Andaira se quedó en silencio un par de segundos procesando lo que acababa de pasar mientras observaba el cabello castaño del chico que estaba frente a ella.
-¿Estás bien? -Giró la cabeza hacia su derecha mientras alzaba un poco su mano como para defenderse por instinto, a su alrededor se seguían escuchando los gritos y las peleas de los demás. Thatch respiraba de forma acelerada mientras le miraba con las cejas alzadas. -Andaira.
-Si, si... -La adolescente se incorporó sobre la mesa y observó el cuerpo del chico, que seguía de rodillas mientras se sujetaba la herida que su espada le había hecho. Poco a poco se iba formando un charco de sangre a su alrededor. -Dios, lo... Lo siento.
Se bajó de la mesa lo más rápido que pudo mientras Thatch daba un paso hacia atrás mirándole con las cejas levemente alzadas. Cuando vio que la pelirroja iba a agacharse a ayudar al chico sujetó su brazo para evitar que se acercara más, cuando ella giró la cabeza para verle negó con la cabeza.
-Ya es tarde, y recuerda que es enemigo. -Andaira giró su cabeza para observar al chico, quien se encontraba en el piso respirando de forma pesada mientras tenía el ceño fruncido con dolor. Abrió la boca para decir algo, pero Thatch dio un tirón del brazo de la pelirroja para hacer que se levantara y separara del chico. -¿A donde decías que ibas?
Al escuchar esta pregunta su mente recordó lo que había visto y pensado antes de ser interrumpida.
-Vi como unos hombres salieron por allí, -Dijo mientras señalaba la puerta al final de la instancia- según lo que he visto en otros sitios el jefazo suele salir por una puerta para huir, pero se lleva mercancía con él. Así que creí que...
-Creíste que si le seguías hallarías a las personas secuestradas. -Interrumpió el castaño. Tras un par de segundos la pelirroja asintió.
Thatch miró a su alrededor, evaluando como se estaba desenvolviendo la pelea. Al comprobar que sus hombres llevaban la ventaja asintió levemente con la cabeza tomando una decisión. Se giró para coger la espada de la adolescente del cuerpo ya inerte del chico que le había atacado con anterioridad.
Limpió el filo pasando la parte plana que no corta por sus pantalones antes de ofrecérselo a la adolescente.
-De acuerdo. Vamos. -Después de decir esto el comandante se giró para observar de nuevo a sus compañeros mientras Andaira cogía su espada. -¡Nosotros nos adelantamos por esa puerta! Cuando lleguen refuerzos que vaya un grupo.
Después de decir esto empezó a correr en dirección a la puerta siendo seguido por la adolescente, quien tomaba una pequeña bocanada de aire intentando prepararse para lo que podía llegar a ocurrir a partir de ahora.
-Por casualidad no habrás visto lo que sucedía ahora, ¿No? -Preguntó Thatch mientras abría un poco la puerta de metal con cautela, preparándose por si recibía un ataque. Al no ver ningún peligro abrió la puerta de par en par para que ambos pudieran pasar. -Odio correr por los pasillos como un idiota sin saber a donde me dirijo.
-No, esto no salía en el anime... Hubiera sido mucho más fácil todo. -Ambos corrían por el pasillo al que daba aquella puerta lo más rápido que podían, por suerte este era todo recto y no habían mas intersecciones. Al quedarse en silencio los dos la pelirroja pudo aprovechar ese momento para meditar todo lo que había vivido recientemente, observó su espada pensativa y tras unos segundos volvió a hablar- Oye Thatch.
-¿Hmn?
-¿Como fue la primera vez que... -Movió el filo de su espada para poder observarla por ambos lados, el reflejo estaba algo opaco debido a que hacía poco había estado manchado de sangre. -mataste?
-No me acuerdo. -Sorprendida por la respuesta, la adolescente giró su cabeza para observarle, él miraba al frente con una expresión neutral, aunque se notaba que estaba alerta. Cuando sintió la mirada de la chica sobre él sonrió de forma ladina. -Soy mayor de lo que aparento, aunque eso pueda sorprenderte. Empecé a ser pirata cuando tenía más o menos tu edad... Ha pasado mucho, he peleado en muchas batallas y matado a muchas personas, con el tiempo te acostumbras y no le das tanta importancia como la que le estás dando ahora mismo.
Después de que dijera eso se calló, y Andaira entró en un pequeño pensamiento bucle donde veía la muerte del chico una y otra vez, no podía dejar de pensar en su cara ni en el charco de sangre que se había formado alrededor de su cuerpo.
-Espera. -El tirón que recibió de su cintura para obligarle a retroceder fue lo que evitó que siguiera corriendo, pues su cerebro no había procesado del todo bien esa orden que fue susurrada.
Cuando se giró a mirarle el castaño le hizo un gesto para que se mantuviera en silencio antes de señalar con su barbilla al frente, a un par de metros había una esquina que desviaba el pasillo.
Gracias al silencio que se había formado en el pasillo la pelirroja fue capaz de escuchar unas voces algo ahogadas y agudas, seguramente por que vinieran del otro lado de la pared.
Los dos avanzaron de forma silenciosa hasta el cruce, una vez ahí, antes de girar en la otra dirección, se pegaron a la pared para asegurarse de no ser vistos.
Thatch inclinó su cuerpo para asomarse con cautela, Andaira se limitó a observarle mientras sujetaba su espada alerta por si se veían en la necesidad de luchar.
Un segundo después el comandante volvió a su postura erguida pegada a la pared.
-Hay dos hombres grandes. -Susurró mientras sujetaba sus dos espadas frente a él. -Junto a ellos hay una puerta, de ahí deben venir las voces... Son agudas, podrían ser las secuestradas como dijiste.
-Si es así debemos aprovechar que son pocos para rescatarlas. ¿Verdad?
Thatch asintió mientras se asomaba una segunda vez para observar a los hombres del pasillo mientras acomodaba las espadas en sus manos, unos segundos después volvió a la posición donde se escondía detrás de la pared.
-Si, debemos aprovechar ahora... -Se giró para observar a la pelirroja con una pequeña sonrisa. -Cuanto antes acabemos antes me cuentas lo tuyo con Ace.
-¡Tha..! -No pudo acabar la recriminación, pues la mano del castaño se apoyó en su boca para acallarla mientras ponía cara de alerta.
-¿Qué fue eso? ¿Vino de adentro? -Una voz gruesa vino del otro lado del pasillo. Andaira se maldijo a si misma, se había olvidado de la situación en la que estaban por un segundo.
-Creo que no, echemos un vistazo. -Después de que dijeran esto Thatch soltó la boca de Andaira y se inclinó sobre ella para susurrarle sin ser oído por los dos hombres.
-Mientras yo les pateo el culo entra en esa habitación, puede que esté el jefe de estos. Ten cuidado, no hagas ninguna locura ni te expongas a demasiado peligro... Desde que veas que no puedes con él gritas y te escondes hasta que llegue. ¿De acuerdo?
El castaño se giró un poco para que sus ojos y los de la adolescente quedaran a la misma altura. Andaira cogió un poco de aire intentando relajar su corazón y después de unos segundos donde asimiló lo que le había dicho asintió con la cabeza de forma lenta.
Contento con la respuesta, Thatch se separó del muro que les cubría mientras hacía girar sus espadas en sus manos y una sonrisa confiada apareció en su boca.
Andaira le miró impresionada por su tranquilidad, pero después recordó de quien se trataba. Para el cuarto comandante de Barba Blanca dos bandidos como esos no eran nada.
Cuando el primer hombre apareció en su rango de visión el castaño lanzó un tajo directo a su pecho. El hombre cayó en el acto mientras Andaira daba un pequeño paso hacia atrás.
-¿Qué demo...? -La voz del segundo hombre fue interrumpida por el sonido de dos espadas chocando. Había parado el ataque que Thatch le había lanzado y ahora estaban forcejeando.
-Ahora Andi. -No lo dudó mucho, la adolescente se levantó y se escabulló por un hueco libre en dirección a la puerta que había en el otro pasillo. A sus espaldas escuchó el reclamo del hombre que estaba peleando con Thatch, pero por suerte no pudo impedirle que avanzara.
Corrió hacia la puerta y la abrió con el corazón golpeando con fuerza dentro de su pecho.
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Mi aventura (One Piece)
FanfictionUn día una chica se despierta en el barco del hombre más fuerte del mundo de One Piece, el Yonkō Shirohige. Andaira no recuerda cómo llegó a ahí, pero si recuerda una cosa. Ella no pertenece a ese mundo.