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Cedric:
-Alan Diggory! Ven aquí ahora mismo!- miré a Cora.- Te vas a ensuciar la ropa...!

Yo solo la miraba. Cada día que pasaba me enamoraba más.
-Que tanto miras?- preguntó leyendo su libro.- Por si no te has dado cuenta tu hijo se está ensuciando con el lodo...

-Vamos cielo...es un niño...no recuerdas cuando éramos niños?- dije abrazándola.

-Para no recordarlo.- dijo ella aún con su vista en el libro.- Eras muy molesto.- una sonrisa se apareció en su rostro.
-Yo? Molesto?- dije riendo.

Cora me miró finalmente.
-Merlín...no sabes lo que me encantan tus ojos...- dije dándole un beso.- Te lo había dicho alguna vez?

Ella río.
-Si...cada día. Ahora voy a buscar a ese terremoto.- dijo levantándose.

Yo solo miré por donde se había ido.

En ese instante vi como Alan lloraba, se había hecho daño y Cora lo consolaba.

Ver esa imagen me hizo darme cuenta de lo afortunado que soy. Las dos personas que amo más en el mundo. Estaban ahí.

Me había casado con la mujer de la que había estado enamorado desde que la vi ese día en el tren, y no solo eso sino que había tenido un precioso hijo, llamado Alan.

Mi vida no podría ser mejor...

Y ahora? Alan iría a Hogwarts, el colegio donde nos conocimos.

Me levanté de seguida y fui donde se encontraban.

Los abracé a los dos.
-Cedric...- dijo Cora a lo que yo la besé.

-Ugh, no quiero afectos de amor, gracias.- dijo Alan con una cara de asco.- Por cierto, cuando iré a Hogwarts?

-No irás si no te cambias ahora mismo....- le dijo Cora.
-Está bien...pero elijo yo lo que me pongo.- dijo para después irse a su cuarto.

-Que pasa cariño?- le pregunté al ver su cara de preocupación.

-Tengo miedo.- dijo ella.
-Miedo de que? Estoy aquí.- dije abrazándola.

-Tengo miedo de que te despiertes...- dijo.

Y de un momento a otro ya no podía tocarla.
-Cora?- dije intentando abrazarla.-Que está pasando?

-Adiós Cedric.- dijo para salir de casa.

-No, no, espera....- dije intentando salí pero era imposible, había como un tipo de barrera que no podía traspasar.

-Adiós papá! Nos vemos en otro mundo!- dijo Alan saliendo de casa.

-Qué? No! Esperarme!- dije intentando salir. Pero nada. Era imposible.

Estaba encerrado en esa casa.

-Te duele?- dijo alguien des del sofá.

Era un chico.
-Quién eres? Que haces en mi casa?- dije acercándome donde se encontraba este.

Al verle la cara me di cuenta de que era idéntico a Cora, solo que con los ojos marrones.
-Erik Fianze. Un gusto.- dijo sonriente.- Soy el hermano de Cora, es un placer conocerte al fin.

-Como..? Que haces aquí?- pregunté confundido.

-Vengo a hablar contigo...puedo?- dijo levantándose.
-Por qué no puedo salir de esta casa?- pregunté desesperado.

-Verás...siempre pensé que mi hermanita quedaría sola de por vida. Al morir, ella solo leía y leía, se alejó de todos hasta de mi madre.- dijo ignorándome.

-Así es...pensé que la carta de acceso de Hogwarts la cambiaría por completo.- dijo una señora entrando.- Y así fue.

-Usted...es la madre de Cora?- ella asintió.- No es posible...debo estar alucinando...

-Cuando mi hermana entró en Hogwarts conoció al chico que iba a cambiarle la vida. Tú.- dijo tocándome el hombro.- Gracias por hacerla feliz.

-Aunque sin embargo...un poco lento de su parte.- dijo su madre.
-Y también idiota.- corroboró Erik.- Pero lo importante es que has salvado a mi hermana.

-Esperar...la prueba, que ha pasado con la prueba? Donde estoy!?- dije dándome cuenta de que no recordaba absolutamente nada de lo anterior a estar en un cementerio.

-Cedric...- empezó su madre.- Tranquilízate. Cora está bien.- dijo con una sonrisa.

Empecé a desesperarme, que había pasado con la copa? Mi padre? Hogwarts? Nada tenía sentido.

-Cedric, para, vas a preocupar a Cora.- dijo Erik.

Paré de seguida.
-Dónde esta? Por qué voy a preocuparla? Además...por que os puedo ver a vosotros? Estáis...

-Muertos.

No. No, me negaba a pensar algo así.
-Yo no estoy muerto. No lo estoy.- dije caminando de un lado a otro.

Entonces, la casa empezó a temblar.
-Que está pasando!?- dije intentando controlar el equilibrio.

-Cedric...tranquilízate. Esto lo estás provocando tú.- dijo Erik.
-Sin embargo está funcionando...- dijo su madre.

-Que!? Alguien puede decirme que está ocurriendo!?- dije.

Ahora me faltaba aire, no podía respirar bien. Que estaba pasando?

-Cedric, antes de que te vayas definitivamente, dile a Cora que la queremos mucho.- dijo su madre.

-Buen viaje amigo.- dijo su hermano.

-Erik!?- ya no estaba, él y su madre habían desaparecido.

Me encontraba en la casa, solo. No sabía que pasaba. El temblor cada ver era más fuerte...tanto hasta el punto de que me empezara a doler la cabeza.

-Para por favor!- dije con las manos en mi cabeza. El dolor era insoportable.

-Por favor Cedric...despierta.

Una voz empezó a sonar en mi cabeza.

-Te necesito conmigo...por favor...

Era Cora. Reconocería su voz, su dulce voz. Era ella pero no estaba, sino en mi cabeza.

-Vuelve conmigo...no te vayas.

Fue en ese momento en el que el dolor era demasiado.

Caí al suelo y vi una luz. Una luz blanca al final de la puerta de salida.

Me arrastré por el suelo como pude.

-Vamos Cedric...despierta...

La voz me daba fuerzas, me daba ganas de seguir luchando con el dolor que sentía.

Finalmente, llegué a la puerta.

Al abrirla estaba todo negro.

-Te amo.

don't leave me (Cedric Diggory)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora