Capítulo 31

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“Club Le Plaire”, leo cerrando la puerta tras de mí. Una invitación y de ese club. «¿Estará relacionado Miguel con esta invitación?» «¿Me extraña y desea volver a verme?», me pregunto. «Tendrás que asistir para descubrirlo», me digo.  Abro el sobre para descubrir la información en su interior.

El Club Le Plaire se complace en invitarlos a la celebración:

“Mi cuarta década dorada”

Hora 3:00 pm

Fecha 14 de octubre

Abro la caja blanca con un lazo en dorado y me encuentro con un sencillo antifaz negro pero muy elegante. Al parecer debo asistir con esto. Debe ser una celebración especial y bastante privada. Ahora si no tengo dudas de que Miguel tiene que ver con que haya sido invitado. Pero esperare al día de la celebración para agradecerle. Sera una tarde muy especial. Solo eso me pareció algo extraño. Es un horario inusual para una fiesta en un club de sexo. Tengo que asistir y descubrirlo.

Subo a mi habitación y dejo la invitación y la caja en el vestidor. Separo una camisa azul eléctrico de franela, un jean de Armani y zapatos a juego. Quiero estar guapo para la cena de esta noche.

En la cocina le pido a la nana que por favor prepare un menú típico de nuestra cocina italiana milanesa. Ella me dice que hare un exquisito risotto y estoy seguro que será una delicia, como todos los platillos de mi nana. Luego aviso a los demás que tendremos visitas y mi hermana no está muy feliz con la noticia. Es más que claro que no le agrada Laura, solo espero que la cena sea lo más amena posible.

Me encierro en el despacho. Necesito revisar el informe enviado por mi abogado, pero en ese momento recibo una llamada de Leandro.

—Hola hermano. ¿Todo bien por la empresa? —digo al descolgar.

—En la empresa todo perfecto. El problema… —Hace silencio y un escalofrió me recorre el cuerpo. —Es Paolo.

—¿Qué ocurre con Paolo? —pregunto a la vez que me levanto de la mesa y cierro la puerta del despacho con seguro —¿Está bien?

—No sé. No sé nada. Su padre y su hermano menos. Lo único que sé es que su cuenta bancaria esta en cero.

—¿Qué? —pregunto alarmado, pero bajo —¿Para qué va a querer tanto dinero?

—No sé, pero tiene que estar metido en un lio gordo.

—¿Tú crees que esté relacionado… —No me atrevo a terminar la frase.  

—No creo el salió de eso hace mucho. Tú mismo lo ayudaste a dejar ese mundo. No, no puede haber caído de nuevo.  No puede —grita Leandro al otro lado de la línea.  

—Pues no se me ocurre más nada.

—Estoy preocupado Maxi. En serio Paolo no es así. El no hace estas cosas. Aquí pasa algo y grave.

—¿Has llamado a Andrea? Seguro sabe dónde está o algo.

—Esa bruja también desapareció y no contesta el maldito teléfono.

—Estarán juntos —menciono

—No —grita —. Paolo no soporta a esa mujer. Él no está con ella. Tiene que estar metido en algún problema y tenemos que averiguar en qué. Somos sus amigos y es nuestro deber ayudarlo.

Con mi mano libre me froto el puente de la nariz. —No sé cómo —termino diciendo.

—Yo tampoco, pero entre los dos seguro encontramos una forma.

Sin miedo te ElijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora