Al día siguiente, Ace se despertó y se estiró en la cama cogiendo aire para despertarse, sonrió ampliamente contento por haber descansado tan bien durante la noche, se incorporó soltando un pequeño bostezo y, al recordar lo sucedido ayer, miró hacia su derecha. Pero se preocupó al no ver a la pelirroja acostada a su lado, pasó su mirada al resto de la habitación buscándola con la mirada, pero no había rastro de ella en toda la habitación.
Al recordar las palabras de la chica la noche anterior hizo una mueca, ¿De verdad había desaparecido? Una pequeña presión le invadió el pecho, ¿Y si lo de ayer no fue real y fue solamente un sueño? Chasqueó la lengua y se levantó, caminó hacia la puerta y suspiró rascándose la nuca.
Salió del cuarto, fue al baño para acicalarse y darse una ducha como solía hacer por las mañanas, al acabar subió a la cubierta. En su cabeza no paraba de repetirse la idea de que todo eso pudo ser un sueño, pero era un sueño demasiado descabellado. Igualmente prefería que fuera un sueño, eso significaría que la pelirroja no se fue sin haber podido hacer él nada y que lo que dijo acerca de Teach no era cierto.
Caminó por la cubierta hacia el comedor, pero en mitad del camino una voz de uno de los compañeros que estaban en su división le llamó, sacudiendo las manos en el aire en busca de que el pecoso saliera de sus pensamientos y le observara.
-Ace, ven, mira esto. -El pecoso frunció el ceño extrañado acercándose hacia él, el compañero sonrió y señaló hacia una zona de la cubierta, donde había un corrillo formado por varios tripulantes, que gritaban y animaban a alguien, cosa que le extraño. -Esta mañana la cría le pidió a Namur que le entrenara, pero este dijo que solo aceptaría si le conseguía golpear.
Se acercó sonriendo y pudo observar a Namur, Gyojin y comandante de la octava división junto a Andaira, quien parecía intentar atacar a Namur con varios puñetazos y patadas, mientras que el Gyojin le iba dando pequeñas recomendaciones en cuanto a la postura y a donde debía de atacar.
Ace no pudo evitar sentir como una sensación de alivio se extendió por todo su cuerpo al ver a la pelirroja ahí, sonrió ampliamente y observó los movimientos de la chica. Era algo torpe, no se movía con agilidad y se notaba por su expresión corporal y por su respiración que se encontraba cansada, pero seguía lanzando ataques hacia el Gyojin concentrada e intentando no hacer caso a su entorno.
El pecoso sonrió divertido al cruzársele una idea por la cabeza, se acercó a la chica por la espalda teniendo cuidado de no chocarse con ella cuando se hacía hacia atrás para coger impulso y poder atacar. A estar detrás de ella esperó a que lanzara una patada hacia el Gyojin, momento que aprovechó para barrer el único pie que le sujetaba. Esto hizo que la chica perdiera el equilibrio y cayera al piso, pero antes de chocar contra la madera, los brazos del pecoso le pararon.
Andaira cerró los ojos esperando el impacto, pero al sentir como unas manos le sujetaban abrió los ojos para observar al pelinegro, quien le sonreía divertido. Esto hizo que la chica recordarse por que perdió el equilibrio y le miró inflando las mejillas, aunque su pecho se movía rápidamente por su respiración acelerada.
-¡Ace! ¿Por que me has parado? Estaba consiguiéndolo, casi golpeo a Namur. -Estas palabras hicieron que todos los presentes soltaran una carcajada, incluyendo al propio Ace.
-Solo conseguías hacer movimientos previsibles y cansarte. ¿A que si? -Pasó la mirada al comandante de la octava división, quien asintió con la cabeza cruzándose de brazos.
-No habría conseguido darme. Repetía los movimientos y parecía que se iba a desmayar en cualquier momento, pero he de admitir que tiene convicción, no ha parado en media hora. -Lo que dijo la grave voz del Gyojin hizo que la pelirroja suspirara levemente.
Andaira suspiró y se sentó en el piso, sentía como todas las extremidades le temblaban de forma leve por el cansancio, hizo una mueca y miró a Namur, quería aprender el Karate Gyojin, pero no había conseguido golpearle. Arrugó levemente y la voz de Ace le sacó de sus pensamientos.
-¿Has desayunado? -Al ver como la chica negaba con la cabeza sonrió y se levantó tendiéndole la mano, la pelirroja miró la mano en silencio durante un segundo y después la tomó, aceptando la ayuda para levantarse. -Pues vamos a desayunar, verás que después te sentirás mejor y podrás volver a retarlo.
-Tienes razón, vamos. -La chica le sonrió y miró a Namur. -Gracias por la oportunidad, espero que después aceptes el volver a intentarlo.
Después de ambos ver como el Gyojin asintió con la cabeza sonrieron y empezaron a caminar hacia el comedor junto a varios de los tripulantes que habían observado los intentos de la chica para golpear al comandante de la octava división. Varios de ellos halagaban a la chica por que no había parado a pesar de no haber conseguido rozar al Gyojin, cosa que hizo que las mejillas de la chica se sonrojaran levemente.
Pasaron las horas mientras que las personas en el barco hacían sus tareas como era costumbre, el ambiente del barco era animado y la pelirroja se sentía cómoda, le gustaba estar con estos piratas a quienes, por desgracia, había visto poco en el anime.
Al llegar la tarde, a eso de las cinco de la tarde, Andaira sintió como tocaban en la puerta de la habitación que compartía con Ace, así que levanto la mirada de los papeles que estaba escribiendo y miró hacia la puerta.
-Adelante. -Una vez dijo esto, la puerta se abrió, dejando ver a Haruta, que le sonreía ampliamente.
-Hey Andaira, ven, estamos llegando a una isla. -La chica sonrió ampliamente y se levantó dejando la pluma sobre la mesa y se acercó a la puerta.
-¿Una isla? ¿Cual es? -Empezó a caminar junto al comandante sonriendo algo emocionada, sería la primera isla que pisara en este mundo.
-La isla Toroa, es una isla comercial y tranquila, estaremos aquí hasta mañana al medio día. -El chico miró a la pelirroja extrañado. Y es que la chica se había reído al escuchar el nombre de la isla y recordar como llamaba Luffy a Trafalgar Law, "Torao".
Salieron a cubierta y observaron la isla, que se encontraba a un par de kilómetros del barco. Andaira pudo observar como los presentes se asomaban a observar la isla, comentando que seguramente habria muchos locales donde poder emborracharse y seguramente conseguir alguna agradable compañia que le ayudara a pasar el tiempo que estuvieran durante la isla.
-Ya veo que te han avisado. -La voz de Ace hizo que la chica se girase y le mirase sonriendo. -Pensaba que te habías ido a dormir.
-No, estaba en la habitación escribiendo algunas cosas. -Dijo la pelirroja sonriendo tranquilamente.
Al llegar a la isla, Ace le comentó a Andaira que le acompañaria para que se comprara algo de ropa, pues la pelirroja seguía llevando la de él que le quedaba grande. Los demás comandantes fueron con sus respectivas divisiones a recoger provisiones, Ace al ser comandante de la segunda División, encargada de la seguridad del barco, no tenía ninguna responsabilidad importante en la isla. Dividió a los que estaban en su división para que vigilarán el barco y para que acompañaran a las otras divisiones y así poder ayudarles. Mientras él se encargaría de acompañar a la pelirroja.
-Oye Ace. -El pecoso hizo un sonido para saber que la escuchaba mientras miraba a su alrededor, se encontraban caminando por una avenida comercial con varios puestos, muchas personas al ver la insignia en la espalda del pecoso se asustaban y se alejaban de ellos. -¿Crees que nos daría tiempo a explorar un poco la isla antes de hacer las compras?
-¿Quieres explorar? -La pelirroja asintió con la cabeza sonriendo, haciendo que el pecoso sonriera ampliamente emocionado por poder explorar y empezó a caminar para salir de la salida comercial. -Genial, vamos. ¿A que parte quieres ir?
-Al centro de la isla, por la zona de la montaña. -Andaira observó como el rostro de Ace se iluminaba, estaba claro que el chico se encontraba aburrido y con ganas de explorar, a decir verdad Andaira también quería explorar y ver sitios que podía ofrecer esta isla y las aventuras que aguardaba.
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Mi aventura (One Piece)
FanfictionUn día una chica se despierta en el barco del hombre más fuerte del mundo de One Piece, el Yonkō Shirohige. Andaira no recuerda cómo llegó a ahí, pero si recuerda una cosa. Ella no pertenece a ese mundo.