La tarde transcurrió bastante rápido. Aprovechamos la comida para organizar la sorpresa por el cumpleaños de mi hermana, ya que ella decidió comer en su habitación. Yo era el encargado de mantenerla lejos y entretenida en lo que los padrinos, la nana y Miguel se encargaba de decorar la casa y elaborar los exquisitos platillos a degustar en la fiesta sorpresa. No me sería difícil convencerla de salir porque teníamos que asistir al doctor para confirmar lo que ya era un hecho. Además, yo necesitaba que el doctor me explicar como debíamos proseguir en su cuidado y el de mi sobrino. La seguridad y bienestar de ambos era lo primordial. También llame a mis amigos, por supuesto los tres confirmaron su asistencia. Aunque Paolo me aclaro que asistiría solo pues Andrea se encontraba en una exposición junto a su amiga Dalia en Londres y no regresaba hasta el miércoles. Su presencia no era muy necesaria, a decir verdad, prefería que no asistiera. Mi pequeña no la soporta, no me pregunten el porqué, no tengo idea. Solo les puedo decir que es así desde que la conoció en la cena de compromiso que se realizó en casa de los padres de Paolo. También he notado que el sentimiento es mutuo, para Andrea mi hermana tampoco es de su agrado. He decido estar al margen, creo que es lo mejor, además no ha pasado de un simple desagrado sin motivos.
Me desperté con los primeros rayos de sol que se asomaron por la ventana. Me duché y vestí para ir a despertar a mi eterna dormilona. Si antes dormía como perezoso, ahora embarazada, se convertirá en una marmota. Solo espero que su humor no cambie, pues me tocara aguantar todo a mí. Me he descargado en el IPad varios libros sobre el proceso por el que transcurren las embarazadas y los cuidados que se debe de tener. De lo poco que he leído me quedo bien claro que las hormonas hacen una revolución lo que puede desencadenar en cambios de humor constantes, un gran deseo sexual o la disminución considerable de este, me inclino porque suceda lo último. Mi sobrino no necesita de ningún imbécil que invada su espacio y menos el desgraciado que tiene por padre.
Desayunamos todos reunidos junto a la nana en la cocina. Nos hicimos los desentendidos con respecto a la homenajeada. Estuve en varias ocasiones a punto de mandar todo al carajo y llenar a mi bello girasol de besos, apapachos y muchas felicitaciones. Se mostraba cabizbaja, acongojada y nostálgica; eso me rompía el corazón en mil pedazos. Aun no sé cómo pude aguantarme.
Vamos camino a la cita con el doctor y la expresión de mi hermana no cambia. Ahora revisa el teléfono cada dos por tres y estoy seguro que espera un mensaje del idiota mujeriego.
—Llegamos —digo a lo que ella solo asiente y abre la puerta para bajarse.
Hago lo mismo y corro rápidamente a su lado. La acerco a mi cuerpo abrazándola con toda la intensión de no dejarla ir. No hablamos solo nos miramos un largo rato y es suficiente para saber que estamos unidos para siempre en la buenas, en las medianas y en las malas. Mi amor por mi hermana es incondicional. Nació espontaneo el día que la tuve en mis brazos y me sonrió desbordando ternura y supe que era toda para mí. Ella era la luz, el ancla que llego para unirme a esta familia y que la falsa en la que vivía se iluminara por un hilito de esperanza.
—Buenas estamos aquí por una cita con el doctor Giovanni Bello —digo a la recepcionista.
—Nombre de la paciente por favor —dijo la recepcionista haciendo revolotear sus pestañas demasiadas veces. Observo a mi hermana y contiene la risa. Ya por esto la muchacha se ganó mi simpatía.
—Allegra De Rossi.
—Disculpe Señor De Rossi, pero no lo reconocí —dijo dejando el mostrador de la recepción para reunirse con nosotros —. Por favor síganme, el doctor me aviso que los pasara de inmediato.
—No se preocupe señorita —dije tomando la mano de mi hermana y siguiendo los pasos de la recepcionista.
—Si esta supiera que mi hermanito juega en el otro bando no caminará como ganso —susurro mi pequeña haciendo que reirá un poco alto por su ocurrencia.
ESTÁS LEYENDO
Sin miedo te Elijo
RomanceEn una noche, por una pequeña distracción, todo cambio. Se ha apoderado de cada uno de mis pensamientos. Las huellas de sus caricias aun erizan mi piel. Su aroma está impregnado en cada uno de mis poros. Debo elegir. No será fácil dejar atrás mis mi...