Capitulo 52: Silencio que si no despierta.

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El día ha llegado. Después de una semana en el hospital al fin volvemos a casa para estar todos juntos.

- Alex, puedes encargarte de la niña, quiero ver que tenga todo en mi bolsa.

- Claro. La maleta de Alexandra ya está lista.

Le entrego la bebé a Alex, yo me dirijo al baño a revisar si ha quedado algo para guardar.

Miro en el espejo la pequeña barriga que aún se me marca bajo la tela del camisón. Aún no me creo que hasta hace unos días había un bebé aquí dentro. Ahora me miró al espejo, es extraño no tener esa barriga tan grande y con la piel tersa. Ahora hay piel flácida y estrías? ¿ Si me importa?
Digamos que ahora mismo no es mi prioridad y tampoco voy a martirizar me , tengo cosas más importantes en la vida.

Menos mal que estoy revisando que no me falte nada, está la habitación del hospital con un montón de enseres mios. Hasta he encontrado el cargador del móvil bajo la mesa de la habitación.

Rebusco en la bolsa el sujetador que quiero ponerme. Estoy segura que había metido uno blanco de lactancia perfecto. Estoy dejando la cama de la habitación repleta de ropa arrugada en una bola.

Alex mece a Alexandra sentado en el sofá mientras me observa atento y relata mi momento a la pequeña.

- Esa que está allí revolviendo toda esa bolsa con dibujos de abejas es tu madre. Acostúmbrate picolina, a su lado todo siempre es un caos, una locura, te va a desesperar, a sacarte de tus casillas. Te despertara a las seis de la mañana por qué está practicando no sé que tècnica de yoga que aprendió en un viaje.

- Es un tipo de meditación. Te he dicho varias veces que tú también deberías hacerla. Relaja mucho.

- Prefiero dormir.

- Te tengo una mala noticia.- Este asiente atento.- Eso de dormir se ha terminado. El motivo lo tienes entre tus brazos.- Alex mira a la niña. Se ha quedado dormida. Normal, con la conversación tan aburrida que le estaba dando.

- Por ella hago este sacrificio. Acepté pintar las paredes de otros colores, podré con esto.

- No habrá más remedio. A todo esto. Has visto mi sujetador? Ese blanco tan soso que compramos cuando salimos del cine del centro comercial.

- Este?- saca la prenda de ropa de detrás del bajo de su espalda.

Sabéis ese momento en las películas en los que alguien interrumpe en el peor momento? El doctor acaba de entrar para decirnos que el alta ya está lista. Todo esto mientras tiene enfrente suyo a mi novio con un sujetador en una mano y a una bebé sobre su regazo. Quiero que la tierra me trague, ese sujetador es un horror.

Bueno, en general la ropa de interior de lactància es aburrida. A ver, quiero usar ropa interior con la que verme bien. Por mucho que ahora tenga estrías, mis caderas más anchas, mis pechos estén más grandes, mi cuerpo sea otro del de hace unos meses. Me quiero y mi siguo sintiendo sexy. Es más, estoy tremenda.

Ha llegado el momento. Alexandra ya está colocada en su sillita, a su lado reviso que esté bien tapada con la manta que le regaló mi padre.

Alex me mira a través del retrovisor a la espera de mi señal para irnos.

Estoy emocionada. Claudia me ha mandado un mensaje diciendo que Gabriel está ansioso por conocer a su hermanita.

Tengo tantas ganas de estrechar entre mis brazos a ese rubio revoltoso. Lo he extrañado tanto estos días. No queríamos que Gabriel viera a Alexandra en la incubadora, pese haver estado bien, no queríamos preocuparle.

Llegas tú #3 Saga Amor Destinado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora