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Cuando Chris despertó lo primero que llamó su atención fue aquella canasta en el mueble, ¿qué hora era? ¿Se había quedado dormido? El miedo de que Changbin los hubiese visto acostados aún, hizo que se sentará rápidamente en la cama. Quiso conectar miradas con Felix, pero esto solo lo desconcertó aún más. Ninguno de sus hermanos estaba en la cama.

El miedo comenzó a recorrer su sistema, ¿Changbin los había visto dormidos? ¿Se enojo? acaso el.... ¿se llevó a sus hermanos? Esas preguntas que su mente  se encargaba de fabricar, solo comenzaban a asfixiarlo.

No es como si hubiera demasiados lugares donde buscar pero la desesperación le estaba haciendo una mala jugada. Se dirigió al baño con la esperanza que Felix estuviera bañando a los gemelos, pero no estaban ahí. Corrió desesperado hacia el cuarto observandolo bien, como si sus hermanitos estuvieran en algún rincón o camuflajeados.

En su desesperación optó por ponerse zapatos para después comenzar a golpear la puerta hasta que Changbin la abriera y explicara el paradero de sus hermanos. Los zapatos eran por precaución, por si las cosas se ponían mal.

Se encaminó hacia la cama, dejándose caer en ella para colocarse sus tenis hasta que un ruido lo detuvo. Lo volvió a escuchar. Caminó hacia las escaleras, no podía estar equivocado. Cuando llegó a éstas lo escucho claro.

Las risas de los gemelos.

Soltó el aire que parecía estar reteniendo desde que despertó y lentamente comenzó a subir las escaleras que daban al frío ático. Se detuvo unos cuatro escalones antes de llegar por lo que ninguno de los hermanos notó su presencia.
Chris amaba ver a los pequeños jugar y sonreír, por lo que se dio el tiempo de admirarlos unos momentos con una sonrisa orgullosa en el rostro. Los pequeños gemelos estaban a la derecha de aquel cuarto sentados en el suelo con sus piernitas abiertas porque en medio de éstas, se encontraban sus juguetes preferidos en plena batalla. Chris no podía describir el sentimiento que lo embargaba en ese momento, estaba feliz por ver a sus hermanos felices, pero la incomodidad de saber que podrían serlo aún más, le carcomia.
Había decidido auyentar aquellos pensamientos negativos antes de que amenazaran su estabilidad por lo que se dispuso a dar el siguiente paso, pero lo que vio lo detuvo en seco.

Felix estaba bailando.

Se encontraba a un lado de la ventana, los rayos matutinos se filtraban a través de ésta cortándose en el delicado cuerpo del menor. Felix parecía estar en su propio mundo, mantenía los ojos cerrados tal vez imaginando la melodía. Su rostro estaba pintado con las propias estrellas acariciándole la piel, haciéndola ver tan suave. Parecía intentar imitar pasos de ballet, ya que aveces se ponía de puntitas sobre sus viejos tenis.
Su cuerpo danzaba al compas de música imaginaria, sus músculos se tensaban cuando se esforzaba en alguna vuelta, pero la delicadeza sobresalía cuando sus pequeñas manitas terminaban el paso de una manera tan limpia. En ocaciones su cuerpo se inclinaba hacia atrás, dejando a la vista sus clavículas. Se veía tan delicado, tan perfecto, como un muñeco.

Chris no podía dejar de verlo. A decir verdad, nunca se había detenido a presenciar el baile de su hermano, lo había visto bastantes veces cuando su mamá le pedía que fuera por él para la cena o cuando pasaba por el estudio por casualidad. Solo veía pero nunca observaba. Diablos, su hermano era tan bueno bailando.

Cuando terminó, Felix abrió lentamente sus ojos pareciera que se estaba despidiendo de aquel mundo donde solo él podía entrar. Lo primero que encontró cuando cayó en la realidad por completo, fueron aquellos ojos oscuros asomados por la puerta del ático, la mirada era tan difícil de leer. Pero algo era seguro, un escalofrío le logró crear.

Felix se tapó el rostro con ambas manos, no estaba listo a qué alguien viera su pésimo ballet, lo estuvo practicando a escondidas de todos. Hace meses le había llamado la atención pero no había encontrado un buen maestro cercano, así que se había encargado por si solo de  tratar de imitar los pasos, posturas y vueltas que había visto. Claramente no era un profesional, pero en su mente se imaginaba bailando perfectamente con la chica de sus sueños al son de una melodía tan delicada como los pasos que seguían, admirando la alma ajena, rodeados por un círculo invisible que los transportaba a un mundo diferente.
Por supuesto que no estaba preparado para que lo vieran de esa forma, tan cursi y ajeno a la realidad.

ᎬΝᏟᎬᎡᎡᎪᎠϴՏ- ᏟᎻᎪΝᏞᏆХ ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora