🍏No Fun Club🍏

Las vacaciones habían terminado y todo estaba volviendo a la programación habitual.

Harry puso a Draco al tanto de la situación de Nicolas Flamel y la piedra filosofal, sobre la trampilla y todo lo que había sucedido durante las vacaciones, y por supuesto, la capa invisible que tenía que compartir con Neville.

Claro que Draco no estaba muy contento con eso último, y ambos buscaron la primera excusa que pudieron para quitársela, cuando Filch los atrapó a los cinco en el tercer piso a altas horas de la noche y les dieron un castigo y les quitaron tantos puntos, que Harry y Draco tuvieron que hacerse cargo de Paquita Cabeza.

Ahí fue cuando Harry le dijo que esa capa le pertenecía a su familia, a los Potter, y lo había hecho por tantas generaciones que en realidad él debería tenerla, sobretodo porque le sacaría mucho más provecho, y que si la quería, podía prestársela cuando quisiera. Por supuesto que Draco lo apoyó en todo momento, pero fue mucho menos amable que Harry con sus palabras.

Y claro que cuando Neville le preguntaba por la capa, Harry ponía mil excusas para no prestársela. Es que tampoco estaba contento con él, porque siempre le iba con el chisme a su padre, o a Regulus, y con el castigo que les pusieron esa vez por andar en el tercer piso.

Fue todo un tema. Los enviaron al bosque prohibido a buscar un unicornio probablemente muerto. Una tarea horrible para cinco niños de once años.

Los habían divido en parejas para buscar, Harry obviamente quiso ir con Draco primero, Ron fue con Neville y Hermione quedó con Hagrid y Fang, porque era el único que estaba llorando al respecto.

—¿Estás asustado? —se burló Harry al ver que Draco miraba a todas partes y andaba cerca de él.

—¡¿Asustado, Potter?! —se escuchó un crujido entre las plantas y Draco le agarró la mano a Harry—. ¿Qué fue eso?

Harry se rió nervioso.

—¿Cerdos salvajes?

Draco lo miró y también soltó una risa.

—Cerdos salvajes.

—Puedes soltarme la mano si quieres.

—No, no quiero. Así te puedo usar como escudo humano si lo necesito. —dijo agarrando el brazo de Harry con la otra mano.

—No si yo me adelanto. —Harry lo miró un momento.

Draco lo miró de vuelta y soltó un leve suspiro.

—Quiero volver.

—Yo también.

Escucharon otro crujido y se dieron media vuelta asustados. Comenzaron a retroceder lentamente, hasta que chocaron con algo y se dieron otra vuelta, gritando terriblemente, hasta notar que solo eran Neville y Ron, pero este último se quedó gritando.

—¡Ron! ¡Solo somos nosotros! —le dijo Harry.

—¡Harry! —lo abrazó—. ¡Pensé que eras un monstruo!

—¿Tan feo soy?

Draco soltó una carcajada.

—Y pensé que Draco era un fantasma maligno o un asesino serial...

—Por tu varita. —asintió Neville.

—¡Porque te ves siniestro! —dijo Ron.

—Osh, vamos. —Draco agarró a Harry del brazo otra vez y solo comenzó a avanzar, sin ver a donde iban.

—¡Esperen! —Neville los siguió.

—Nev, ¿por qué no mejor te vas con Ron? —le dijo Harry—. Draco y yo vamos a seguir por este camino, deberían ir por el otro lado para que acabemos de una vez.