Disappointment

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—¡Están empatados en el primer puesto, Harry! ¡Krum y tú! —dijo Charlie Weasley, precipitándose a su encuentro cuando volvían para el colegio—. Me voy corriendo. Tengo que llegar para enviarle una lechuza a mamá; le prometí que le contaría lo que había sucedido. ¡Pero es que ha sido increíble! Ah, sí... me ordenaron que te dijera que tienes que esperar unos minutos. Bagman les quiere decir algo en la tienda de los campeones.

Ron dijo que lo esperaría, de forma que Harry volvió a entrar en la tienda, que esta vez le pareció completamente distinta a que cuando iba a empezar la prueba: acogedora y agradable.

Recordó cómo se había sentido esquivando al colacuerno y lo comparó a la larga espera antes de salir... No había comparación posible: la espera habíasido infinitamente peor. Fleur, Cedric y Krum entraron juntos.

Al verlo, Cedric, sonrióy le dijo:

—¡Lo has hecho muy bien, Harry!

—Y tú. —dijo Harry, devolviéndole la sonrisa.

—¡Muy bien todos! —dijo Ludo Bagman, entrando en la tienda con su andar saltarín y tan encantado como si él mismo hubiera burlado a un dragón—. Ahora, sólo unas palabras. Tienen un buen período de descanso antes de la segunda prueba, que tendrá lugar a las nueve y media de la mañana del veinticuatro de febrero. ¡Pero mientras tanto les vamos a dar algo en que pensar! Si se fijan en los huevos que están sujetando, verán que se puede abrir... ¿Ven las bisagras? Tienen que resolver el enigma que contiene el huevo porque les indicará en qué consiste la segunda prueba, y de esa forma pondrán prepararse para ella. ¿Está claro?, ¿seguro? ¡Bien, entonces pueden irse!

El lugar quedó vacío muy rápido, todos parecían desesperados por ir a descansar.

Harry se dispuso a salir de la tienda también, pero Cedric lo jaló hacia el otro lado y le dio un inesperado pero bien recibido beso, contra una mesa.

Las cosas no se detuvieron para nada ahí. Esa misma noche mientras todos estaban cenando, Cedric lo metió en su cuarto. Harry pensaba que estaba teniendo uno de sus mejores sueños húmedos, que cumpliría todas sus fantasías sexuales y que esa noche iba a quedar sin piernas, que no podría caminar durante días, que iba a ser la noche más salvaje que tendría nunca.

Pero qué equivocado estaba...

Esa noche fue la noche en la que Harry tropezó en el agujero directo a tocar fondo.

Al ir a la situación, el mayor no tardó en desvestir a Harry y manosear como si fuera una masa de pan. Tenía buen tamaño, se movía bien, besaba bien, pero... just wasn't it.

Cedric era guapo, sexy, amable, bien dotado y talentoso, pero no sabía tocar a Harry, no sabía aunque le dijera y terminó cuando Harry estaba empezando. Lo único que quería era salir de ahí ya.

Había bajado del dormitorio de Fred después de hacerlo un montón de veces. Pasaba noches enteras ahí, se quedaba a conversar y regresaba con una sonrisa, pero esa vez, salió de los dormitorios de Hufflepuff por primera vez sintiendo que daba the walk of shame. Y salió rápido, casi como escapándose.

Quizás era el cansancio, pensó Harry, fue un día agotador, no podía ser así de malo en la cama. Imposible, inaudito. Sí o sí era eso, o quizás incluso era su culpa.

Llegó al gran comedor y se hizo un espacio junto a Fred.

—Qué rápido llegaste... ¿tan mal estuvo?

—¿Podemos hablar después? —le dijo Harry sirviéndose un pedazo gigantesco de pastel de carne.

—Damn... hueles a que estás a medias.

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