chaqueta de cuadros escoceses quedando solo con un sexy conjunto de lencería azul eléctrico, mis queridas botas y unas increíbles medias de rayas azules y amarillas. Sofía Castillo, no puede dejar su estilo ni estando sexy.
Y vaya que si estoy sexy. Me estoy viendo reflejada en un recuadro de plata y hasta con mi imagen borrosa, estoy para comerme.
- ¡Wow!
- ¿Sólo vas a decir wow Alessandro? No sé un "amor, estás tremenda o Madre mía Sofía te voy a tener a cuatro patas todo el día"- Alex suelta una carcajada ante mi indignación.
- Sabes.- Se levanta de su silla para acercarse hacia a mi.- De las miles de cosas que me gustan, amor, admiro y quiero de ti están tus locuras. Esta de presentarse en mi oficina solo en ropa interior.- Muerde mi labio.- Ha sido la mejor.
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Le pido a Alex que me ayude a subirme la cremallera del body rojo, un pequeño capricho que me he dado en Dolce&Gabanna, queda fabuloso con los vaqueros pintados que llevo.
Alex aun abrochándose su corbata abre las ventanas de su oficina. Normal, aquí apesta a sexo que no veas. Si no me ha dejado embarazado al menos lo he gozado.
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Llegas tú #3 Saga Amor Destinado.
RomanceÉl es serio. Ella es rebelde. Él es frío como el hielo. Ella es puro fuego. Él es oscuridad. Ella es luz. Él es amargado. Ella es alegre. Él planea. Ella improvisa Él ama el negro. Ella ama el color. Él ama la música clásica. Ella ama el rock. Ale...