Andaira observó el interior de la habitación con la respiración algo acelerada mientras alzaba la espada en su mano alerta a lo que pudiera haber detrás de ella.
Un gran grupo de personas le miraba desde las paredes con sorpresa, la gran mayoría eran mujeres, pero a simple vista pudo contar cuatro hombres y tres niños. Todos tenían unas esposas que les ataban a las paredes.
En el centro de la sala se encontraba un hombre mayor, de unos cuarenta o cincuenta años, que sujetaba el brazo de una chica un par de años mayor que ella. La chica estaba sentada en el piso con una mano sobre la que el hombre tenía sobre su cuerpo.
Todos los presentes tenían la mirada en ella.
-Ah, menos mal. Solo es una cría. -El hombre que sujetaba a la chica sonrió con confianza mientras tiraba de ella, no estaba atada. -Baja ese arma preciosa.
-No. -La pelirroja volvió a alzar el arma mientras se introducía en el cuarto y de una patada cerraba la puerta tras ella. -Suelte a la chica.
-Ja, creo que no me has entendido. -El hombre amplió su sonrisa y, mientras tiraba de la chica para colocarla frente a él, llevaba su mano a su espalda. Cuando la sacó tenía una pistola en ella, con la cual apuntó hacia Andaira. -He dicho que bajes la espada.
La mano de la pelirroja tembló de forma leve, dubitativa. Si la bajaba nada le aseguraba que no disparase igualmente.
Pero era mejor tener alguna esperanza a que le disparase directamente.
-Eso es, buena chica. -El hombre sonrió de forma ladeada mientras Andaira bajaba la espada de forma lenta, la chica apretó los labios molesta, buscando alguna salida de esa situación... Tal vez Thatch entrara en pocos segundos y... -¡Argh!
La chica a la que tenía entre manos había lanzado un cabezazo hacia atrás, golpeando su nariz.
Por inercia el hombre disparó, y la bala rozó el hombro de Andaira, quien se quejó mientras daba un paso hacia un lado y volvía a alzar la espada alerta.
-¡Vamos! ¡Ahora! -Quien gritó fue la chica que aún tenía sujeta el hombre, ahora estaba abrazando el brazo que sujetaba la pistola, haciendo que apuntara al piso. -¡Atácale!
-¡Venga niña! ¡Corre! -Uno de los hombres intentó avanzar, pero la cadena se lo impidió.
-¡Mata a ese cabrón! -Ahora quien gritó fue una de las mujeres.
Andaira avanzó corriendo hacia donde el hombre forcejeaba contra la chica. Volvió a apretar el gatillo, el sonido se escuchó por toda la sala, pero la pelirroja no podía pararse para ver si había dañado a alguien.
-¡Andaira! -El grito se escuchó fuera de la habitación, era Thatch.
-¡Suéltame zorra! -Después de decir esto el jefe empujó a la chica que peleaba contra él, quien cayó al piso quejándose. Después señaló hacia la pelirroja con la pistola y disparó.
Un dolor intenso se expandió desde su pierna derecha hacia todo su cuerpo, gritó con todas sus fuerzas mientras lanzaba una tajada boba al hombre, la cual pudo esquivar sin ningún problema mientras la adolescente caía al piso.
-¡No! ¡Levántate! -Para esa señora fue fácil decirlo, no tenía una herida de bala en el muslo. Andaira se llevó las manos a su pierna mientras volvía a gritar de dolor, no podía ni siquiera intentar moverla, era como si tuviera miles de cuchillos clavados.
-Tuviste que haberme hecho caso cuando te dije que bajaras la espada preciosa. -El hombre caminó hasta ponerse frente a ella, levantó la pistola para apuntarle con ella.
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Mi aventura (One Piece)
FanfictionUn día una chica se despierta en el barco del hombre más fuerte del mundo de One Piece, el Yonkō Shirohige. Andaira no recuerda cómo llegó a ahí, pero si recuerda una cosa. Ella no pertenece a ese mundo.