First day

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—Un elfo doméstico va a mi casa a prácticamente decirme "eres el siguiente", no podemos entrar a la plataforma, y casi nos mata un árbol. ¡Un árbol! Alguien no me quiere aquí este año. Por mí me hubiera quedado en casa, pero... —alegaba Harry, hasta que se toparon con Filch al final de la escalera.

—Miren bien a su alrededor —les dijo—. Quizá sea la última noche que pasen aquí. Cielos... en qué problemas nos hemos metido. —finalizó con una sonrisa malévola.

...

—¡Los vieron no menos de siete Muggles! —Snape bajó el diario indignado—. ¿Tienen idea de lo serio que es esto? Han expuesto nuestro mundo, lo arriesgaron a que lo descubran. Además de haber dañado un sauce boxeador que ha estado aquí desde antes de que ustedes nacieran.

—La verdad, profesor Snape, es que nos hizo más daño él. —dijo Ron.

—Lo mas sensato es que estuvieran de vuelta en el tren a casa, ¡esta noche! Ya de por sí...

—Pero no lo estarán. —a la oficina entraron la profesora Sprout, Dumbledore, Regulus y Sirius.

—Director. —dijo Snape.

—Dirictir. Cállate —le dijo Sirius—. ¿Estás bien, Harry? ¿Te duele algo? ¿Te golpeaste? —dijo revisándolo.

—Estoy bien... solo a Ron se le rompió la varita, pero estamos bien. Lo siento, profesor Snape. Fue una emergencia, la barrera se cerró y no había otra forma de llegar. En realidad no es culpa de Ron, fue idea mía. Si alguien tiene que ser expulsado soy yo.

—Bueno, como jefa de la casa de Hufflepuff, la profesora Sprout es quien debe tomar las medidas apropiadas con respecto a Ron.

—Iré por mis cosas entonces... —dijo Ron apenado.

—¿De qué habla, Weasley? —le dijo ella amablemente.

—Me va a expulsar, ¿no?

—No hoy, señor Weasley. Pero debo asegurarme de que entienda la seriedad del asunto. Esta noche escribiré a tu familia, pero me temo que estás castigado.

—En cuanto a usted, señor Potter. Me gustaría hablarle personalmente, y en privado si se puede... —dijo Snape mirando severamente al resto.

—Hasta crees que lo voy a dejar solo contigo. —le dijo Sirius.

—Ay, ya, por favor. Es su jefe de casa, Sirius. Y yo también me voy a quedar —le dijo Regulus—. Compórtate.

—¿Qué haces aquí a todo esto? —le dijo Harry.

—¿No te dijeron? Desde que se necesitan dos maestros para cada puesto, soy uno de los maestros de defensa contra las artes oscuras.

—Ya le explicas. —dijo Regulus.

—Yi li ixpliquis —le hizo una mueca—. Nos vemos, Harry.

—Y se supone que es el mayor. —dijo Regulus entre dientes.

...

—¿Donde estabas?

—Es una historia larga. Pero acá estoy... —Harry se dejó caer en su cama—. Y traigo a Paquita Cabeza. —se quejó.

—No lo vas a creer. La chica Weasley quedó en Slytherin.

—¿Ah, sí? ¿Ginny?

—Mh. Ella. Y Longbottom estaba llorando porque no te encontraba. Yo me preocupé, pero no lloré... tanto. Quiero decir, para nada. Qué exagerado.

—Oh... ay, Neville. Debería ir a decirle que llegué. —Harry se levantó.

—¡Espera! —Draco lo agarró del brazo y se sentó a su lado—. Cuéntame por qué no estabas en el tren.

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