-¡Oigan, sirvan más Sake!
-¡Si, y no tarden con la comida! -Varios hombres apoyaron los gritos de estos dos chicos, quienes habían alzado la voz por encima de las demás para llamar la atención de Thatch y sus ayudantes, quienes estaban preparándose para servir la comida.
-Cielos, cuando les da hambre se convierten en cavernícolas. -Marco, quien estaba sentado frente a Andaira, suspiró de forma pesada mientras apoyaba su cabeza en uno de sus brazos, escuchando como más hombres alzaban la voz pidiendo su comida entre risas.
-Es lo bueno de ser piratas, no deben de mantener ninguna compostura. -La pelirroja sonrió de forma leve al rubio, quien cerró los ojos mientras sus labios se fruncían, indicando que cada vez estaba más molesto, por lo que la adolescente decidió cambiar de tema y así entretenerle para evitar que la situación acabara con aún más gritos. -¿Por qué decidiste ser pirata?
-¿Hmn? -El rubio abrió un ojo para observar a la adolescente, quien le miraba en silencio mientras sonreía, esperando saber un poco más de él. Ante su mirada expectante el rubio se rascó la nuca pensativo y después se hizo hacia atrás para apoyar la espalda sobre el respaldo de la silla, cruzándose de brazos. -Bueno... Me crié en una isla con poca gente...
-¿La isla con forma de piña? -A parte de la molestia de ser interrumpido, la pregunta hizo que la vena de la frente del rubio resaltara por debajo de su pie. De forma rápida se inclinó sobre la mesa y le dio un pequeño zape a la pelirroja, quien se quejó soltando una carcajada. -Perdón perdón, sigue.
-Hmp, tengo que buscar la forma de que pases menos tiempo con esos dos idiotas, ya tengo bastante con dos dolores en el culo. -Andaira negó con la cabeza sonriendo, sabiendo que lo que el rubio decía no era lo que sentía igualmente. Al ver que Marco no decía nada más la adolescente hizo un ademán con la mano invitándole a seguir con la historia, lo que hizo que el comandante suspirase de forma leve. -Como decía, en mi isla había poca gente, pero aún así éramos atacados por varios piratas. La gente del pueblo, yo incluido, intentábamos defendernos, pero no podíamos hacerles frente. Un día, mientras estábamos peleando contra unos piratas que estaban intentando robar todo lo que habíamos cosechado y llevarse a algunos piratas, vimos como otro barco pirata atracaba en el puerto. El pánico cundió, pero nos llevamos una gran sorpresa al ver como los piratas que acababan de llegar estaban peleando contra los que nos intentaban atacar.
-¿Era Barba Blanca? -Marco asintió con la cabeza, sus comisuras se alzaron de forma leve y sus ojos adquirieron un pequeño brillo poco común.
-Si, la primera vez que vi a Padre fue mientras luchaba contra un desgraciado que tenía una cicatriz cruzándole media cara. Él llevaba una clara ventaja, yo estaba ya a punto de rendirme debido al cansancio cuando alguien lo golpeó y lo mandó a volar. Tenía unos catorce años en ese momento, y ver a un pirata tan famoso y grande salvándome hizo que sintiera una gran admiración por él. Después de eso Barba Blanca y los demás derrotaron a todos los que nos atacaban y proclamó mi isla como uno de sus territorios. Esa noche me presenté junto a él con la mochila echada al hombro decidido a embarcarme, y el viejo me aceptó a pesar de ser tan joven.
Andaira sonrió de forma amplia sin poder evitarlo, viendo de reojo como Thatch y sus compañeros empezaban a servir la comida.
-¿Y no te dio pena separarte de tu familia y de todo lo que conocías? -El mayor negó con la cabeza casi de inmediato.
-No, quería ver todo lo que el mundo tenía por ofrecer desde hacía tiempo, mis padres sabían que yo no quería vivir en la isla por siempre. -El rubio sonrió de forma leve. Abrió la boca para decir algo, pero no llegó a formular las palabras al ver como Ace entraba al comedor.
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Mi aventura (One Piece)
ФанфикUn día una chica se despierta en el barco del hombre más fuerte del mundo de One Piece, el Yonkō Shirohige. Andaira no recuerda cómo llegó a ahí, pero si recuerda una cosa. Ella no pertenece a ese mundo.