Capítulo 24

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El día ha sido complicado. En pocos instantes el cumpleaños dejo de ser todo risas, conversación, ricos platillos para convertirse en gritos, golpes y llanto. Pero el día no solo se ha tornado una angustia, dolor y sufrimiento para Allegra sino también para mí. En el momento que vi caer ese papel del bolsillo de Maximiliano sentí una fuerte opresión en mi pecho. Luego al recogerlo más que furia sentí decepción.

Algo me decía que ese número de teléfono pertenecía a la misma chica que había venido acompañando al doctor de la familia. Me acerque a la sala donde todos estaban todos estaban sentados sin que me pudieran ver y marque el número. En milisegundos el teléfono de la muchacha sonó y tomo la llamada disculpándose. La escuche atender y colgué. Lagrimas intentaron correr por mis mejillas, pero las seque antes. No me permitiría llorar más por él.

Camine hacia las escaleras no sin antes disculparme por no acompañarlos. En la habitación mire el papel una y otra vez. Cada vez sentía un dolor más agudo y profundo en mi pecho.

Siento la puerta abrirse y sé que es él. No levanto mi vista, no deseo verle su cara de mentiroso. Dice mi nombre y en eso momentos decido encararlo.

-¿Qué es esto?

Le entrego el papel y lo observo con el rostro serio. Odio que me mientan y jueguen conmigo. El observa el papel y para luego mirara fijo a mis ojos. Niega y toma aire haciéndose el ofendido.

-No es lo que estás pensando...

Le interrumpo -¿Cómo sabes que es lo que estoy pensando? -pregunto molesto por su descaro.

-Tus expresiones, tu postura y tu voz me lo dice -Intenta acercarse, pero lo detengo con mi mano. -Es el teléfono de la recepcionista del hospital. Fue muy amable con nosotros y no quise ser grosero y se lo recibí. No hay nada más.

-Como no hay nada más la invitas al cumpleaños de tu hermana.

-¿Qué dices? Yo no he invitado a nadie -contesta y veo en sus ojos que no miente, pero me da igual.

-Ella esta abajo, vino con el doctor. No me digas que no es ella porque llame al número y contesto.

-¿Qué hiciste que? -pregunta gritando -. Estas llevando esto al extremo. Le estas dando una importancia que no se merece.

-Para mí si es importante -digo tomando una postura seria e imponente -. Es importante que mi novio tenga papelitos con números de teléfono de mujer en su poder.

-Ya te dije que no es nadie y ni siquiera me había percatado que ella estaba aquí. Vamos que ni palabra hemos cruzado.

Se mantiene en su lugar observándome con esa mirada azulada que tiene el poder de derretir a la Antártida si se lo propone. En estos momentos ya mi erección comenzó a despertar. Su mirada penetrante y ese pulóver cuello V que deja a la vista su sexy pecho algo sudado me excita sobremanera.

Se acerca a mí a paso firme y sensual. -Deja de pensar estupideces y bésame. -Acerca sus labios a los míos y su respiración caliente empaña mi vista y hasta mis sentidos. Hasta olvide porque estaba molesto. -Bésame que lo necesito.

Eso hago. Pego mis labios a los suyos y lo beso. Lo beso rudo, nada dulce. Devoro sus pequeños labios con ansias, con ímpetu. Sus manos recorren mi espalda aferrándose a mi trasero. Lo aprieta y luego deja una nalgada en él. Ambos reímos sin separar nuestros labios.

Pienso y pregunto sin meditarlo. -¿Extrañas acostarte con una mujer? -Se aparta y me observa sorprendido.

-Eh. No. Creo que no -Evade mi mirada -¿Por qué la pregunta?

Sin miedo te ElijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora