Capítulo 44

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El cielo azul se alzaba con un hermoso celaje del cual se filtraban algunos rayos de sol. Los viñedos aun con algunas gotas de roció han comenzado a desprenderse de su color verde mayo para dar paso a tonos amarillos y hasta rojizos. Sultán, mi altivo corcel azabache hacia el contraste perfecto con la claridad del día.  Mientras que ella, mi princesa, resultaba colosal entre el paisaje que se hacía minúsculo ante su presencia.
Disfrutábamos de nuestro picnic entre bocados, sorbos de vino, una conversación muy amena que nos permitía conocernos cada vez más y lo mejor su sonrisa. Esa sonrisa que no se deslinga ni un solo segundo de sus labios. Esa sonrisa que emite vida, que es luz de todos los colores, que es madrigal, alabanza y sensibilidad. Una sonrisa que sin dudas es merecedora de presumir.
Para mí es un hecho lucir mis dos más grandes joyas. Luchare por ello, aunque el mundo me señale como egoísta. Si en ser egoísta esta mi felicidad y la de las dos personas que mi corazón se dio permiso de amar, pues seré el hombre más egoísta de este mundo. De una mano me sentiré garboso por ser complacido día y noche con la sonrisa más tierna, compasiva y de la tonada más amorosa jamás cantada. De mi otra mano seré un distinguido suertudo por permitirme la dicha de su sonrisa a veces casta, misteriosa, pero siempre profunda y sincera en su sentir.
«Son ellos dos o soy yo solo».
Ella mira el horizonte. Observa el paisaje ante sus ojos mientras bebe de su vino sin borrar de sus labios esa delicada y amplia sonrisa. Me acerco suave a su espalda sin hacer ruido. La tomo desde atrás entre mis brazos. Dejo suaves, húmedos y cálidos besos en su cuello. En ella provoca que se erice, pero no rechaza mis caricias todo lo contrario se deja llevar dándome más acceso a la zona. Me encanta así de receptiva.
Es mi primera vez con alguien sin experiencia y eso me hace sentirme nervioso, pero sobre todo cauteloso. Lo menos que quiero es lastimarla o hacer de esta una mala experiencia. Quiero que guarde su primera vez como un recuerdo anhelante, dulce, satisfactorio, pero sobre todo cargado de amor y la pasión que siento hacia ella.
Laura deja la copa a un lado y se gira quedando frente a mí. Nos abrazamos rodeándonos con nuestras piernas y brazos. Nuestros labios ansiosos se buscan con una sonrisa dibujada en ellos. No demoro más el hecho y con mi mano en su cuello acerco su rostro al mío.
Me apodero su sus suaves y jugosos labios tomado de ellos esa esencia dulce que caracteriza a mi princesa. Responde a mi beso de la misma forma con intensidad, pasión y deseo de tomar del otro lo que tanto anhelamos. Sus brazos y los míos recorren nuestros cuerpos. Nuestras caricias son pausadas, degustando el tacto con el otro. Mi mano traviesa se cuela por debajo de su ropa. Necesito sentir piel con piel. Sentir como sus poros se erizan tras el tacto de mis manos sobre su cuerpo desprotegido pero ansioso de sentir.
Sus manos temblorosas se acercan a mi camisa con la intención de desprenderme de ella. La ayudo en su intento quitándomela de un solo movimiento.
Con mi torso desnudo para ella sus manos se posan sobre él. Me mira avergonzada, pero con una chispa de deseo y ansias en sus ojos que hace que todo en mí se prenda. Guio sus manos lentamente sobre mi piel. Hago que presione en esas zonas que se activara aún más mi deseo y es una señal directa en mi hombría.
Sus manos comienzan a tomar seguridad sobre mi cuerpo siendo ella quien me acaricia sin necesidad de mi guía. La dejo explorarme sintiéndose tan atento el tacto suave de sus amos sobre mi dura musculatura.
Sin decirle ella toma la iniciativa pegando sus labios a mi denuda piel. Solo me dejo hacer, dándole la confianza y seguridad que necesita. Comienza desde más debajo de mi cintura, muy pegada a esa zona donde ya mi hombría despertó y pide que la liberen de su encierro.
Sus besos son lentos recorriendo cada milímetro de mi piel. Su rastro húmedo causa estragos en mi miembro electrificando la zona una y otra vez. Va subiendo de a poco llegando hasta mis pectorales. Se apodera de ellos haciendo circulo hasta morder, besar y enloquecer a mis aureolas.
—¡Ah! —gimo cada vez que tira de la punta —. No pares por favor —pido mientras con mis manos me desabrocho el pantalón.
—¿Te gusta? —pregunta ella para retomar su serie de besos, mordidas y lametones.
—Me encanta —respondo tomando su rostro entre mis manos.
Comienza a besarla y lo hago sin una minúscula gota de delicadeza. Exploro su boca con mi lengua. Estiro sus labios como si de estos extrajera la esencia de la vida eterna. Ella se derrite ante mi efusividad y me encanta tenerla así, rendida a mí, a mis deseos, a nuestras pasiones.
—Ahora me toca a mí ver tu cuerpo desnudo. 
Hablo y el despojo de su ropa. Queda totalmente desnuda. Su piel blanca brilla ante los rayos de sol. Baja la cabeza avergonzada. Intenta tapar sus senos de mi vista insistente, pero la detengo.
—No te ocultes ante mí. Quiero verte. Quiero ver tu hermosura.
Se mantiene callada evitando mi mirada. La tomó de su mentón alzando sus ojos hasta quedar en línea con los míos.
—Podemos parar si así lo deseas. Yo puedo esperar.
—No, no —responde de inmediato —. Quiero esto. Quiero ser tuya en todos los sentidos. Es solo que…
Hace silencio.
—No tienes que sentir pena conmigo Laura. Eres hermosa y quiero verte así, sin nada, disfrutar de tu cuerpo que es perfecto para mí. ¿Me dejas?
Ella asiente, pero a mí no me vale. Necesito de sus palabras.
—¿Laura me dejas ver, tocar y hacer que tu cuerpo y el mío se fundan en uno solo?
—Si Maxi es lo que más deseo.
Su respuesta me brinda carta blanca para llevarla del cielo a la tierra por hoy. Aun no es momento de mostrarle mi infierno de perversidades.
—Acuéstate sobre el mantel —le pido y ella lo hace.
Mientras yo me despojo de la ropa que aun llevo de caderas hacia abajo. Quedo al igual que ella desnudo del todo. Mi miembro erecto bambolea ante sus ojos que no logran perderlo de vista. En mis labios se asoma una sonrisa maliciosa. Es su primera vez de seguro viendo a un hombre así, su asombro y vergüenza es una reacción normal. Me toca a mí hacerla sentir segura, por eso voy despacio y asegurándome de que cada movimiento sea deseado por ambos.
—Estas preciosa sobre esos cuadros rojos —digo y me acerco a sus labios.
Beso su boca que me recibe sin problemas. Las manos de ella se aferran a mi espalda desnuda y mi miembro palpita sobre su pelvis. Con una de mis manos lo sostengo acomodándola sobre su zona. Zona que comienzo a masajear suavemente haciendo que la humedad en ella salga de su interior.
Beso su cuello dejando un rastro húmedo hasta sus senos. Los degusto con ansias apoderándome del todo de ellos. No son muy grandes así que me caben en la boca casi enteros y así lo hago. Me los como en toda su extensión siempre dándole la mayor atención a sus rosadas aureolas. Las lamo, las beso y muerdo dejándolas duras, hinchadas y de un tono rojizo que resalta sobre su blanca piel.
—Maxi —gime mi nombre y eso es música celestial para mis odios.
Mis dedos comienzan a masajear ese pequeño botoncito en su intimidad. Hago círculos, doy leves toques como si de un timbre se tratara y lo presiono siempre con delicadeza provocando junto a mis caricias sobre sus senos que su cuerpo empiece a sentir ese éxtasis que tanto deseo ver en cada milímetro de su hermoso cuerpo.
—Solo siente. Déjate llevar por mis caricias.
Continuo y aumento la intensidad en su sexo cuando noto que la humedad es la suficiente para ser un poco más rudo. Ella lo recibe gustosa entre gemidos y jadeos. Su cuerpo debajo de mi comienza a perder fuerza, a dejarse llevar por mis caricias.
—Córrete para mi Laura —pido haciendo de mis movimientos aún más rápidos —Vamos nena que deseo mucho probarte.
No dejo de tocarla. Lo hago una y otra vez sintiendo como su cuerpo se hace rígido y comienza a convulsionar debajo de mí. Sus ojos se nublan y sus gritos se hacen más intensos. Todo indica que lo disfruta u el orgasmo de placer comienza a escurrir por mis dedos. Aun así, no me detengo todo lo contrario aumento la velocidad de mis dedos sobre su hinchado y abultado clítoris. 
—Por favor —suplica entre espasmo y espasmo —Maxi por favor detente.
—Como que me detenga mi princesa si esto apenas esta comenzando. —Llevo mis dedos con su orgasmo a mi boca y los saboreo ante su atenta mirada. —Eres deliciosa. ¿Quieres probar? —le pregunto.
Ella niega con premura. Yo dejo salir una sonora carcajada.
—Algún día lo harás y no solo tu sabor si no también el mío, pero ya habrá tiempo para ello. Hare que poco a poco pierdas esa vergüenza y seas libre, experimentes y goces de cada cosa que el sexo ofrece sin ningún tipo de tabú y prejuicios.
—Si es a tu lado Maxi sé que podré hacerlo.
—Así será mi amor. Ahora necesito que respires profundo. Voy a intentar entrar en ti.
Explico lo que voy hacer porque es un proceso doloroso. Aunque me gustaría evitarlo sé que aun así lo sentirá dolor solo espero que no le sea tanto. Que la incomodidad de mi invasión sea rápido remplazada por el placer hacerla mía.
Ella asiente y el beso es suave para que su mente se centre en eso y no piense. Con mi mano sujetando mi miembro lo guio hasta su entrada. Allí hago que solo la punta entre en su apretado agujero. asa lo siento y solo es el principio.
Sigo besando sus labios sin dejar de mirar sus celestes ojos. Sus manos se aferran a mis espaldas con fuerza. Sé que comienza a escocerle la piel, aunque mi invasión sea mínima.
—Princesa hagámoslo de una vez así el dolor será solo uno y rápido. Aférrate a mí con fuerza, no tengas temor en clavar tus uñas si así lo necesitas. Te amo Laura.
Con esas palabras me hundo en ella de una sola estocada.
—¡Ah!
Mi castaña grita y esta vez no es de goce. Sus ojos celestes se empañan de ese líquido transparente que llamamos lágrimas. Aun cuando deseo evitar cualquier dolor en ella sé que muchas veces ese poder ha de escapar de mis manos.
No me muevo solo me quedo quieto dentro de ella. Sus paredes presionan mi miembro que se siente tan gustoso como cuando se encuentra dentro del apretado culito de Miguel. La sensación es muy similar. Mil veces más gustosa que con esas tantas mujeres experimentadas que han sido mis amantes.
Beso y no solo sus labios si no toda su piel. Mejillas, ojos, cuello, pecho, senos. Le doy atención, caricias sin reparos haciéndola olvidar el dolor vivido. Cuando vuelve a ella esa excitación, ese goce es cuando lentamente me muevo en su interior.
—Que apretada y deliciosa estas —digo aumento el ritmo lentamente.
Las manos de Laura sobre mi piel que estaban aferradas con fuerza empiezan a soltarse y me acarician con lentitud.
—Vamos a disfrutar los dos. 
—Te amo Maxi —expresa pegando sus labios a los míos y la dejo hacer.
Muevo mi cadera en círculo sobre ella haciendo que mi miembro explore todo su ajustado interior. casi no hay espacio para mi dentro de ella de lo apretada que es. me muevo sin detenerme mientras nuestros labios danzan.
Estocada tras estocada me siento más grueso, duro y ansiosos por liberarme. Su estreches no ayuda mucho a controlar este deseo interno que se apodera de mí.
Dejo sus labios y tomo sus senos. Los muerdo y chupo con premuera haciendo que la excitación en Laura crezca para que se acerque el orgasmo antes que el mío pueda convertirse en un hecho.
Nuestros jadeos se confunden y cada vez siento más calor incendiar mi cuerpo. No puedo resistirme mas y la toma con fuerza un ay otra vez sintiendo llegar hasta lo más profundo de ella. En sus ojos se ve que lo disfruta así que eso me da el pase para seguir con mis feraces embestidas mientras disfruto de sus senos que cada vez se ponen más rígidos, abultados y rojizos para mí.
—Maxi —grita liberándose y cuando siento ese líquido caliente correr por mi miembro es el aviso para dejarme ir yo.
—Laura —digo dando mis últimos movientes dentro de ella.
Descargo todo mi orgasmo que se une al suyo y en fuerte abrazo ruedo dejándola a ella sobre mí. No le permito salir de mi interior. Beso una y otra vez todo su cuerpo mientras ella sonríe haciendo del día algo especial.
Me siento el ser más feliz y especial de la tierra gozando de la calidez que me ofrece su sexo.  Así seguimos unidos y disfrutando de las caricias del otro sin importar nada más que nosotros.

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⏰ Última actualización: May 31, 2022 ⏰

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