Capítulo 3
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Las gotas de sudor brotaban a por montones de mis poros. Mi piel agradecía la frescura que proporcionaba a mi cuerpo vigoroso. Mi cuerpo eufórico por los últimos acontecimientos, se movía con furia en cada acción. El maestro lograba esquivar cada uno de mis golpes con facilidad. Terminamos la sección después de que lograra inmovilizarme con una técnica de control superior sobre cuatro puntos de apoyo.
—Tus movimientos han sido descoordinados. Te ha faltado flexibilidad y sensibilidad, por lo tanto te ha sobrado velocidad. Tu respiración era muy acelerada. Recuerda que en el hapkido la fuerza física por si sola no es un requisito primordial, sino, que debes combinarla con tu poder energético. —El maestro tomo una toalla del estante y una botella de agua tomando del líquido refrescante y secándose el sudor.
—Tengo muchas complicaciones y trate de sacarlas todas a través de los golpes —dije realizando la misma acción que el maestro.
—Error. No puedes solucionar los problemas a golpes. Tienes que transformarlos en energía que te de la fuerza y la confianza para resolverlos. El hapdiko es una vía para ello. Por eso se interpreta como: “el camino de la unión con la energía universal”.
—Entiendo. Tendré que trabajar en ello. —Caminamos en fuera de la sala.
—Con trabajo y esfuerzo lo logras. La técnica la has aprendido con rapidez. Solo necesitas ser más certero en tus movimientos mediante la combinación de flexibilidad, sensibilidad y velocidad. Esto lo lograras cuando tu energía y fuerza física estén en unión.
El maestro se dirigió a las duchas públicas del gimnasio, el cual se encontraba en las instalaciones de la empresa. Estaba destinado a la preparación física de los modelos, pero también podía ser usado por el resto de los trabajadores por cuotas mensuales en correspondencia con sus ingresos. Decidí ducharme en el baño de mi oficina. Luego de quitarme el sudor y sentirme fresco y oloroso comencé la jornada laboral.
En la sala de juntas comenzó la reunión que pospuse ayer. La reunión transcurrió y me mantuve concentrado y atento a las particularidades del contrato. Logre que mis pensamientos dejaran a tras al hombre que trastornaba mis días y noches. Aquel que tensaba mis fibras, erizaba mis vellos y excitaba mi cuerpo con la facilidad de simples palabras.
Aceptamos el contrato al ver su potencial como marca nueva con un proyecto novedoso. Consistía en la promoción de ropa interior exclusiva masculina para edades por encima de los 35 años. Un concepto novedoso para que los hombres continúen sintiéndose y viéndose sexys a pesar de los años. Tendría una gran aceptación entre aquellos hombres que se hacían llamar maduritos sexys. Ahora teníamos que encargarnos de buscar modelos entre las edades de 35, 40, y 50 años. Realizamos la reunión con el resto del personal: la scout, fotógrafos, estilistas y comerciales; asignando las tareas y comenzar la próxima semana con el proyecto.
Cuando me disponía a salir de mi oficina para ir a comer, mi secretaria me avisa que tenía una llamada de mi hermana. Rápidamente contesto con la esperanza que cancelara la cita de hoy.
— ¿Que desea mi hermosos girasol? —De esa manera nos referíamos a nuestra Allegra desde que nació.
Su cabellera era rubia con destellos naranjas totalmente naturales asemejándose a los pétalos de la flor. Sus ojos grises como los de nuestro padre irradiaban alegría y vitalidad. Era esbelta pero aun así pequeña comparada con mi extravagante estatura. Su energía infinita arrasaba con todo a su alrededor.
—Mi grandullón, llamo porque no podré asistir a la reunión. — «Me libre», pienso. —El profesor se adelantara para conocer el lugar y hacer su reconocimiento en cuanto al estado del sustrato y la vegetación. Al conocer con exactitud el lugar me encargo comenzara a desarrollar algunas ideas para el proyecto.
— ¡Que! —exclamo alargando la “e” más de la cuenta.
—Te dije que no podré asistir a la reunión pero el profesor estará a su hora para reunirse contigo. —Mi hermana pronuncio cada palabra con lentitud y énfasis, era su manera de molestarme.
—Llámalo y pospón la reunión para otro día en el que tú puedas asistir.
—Hermanito, tal cosa no sucederá. —Si hay alguien en este mundo que lograba hacerme feliz y a los pocos instantes enfurecerme grandemente, esa ere mi hermana. —Además lo invitaste a comer. Debe estar esperándote en el restaurante al que sueles ir.
— ¿En qué momento lo invite a comer? No recuerdo haber hecho tal cosa —digo sorbiendo grandes bocanadas de aire, con la intención de mantener la calma.
—Realmente lo invite en tu nombre —expresa como si el hecho fuera lo más normal del mundo.
—Allegra no puedes hacer compromisos sin mi consentimiento. ¡Si te digo que hoy comeré en la oficina! Tienes que consultarme antes de hacer tales compromisos en mi nombre.
—Bueno ya está hecho así que... —La interrumpo porque veo que Alexia, mi secretaria se asoma y me pide unos minutos.
—Un momento hermanita.
—Dime Alexia, ¿que se te ofrece?
—Señor disculpe la interrupción, pero un hombre lo espera afuera. Dice que es el señor Miguel Ángel Cavalli, tutor de su hermana y que viene por lo de los proyectos de las parcelas exteriores de la empresa o algo así. —Suspiro exageradamente. No existirá forma alguna que me libre de su presencia.
—Gracias Alexia. Hazlo pasar a la sala de juntas. Estaré en un momento con él, ofrécele alguna bebida por favor. —Alexia se dispone a irse para cumplir con mis órdenes pero la detengo al recordar con quien debía contactar con carácter urgente. —Alexia necesito una cita con la señorita Nicoletta para el día que esté disponible para cenar conmigo. Que sea lo más pronto posible. Me informas por email del lugar y la hora. Después te puedes ir a tu casa ya no te necesitare por hoy. Luego de mi reunión con el señor Cavalli me retirare. Gracias Alexia.
—De nada señor, es mi trabajo y lo hago con gusto —expresa mi secretaria tan amable y competente como siempre. Se retira y retomo la llamada con mi hermana.
—Hermanita, ya estoy aquí de nuevo. Por cierto tu tutor está en la empresa —digo molesto por tal compromiso innecesario.
—Te pido que lo atiendas bien y no te olvides que lo invitaste a comer. Adiós mi grandullón hermoso. —Simplemente me cuelga y me deja con semejante compromiso.
Entro a la sala de juntas y encuentro al señor Miguel Ángel Cavalli de pie frente a la enorme cristalería. Observa las hermosas vistas que ofrece de las parcelas en las que trabajara junto a mi hermana. Me detengo a observarlo. Es un hombre muy apuesto, de espalda ancha marcándose los músculos ejercitados. Viste una camisa azul cielo que se le ajusta perfectamente a su cuerpo, pantalones de corte recto en gris combinado con la chaqueta que cuelga de su mano derecha y botas de piel. Se nota pensativo intensificando su aura de sensualidad y magnetismo innata. Mi cuerpo se electrifica y se me tensan los músculos. Hace un giro de 180° como si sintiera mi presencia. Me observa detenidamente recorriendo, analizando y degustando cada milímetro de mi cuerpo con sus ojos. Debo distraer su atención de mí antes que arda por la intensidad de su mirada.
—Buenos días profesor. Allegra me informo que ella no podrá asistir. Prefiere que le muestre primero las parcelas y después nos dirigimos a comer o prefiere comer primero. Pediré que nos traigan la comida a la empresa. No quiero robare más del tiempo necesario.
No quiero comer con él pero prefiero hacerlo en la seguridad de mi empresa. En lugar de ir a un restaurante bajo la mirada de otros cuando mi cuerpo reacciona sin mi permiso y más siendo evidente que el deporte preferido de este hombre es provocarme.
—Podríamos recorrer las parcelas para poder hacer un reconocimiento del estado en que se encuentra. De esta manera nos daría tiempo a que la comida llegara —expresa con tono profesional. —Jamás crea que usted, mi señorito, me robaría tiempo. Para mí es un placer dedicarle cada hora de mi tiempo —susurra acercándose a mí con paso firme y sensual.
Mi cuerpo rígido, se tensa aún más. Sus provocaciones activan sensaciones en mi que no conocía. Será complicado, largo y agotante estar a solas con este hombre, mi manzana prohibida, por tantas horas. Eso no significa que no logre superar la prueba. Los obstáculos estarán, también mi forma de superarlos hará presencia.
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Sin miedo te Elijo
RomanceEn una noche, por una pequeña distracción, todo cambio. Se ha apoderado de cada uno de mis pensamientos. Las huellas de sus caricias aun erizan mi piel. Su aroma está impregnado en cada uno de mis poros. Debo elegir. No será fácil dejar atrás mis mi...