Capitulo 72

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Siguieron corriendo por varios minutos a través de las calles, Andaira no sabía a donde iban, solo se limitaba a seguir al chico que cargaba al niño mal herido. A su espalda, por suerte a mucha distancia, los hombres que habían disparado contra ellos seguían corriendo y de vez en cuando disparaban, por suerte no le dieron a ninguno. 

A medida que iban cruzando calles la pelirroja fue notando que se adentraban en una zona más empobrecida de la ciudad y menos comercial, donde las casas se encontraban en peores condiciones, también notó en que las personas que se encontraban en esa zona ignoraban la persecusión y se hacían a un lado de la calle o se metían en sus casas, evitando a toda costa meterse en la situación.

-¿Por qué tuviste que matarlos? -La voz de la adolescente a penas se entendió, el cansancio hacía que le faltara el aire, y cada vez se sentía con menos aguante.

-No iban a parar por que les regalaras una naranja. -Mientras decía esto el chico giraba un poco su cabeza para observar a sus persecutores antes de girar su cabeza para obserar a su alrededor con algo de desesperación. 

-Pero no había necesidad de llegar hasta ese extremo. -Después de decir esto, y de ver la cara de desesperación del chico, la pelirroja giró la cabeza para observar a su espalda con miedo de que se hubieran acercado demasiado, por suerte no era esa la situación. 

-¡Ten cuidado! -Mientras decía esto el joven sujetó con algo de fuerza el brazo de la pelirroja, evitando así que se cayera cuando se tropezó con una caja que había en el piso. -Joder pastelito, que te podrían haber matado.

-¡¿Quieres parar de llamarme pastelito?! 

-Ya sé como podemos salir de esta. -Después de decir esto el chico de pelo azul marino giró a la derecha sin previo aviso, haciendo que Andaira casi siguiera de largo, por suerte llegó a corregir la dirección a tiempo. -¡Buen reflejo, pastelito!

-¿Pero tú me escuchas? -Después de que Andaira dijera esto el chico giró la cabeza para mirarle mientras sonreía de forma burlona, se acomodaba al niño golpeado en el hombro y volvió a girar por una calle sin avisar. Por suerte esta vez Andaira reaccionó antes.

-Metete aquí rápido. -Mientras decía esto el chico se acercó a una rendija que había en el piso, se arrodilló y dejó al niño golpeado en el piso para poder levantar la rendija. 

-¿Eso no es...? 

-¡Que te metas! -Al escuchar el grito la adolescente dio un pequeño brinco debido la susto que se dió, una vez se pasó el susto caminó hasta ponerse al lado del chico. Sujetó con fuerza las bolsas y cerró los ojos antes de meterese en la alcantarilla mientras hacía una mueca de asco.

Cayó al piso con la piel erizada, esperaba sentir una textura blanda y viscosa debido a los excrementos que solían encontrarse en las alcantarillas, para su sorpresa no fue así. 

Cuando abrió los ojos vio una tubería que avanzaba varios metros hasta un cruce que conectaba con otra tubería. Para su sorpresa estaba limpia, bueno, limpia teniendo en cuenta que se trataba de una tubería. No habían excrementos ni aguas residuales, pero el metal tenía varias manchas.

Ver la estrecha alcantarilla, que tenía el ancho y alto justos como para ir a gatas, hizo que el pecho de Andaira empezara a dolerle, más de lo que ya hacía antes debido a la carrera. Por suerte el dolor era muy leve.

-Hazte a un lado. -Cuando escuchó la voz del chico Andaira reaccionó y gateó un par de pasos, cuando se alejó de donde se encontraba un sonido seco se escuchó a su lado, ahora el chico que le había llevado hasta ahí y el niño que había sido golpeado se encontraban a su lado. Una vez dentro de la tubería el joven depositó al niño inconsciente a un lado y se levantó para poder colocar la tapa de la alcantarilla donde correspondía.

Mi aventura (One Piece)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora