Capitulo 13

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Recorrió el local lentamente con la mirada. La mayoría de los piratas de Barba Blanca se encontraban ahí, que ella reconociera solo faltaban Barba Blanca, Thatch y Teach, además de algunos tripulantes que pertenecían a la División de Ace.

También pudo observar que tal y como ella creía, la mayoría de los piratas estaban borrachos, aunque para ella todos parecían estarlo. Hizo una pequeña mueca de desagrado al ver a varios piratas con chicas a sus lados o sobre ellos, coqueteándoles.  Buscó a los comandantes con la mirada, pero cuando los encontró, prefirió no haberlo hecho.

Todos los comandantes menos Izo, Marco, Namur y Jozu tenían, al igual que sus compañeros, a una chica a su lado o encima de ellos coqueteándoles, aunque no todas coqueteaban.

Andaira pudo sentir una presión en el pecho al ver como Ace, Haruta y dos comandantes más tenían a una chica sobre sus regazos, con las manos pasadas por su cuello mientras les besaban delante de todo el mundo y sin ningún pudor. Mientras los comandantes acariciaban sus cuerpos sin pudor alguno igualmente.

Andaira no podía despegar la mirada de Ace algo sorprendida, sabía que los piratas solían hacer eso, pero nunca se imaginó que el pecoso sería del tipo de hombre que se lía con la primera chica que se le pusiera delante.

Ace estaba con una morena sobre sus piernas, que le estaba rodeando la cintura con sus propias piernas y a su vez le acariciaba el pecho al pecoso mientras le seguía el beso con algo de intensidad, parecía que la ropa sobraba bastante en aquel momento. Mientras, Ace acariciaba la espalda y las caderas de la chica de forma apasionada.

Andaira hizo una mueca y se separó de la ventana, empezando a caminar hacia la playa que le llevaría al barco. Pero no sabía que alguien que se encontraba dentro de la taberna le vio y se levantó para seguirla.

Andaira caminaba algo cabizbaja mientras intentaba apartar esa imagen de su mente, se repetía una y otra vez que era normal que el pecoso quisiera disfrutar, y más si estaba soltero y sin ninguna obligación más allá de las que tenía como comandante. Pero aún sabiendo esto, la pelirroja no podía evitar sentirse mal. Suspiró de forma leve, pero se sobresaltó y dio un pequeño grito al sentir como alguien ponía una mano sobre su hombro, se giró y se relajó al ver quien era.

-Marco, que susto me has dado... -La chica se llevó una mano hacia el pecho intentando relajar su acelerado corazón, Marco le sonrió.

-Perdón, no sabía que reaccionarías así, ¿Por que te has ido? -Preguntó señalando hacia el local donde se encontraban sus compañeros, Andaira no pudo evitar sonrojarse al saber que Marco le había visto espiarlos.

-Yo... Estoy algo cansada y os vi muy animados, así que no quise interrumpir y pensaba ir directamente al barco. -La joven le sonrió lo mejor que pudo, pero el comandante de la primera división le miró con una expresión neutral mientras metía sus manos en sus bolsillos.

-Ya veo, pues vamos, te acompaño. -Antes de que la pelirroja pudiera decir nada, Marco empezó a caminar mirando hacia el frente. 

-No hace falta que me acompañes, no me voy a perder, y seguro que deseas estar con los demás y divertirte. -Dijo la pelirroja sin empezar a caminar, mirando la espalda del rubio. Pero este hizo un gesto con la mano sin dejar de caminar, el gesto le indicaba que caminara. Andaira suspiró y empezó a caminar hasta ponerse a la altura del comandante.

-¿Compraste todo lo que necesitabas? -La chica asintió con la cabeza y levantó las bolsas para que Marco pudiera ver todo lo que había comprado. -Me alegro, así dejas de vestir la ropa de Ace, te queda enorme y no te favorece nada.

-¿Tan mal me queda? -Al ver como Marco asintió con la cabeza la chica se sonrojó de forma leve y miró la ropa de Ace que aún tenía puesta, no era su estilo, pero le gustaba llevar la ropa del pecoso. Era cómoda y olía a él, además le recordaba a cuando se solía poner la ropa de su hermano en invierno.

-Pero bueno, que si sigues queriendo usarla está bien, lo importante es que te pongas lo que te guste y lo que quieras. -Marco miró a la chica y le sonrió a la vez que empezaba a subir la rampa que daba a la cubierta.

-Vaya, que raro que seas el primero en llegar Marco. -Andaira se sobresaltó al escuchar esa voz y alzó la cabeza para ver a Teach, quien estaba sentado en mitad de la cubierta mientras se comía unas galletas.

-La taberna estaba demasiado ruidosa para mi gusto, así que decidí acompañar a Andaira. ¿Cómo ha estado todo por aquí? -Marco le sonrió mientras se acercaba a él para pedirle una galleta.

-Aburrido como en cada guardia, odio que el comandante me asigne vigilar el barco. Los demás que se quedaron a hacer la guardia se han puesto en los mástiles o en proa y popa, al final me quedé solo y aburrido. -A la vez que decía esto le dio la galleta a Marco con una sonrisa y después le ofreció otra a Andaira, quien negó con la cabeza.

-Gracias, pero no tengo hambre. -Teach se comió la galleta mirándola sonriendo. -Buenos chicos, voy a colocar la compra y a descansar. Buenas noches, gracias por acompañarme Marco.

-No hay de que Andaira, descansa. -El rubio sonrió a la chica y después de que Teach se despidiera también la pelirroja caminó hacia la puerta que daba a las escaleras.

-Entonces... ¿La taberna estaba demasiado ruidosa para tu gusto? -La voz burlona de Teach hizo que Marco dejase de ver la puerta  por la que la pelirroja desapareció y pasó la mirada a él alzando una ceja. -No me mires así, solo pensaba en que hemos hecho mucho ruido y nunca te has ido. No sabes mentir Marco. -Dicho esto Teach soltó una carcajada.

-No me quedaba tranquilo si venía sola, aún no confío del todo en ella y no quiero que esté sola mucho tiempo. -Al decir esto, Marco se giró y empezó a caminar de nuevo hacia la rampa.

-Ya veo, por un momento pensé que la chica os había engatusado, estabais actuando con mucha confianza con ella. -Dijo Teach sonriendo mientras miraba a Marco.

-Eso es lo que queremos que crea, si piensa que confiamos en ella se relajará y podremos pillar lo que planea estando con nosotros. Estate atento y vigila que no se acerque a la habitación de Padre por si acaso, voy a ver como sigue la fiesta. 

Después de decir esto y de que el comandante de la primera división se fuera, Teach sonrió ampliamente con una sonrisa que no habían visto ninguno de sus compañeros, se levantó y empezó a caminar hacia la puerta por la que había desaparecido la pelirroja hacía a penas unos minutos.

Mi aventura (One Piece)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora