Chris se sentía traicionado, arrepentido, enojado pues hace un mes que su padre había ido a verlos pidiendo su perdón y diciendo que empezarían de cero, y sin embargo, no le volvieron a ver desde entonces.
Los gemelos no le extrañaban tanto pues su infancia mayormente la habían pasado con sus hermanos mayores y por ello creían que las visitas de Minho debían de ser así, discontinuas.
Mientras que Chris era gobernado por el sentimiento de odio y traición, había hecho caso a las palabras de Felix y decidió perdonar a su padre, creyendo que ésta vez cambiaría, pero no lo hizo, nuevamente les había abandonado.
Sin en cambio, lo que más le causaba rencor era el hecho de que Felix era el más afectado por eso.
El pecoso se había pasado toda la tarde de aquel día sonriendo, diciendo que extrañaba estar bien con su padre y que, ahora que todo había vuelto a la normalidad, el encierro se le haría más ameno; pasada la semana sin rastro de Minho el semblante de Felix cambio radicalmente pues su mandíbula siempre estaba dura, tal vez por el coraje, tal vez por la tristeza, tal vez por ambas, y cuando los días comenzaron a transcurrir, Felix se iba convirtiendo en otra persona.Pasaba días llorando y maldiciendo a su padre, gritándole a la puerta, incitandolo a subir y enfrentar la realidad de sus hijos, sus responsabilidades. Chris siempre trataba de calmarlo con abrazos y caricias tiernas, aunque el corazón se le estrujara cuando el pequeño lloraba y golpeaba su pecho diciendo lo arrepentido y herido que estaba por haber perdonado a su padre.
Cuando el mes pasó, los hermanos seguían con aquella espinita en sus corazones pero se obligaron a olvidar lo sucedido, si Minho seguía su vida tranquilamente sin ellos, ellos podían hacer lo mismo.
De esa manera, según el calendario improvisado de Felix en el ático, la mañana siguiente sería el cumpleaños de Chris, nadie estaba seguro si la fecha era la correcta, podían ser incluso un mes antes o después, pero necesitaban algo con qué distraerse y por ello, los tres hermanos más pequeños decidieron hacer una fiesta para su hermano mayor.
Chris cumplía 18 años, lo que significaba que el pecoso ya había cumplido los 17 en algún momento de su estadía ahí.
Felix había hablando con los gemelos la tarde anterior mientras Chris estaba en el baño, habían acordado que el pecoso no dormiría esa noche para despertar después a sus hermanos y adornar un poco la habitación. Y de esa forma sucedió.
Cuando llegó la noche, todos se despidieron y acostaron en sus respectivas camas. Pasaron las horas y Felix se forzaba a no caer dormido: se abría los ojitos con los dedos, se daba pequeñas cachetadas, se ponía a imaginar mil cosas tratando de mantener ocupada su mente.
Cuando el tiempo pasó y sintió que la respiración de su hermano era tranquila decidió poner en práctica su plan.
Con cuidado salió de la cama, tratando de mover mucho el colchón para no hacer ruido con éste; cuando por fin estuvo fuera, decidió que él comenzaría con los arreglos, ya que no hacía falta despertar a los gemelos tan temprano.No había mucho que hacer ya que no tenían tantas pertenencias allá arriba, así que solo se dedicó a acomodar un poco el cuarto, limpiando por aquí, recogiendo cosas de allá, para luego subir al ático y hacer lo mismo, aunque a decir verdad no había tanto que levantar o acomodar por lo que no tardó tanto en volver al cuarto de abajo.
Cuando llegó, no sabía que hacer, en su mente había planeado adornar todo el cuarto y ático, juntar sus regalos en un rincón para despertar a Chris de un susto y terminar riendo, sin embargo, no tenían nada, absolutamente nada.
Se sintió triste en ese momento pues su hermano siempre se preocupaba por ellos, tratando de darles lo mejor y ahora ellos no podían retribuirle. Si tan sólo no estuvieran ahí...
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ᎬΝᏟᎬᎡᎡᎪᎠϴՏ- ᏟᎻᎪΝᏞᏆХ ✨
Fanfiction𝙻𝚘𝚜 𝚑𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗𝚘𝚜 𝙻𝚎𝚎, 𝚕𝚊𝚜 𝚙𝚎𝚚𝚞𝚎𝚗̃𝚊𝚜 𝚟𝚒́𝚌𝚝𝚒𝚖𝚊𝚜 𝚒𝚗𝚘𝚌𝚎𝚗𝚝𝚎𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚏𝚞𝚎𝚛𝚘𝚗 𝚌𝚘𝚗𝚍𝚎𝚗𝚊𝚍𝚘𝚜 𝚊 𝚟𝚒𝚟𝚒𝚛 𝚎𝚗𝚌𝚎𝚛𝚛𝚊𝚍𝚘𝚜. ֍ 𝙼𝚎 𝚒𝚗𝚜𝚙𝚒𝚛𝚎́ 𝚎𝚗 𝚎𝚕 𝚙𝚛𝚒𝚖𝚎𝚛𝚘 𝚕𝚒𝚋𝚛𝚘 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚜𝚊𝚐𝚊...