🍏No Fun Club🍏

Sweets

—No te preocupes, ya eres un experto en pociones.

—Hm. —Harry vio como esa tal Hermione Granger del tren se sentaba en el caldero que estaba al lado de ellos, y Ron llegaba al otro lado.

—Hola, Harry...

—Hola —el mencionado lo miró—. ¿Como ha estado tu primer día?

—Bien, todos son muy amigables y la sala común es muy cómoda. ¿Qué tal tú?

—Bueno, nuestra sala común está debajo del lago y hoy un calamar gigante me estaba mirando desde la ventana... y si me quitan puntos tendré que estar con Paquita Cabeza, pero fuera de eso, me estoy divirtiendo.

—Vaya, otro Weasley en Hufflepuff. Cuando pensé que esto no se podría poner mejor. —dijo Draco.

—No seas grosero, Draco. ¿No que no había que juzgar a la gente por su casa?

Draco bufó y la puerta se abrió fuerte.

—Nadie agitará sus varitas ni hará encantamientos tontos en esta clase —sentenció Snape entrando y dejando un profundo silencio a medida que pasaba—. Por lo tanto, supongo que muchos de ustedes no apreciarán el valor que tiene la ciencia y el arte de la creación de pociones, pero aquellos, y serán pocos —le echó una mirada a Draco—, que tengan la predisposición, les enseñaré cómo dominar la mente y hechizar... los sentidos. Les diré cómo embotellar la fama, generar la gloria e incluso ponerle un alto a la muerte. Aunque quizá, muchos de ustedes hayan venido a Hogwarts dotados de habilidades tan formidables que se sienten con la confianza de no poner atención. —dijo subiendo el tono mientras Harry anotaba lo que decía.

—Harry. —Hermione le susurró y le dio un codazo, entonces Harry se percató y se puso derecho.

Snape se acercó a él mirándolo hacia abajo, a lo que Ron tragó duro y lo miró asustado.

—Señor Potter. Nuestra nueva celebridad. Dígame, ¿qué obtendría si agregó raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo?

Hermione levantó la mano rápidamente, pero Snape no hizo caso.

—Um... una poción para dormir. Se conoce como Filtro de Muertos. —asintió Harry.

—Ah, vaya... y dígame, señor Potter. ¿Donde buscaría si le pidiera un bezoar?

—En... um... —Harry vio como Hermione levantaba la mano con más ganas—. En el estómago de una cabra.

—¿Y para qué sirve?

Hermione se levantó de su asiento para que la notara, pero no hacía falta.

—Es... —miró a Draco un momento y él ladeó un poco la cabeza y sacó ligeramente la lengua como haciéndose el muerto.

—Sin ayudarlo, Malfoy.

—Um... —Harry miró a Snape de vuelta—. ¡Ah! Puede salvarte de muchos venenos. —asintió seguro.

—¿Y la diferencia entre acónito y luparia?

—Sé la respuesta, pero creo que Hermione quiere contestar.

—No le estoy preguntando a ella, Potter.

Harry se encogió de hombros resignado.

—Pues... son lo mismo.

—Baja la mano, niña tonta. Es correcto, si tanto sabe, señor Potter, ¿por qué no se levanta y se pone a dar mi clase?

—Bueno... prefiero dejarle las cosas importantes a los profesionales.