Capítulo 13

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Sus palabras aún resuenan en mi mente una y otra vez: “el que me dice te amo después de que: un beso, una follada…” “No me hagas reír”. Al parecer solo soy una follada, que le gusto, pero no le interesa repetir. Siento sus palabras clavarse en mi corazón como estillas de madera, provocándome un dolor agonizante. Me enamore de ese idiota y ahora ver la realidad ante mis ojos, escuece. Derramo alcohol en la herida con toda intención de lastimar. Decirle “Te Amo”, que ha pasado entre nosotros, para tener tales sentimientos. El amor no se elige, solo sucede y maldita sea siempre elijo a los equivocados.

La voz fuerte de un hombre y ese nombre, hace que vuelva a la realidad. Quien grita así a una mujer. Lo peor, como es que ella se deja tratar así.

—Súbete maldita mierda. Allegra me estás haciendo perder la paciencia.

—No te molestes, pero tengo que verme con el profesor Miguel, es sobre la tesis ahora no puedo.

—Me importa poco que tengas que ver al marica ese. Tenemos que hablar. Te vienes conmigo y es ahora.

Allegra se sube al auto sin poner el mínimo de resistencia. No alcance a distinguir su rostro. Las ventanillas del auto todas son oscuras y desde mi ángulo no me permitía observar por la única ventanilla que estaba bajada. ¿En qué relación toxica y denigrante se encuentra Allegra? ¿Sabrá Maximiliano de algo así? Seguramente no.

Busque en mi teléfono su número y marco repetidas veces, no responde. Tendré que ir a su empresa, pero de que me atiende me atiende. Esto lo hago por Allegra, esa niña le roba el corazón a cualquiera que la conoce. No dejare que un imbécil la trate de esa forma. Maximiliano ya es un punto y aparte en mi vida. Me duele aun, no voy a negarlo. Al menos le agradezco que haya cortado pronto, antes que yo estuviera hundido aún más en mi amor por él. Al menos ahora tengo oportunidad de olvidarlo. Entre nosotros no paso mucho más que unos besos y ... no pienso repetir sus palabras. Su manera de expresarse sobre lo que hicimos, hace de mi dolor una tortura. Para mí no fue eso, realmente duele que él lo sienta de esa forma.

—Buenos días Alexia.

—Buenos días, señor Cavalli. ¿Desea algo? —Es que al parecer no entiende, nunca dejara de decirme así.

—Necesito hablar con el señor De Rossi, es importante

—Espere un momento, le aviso a ver si puede atenderlo. —Antes de que entre a la oficina de su odioso pero atractivo jefe, la detengo.

—¡Alexia! Dígale que es sobre Allegra y que es urgente.

(Toc – toc – toc)

—Adelante.

—Permiso señor. El señor Cavalli, está afuera y desea verlo. Dice que es urgente, sobre su hermana.

Levanto mi mirada, dando toda mi atención a las palabras de Alexia. Quizás sea solo una excusa para hablar conmigo, pero no creo que sea capaz de usar el nombre de mi hermana para eso. Además, él tiene más contacto con ella, la ve más a menudo en su entorno, seguramente noto su desanimo. «¿Se preocupa por mi hermana?», pienso. Bueno es su alumna, quizás es solo por eso y mi hermana es encantadora también. Realmente me hace muy feliz saber que le interesan los míos. Pero que digo. Ibas a dejarlo atrás Maximiliano, ¿recuerdas?

—Puede decirle que pase. Por favor nos traes unos tés de naranja, endulzados solo con miel.

—Enseguida señor.

—Gracias Alexia

Mi secretaria sale de la oficina y en unos instantes mis ojos se encuentran con los ojos más hermosos nunca vistos. ¿Les he dicho que son de un color azul? No es el hecho que sean azules, es que parecen desprender electricidad cundo te observa. Además, tiene una mirada trasparente, la cual deja explorar su alma. Ahora mismo eso es un puñal directo a mi corazón. Sus ojos expresivos demuestran el dolor que siente al verme. He lastimado al hombre que ..., ese es el problema que siento por él; ¿deseo?, ¿curiosidad a lo nuevo?, ¿pasión desmedida?, ¿amor? Esas últimas palabras resuenan en mi mente desde que lo vi llorar frente a mis ojos.

Sin miedo te ElijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora