Cut up angels

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TW⚠️: este capítulo tiene una escena al final que puede dañar la sensibilidad de algunas personas aunque no esté especialmente explícita. Pueden sentirse libres de saltarla luego del aviso "⚠️"

Besitos

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—Potter, después de desayunar los campeones tienen que ir a la sala de al lado —dijo la profesora McGonagall.

—¡Pero la prueba no es hasta la noche! —exclamó Harry, manchándose de huevo revuelto la pechera y temiendo haberse confundido de hora.

—Ya lo sé, Potter. Las familias de los campeones están invitadas a la última prueba, ya sabes. Ahora tienes la oportunidad de saludarlos. Y tú, el señor Malfoy, Weasley y la señorita Granger deberían desayunar en la mesa de sus respectivas casas.

—Profesora, no tenemos amigos. —le repitió Harry, como si se lo hubiera dicho hasta el cansancio.

—No entiendo a quien le afecta que comamos aquí. —dijo Ron.

—Mh. Bueno igual mi familia se la pasa aquí, como para qué voy a querer pasar tiempo con ellos ahora. —dijo Harry.

—Ni idea —dijo Ron—. Será mejor que me dé prisa, Harry, o llegaré tarde al examen de Binns. Hasta luego.

—Sí, yo también. —dijo Draco.

—Nos vemos más tarde. —dijo Hermione.

Harry terminó de desayunar solo en el Gran Comedor, que se iba vaciando rápidamente. Vio que Fleur Delacour se levantaba de la mesa de Ravenclaw y se juntaba con Cedric para entrar en la sala contigua. Krum se marchó cabizbajo, poco después, para unirse a ellos. Harry se quedó donde estaba. Realmente, no quería ir a la sala. No tenía ganas de ver a sus papás con esa mirada tan triste, o a Remus y Sirius mirándolo como si fuera enfermo terminal.

Pero, justo cuando se iba a levantar, pensando en subir a la biblioteca para dar un último repaso a los maleficios, se abrió la puerta de la sala y Cedric asomó la cabeza.

—¡Vamos, Harry, te están esperando!

Harry se levantó soltando un suspiro. Cruzó el Gran Comedor y abrió la puerta de la sala. Cedric y sus padres estaban junto a la puerta. Viktor Krum se hallaba en un rincón, hablando en veloz búlgaro con su madre, una señora de pelo negro, y con su padre. Había heredado la nariz ganchuda de éste. Al otro lado de la sala, Fleur conversaba con su madre en francés. Gabrielle, la hermana pequeña de Fleur, le daba la mano a su madre. Saludó con un gesto a Harry, y él respondió de igual manera. Luego vio, delante de la chimenea, sonriéndole, a sus padres y Sirius y Remus entre ellos. También estaba Neville ahí.

—¿Tú no deberías estar en clases? —le dijo Harry—. Como que tienen examen, ¿o no?

—Lo voy a dar con la sección de la tarde. Sí, también me alegra verte oh querido hermano. —le dijo Neville con sarcasmo.

—¿Y? ¿Estás nervioso? —le preguntó James. Harry se limitó a mirarlo y luego se volteó a su mamá.

—¿Qué se supone que deberíamos hacer ahora en la mañana? Has pasado todo el año aquí.

—Pero nosotros no, vinimos a verte —le dijo Sirius—. Pero si quieres nos vamos, ¿eh?

—Ya, no te vayas en esa —le dijo Remus—. ¿Estás preparado?

—Eso creo. Quizás debería seguir... estudiando.

—Ya estudiaste lo suficiente —le dijo Lily—. Si sigues solo te vas a aturdir, trata de relajarte ahora. Es un día para pasar en familia.

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