Troll

1.2K 158 262
                                    

En la mañana de Halloween se despertaron con el delicioso aroma de calabaza asada flotando por todos los pasillos.

Lo mejor fue que el profesor Flitwick anunció en su clase de Encantamientos que pensaba que ya estaban listos para empezar a hacer volar objetos, algo que todos se morían por hacer; desde que vieron cómo hacía volar el sapo de Neville.

El profesor Flitwick puso a la clase por parejas para que practicaran. La pareja de Harry fue Draco (lo que fue un alivio, porque Neville había tratado de llamar su atención). Ron, sin embargo, tuvo que trabajar con Hermione.

Era difícil decir quién estaba más disgustado de los dos. Ella no les hablaba desde que vieron ese perro gigante de tres cabezas.

—Y ahora no se olviden de ese bonito movimiento de muñeca que hemos estado practicando —dijo con voz aguda el profesor; subido a sus libros, comode costumbre—. Agitar y golpear; acuérdense, agitar y golpear, y pronunciar las palabras mágicas correctamente es muy importante también, no se olviden nunca del mago Baruffio, que dijo «ese» en lugar de «efe» y se encontró tirado en el medio del Sahara.

Era muy difícil. Harry y Draco agitaron y golpearon, pero la pluma que debía volar hasta el techo no se movía del pupitre.

—A ver, concentración. —dijo Harry. Se quedaron callados un momento, para luego explotar en carcajadas.

—¡Pero no pongas esa cara! —le dijo Draco.

—¡Es mi cara! —se rió Harry.

—A ver, a ver. Wingardium leviosa. —dijo Draco haciendo el movimiento y la pluma se elevó hasta el techo.

—¡Genial!

—Muy bien, cinco puntos para Slytherin. —dijo Flitwick.

Seamus, que estaba junto a ellos se puso tan impaciente que pinchó la pluma con su varita y la hizo explotar en su cara. Ron, en la mesa próxima, no estaba teniendo mucha más suerte.

—¡Wingardium leviosa! —gritó, agitando sus largos brazos como un molino.

—No. espera, espera, espera. Le sacaras un ojo a alguien. Además, lo estás diciendo mal. —Harry oyó que Hermione lo reñía—. Es leviOsa. No leviosA.

—Hazlo tú si te crees tan lista. ¡Hazlo!—dijo Ron con rabia.

Hermione se arremangó las mangas de su túnica, agitó la varita y dijo las palabras mágicas. La pluma se elevó del pupitre y llegó hasta más de un metro por encima de sus cabezas.

—¡Oh, bien hecho! —gritó el profesor Flitwick, aplaudiendo—. Cinco puntos para Ravenclaw y Hufflepuff.

—De nada. —le dijo Hermione.

...

—Es leviooooosa, no leviosá—dijo a Ron, cuando se abrían pasoen el pasillo—. Con razón no tiene amigos.

—Palabras muy fuertes para un Hufflepuff. No me caes tan mal. —dijo Draco.

—Ay, no sean así... —dijo Harry.

—¡A nadie le gustan las sabelotodo! —dijo Ron y alguien chocó contra él. Era Hermione.

Los tres pudieron ver su cara y les sorprendió ver que estaba llorando.

—Creo que te escuchó. —le dijo Harry.

—¿Y qué? —dijo Ron, aunque parecía un poco incómodo—. Ya debe haberse dado cuenta de que no tiene amigos. Deja que se vaya a su tonta clase de introducción para novatos Muggles.

🍏No Fun Club🍏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora