Los minutos transcurrían realmente lentos.
Chris y Felix estaban sentados en la cama, con las mochilas sobre sus hombros y las manos entrelazadas. Esperaban que las horas pasaran para poder salir, escapar de todo ese martirio que estaban sufriendo.
Cuando el Sol comenzó a descender, dando sus últimos rayos de luz, Chris habló.
-Es hora de irnos.
Entonces el mayor tomó con más fuerza la mano del pecoso. Estaba nervioso, ambos lo estaban, pero necesitaban hacer esto y ahora nada podría detenerlos.
Chris soltó la mano de Felix para tomar todas las cobijas y subirlas al ático. Felix se detuvo un momento, dejando que Chris se adelantara.
Quería un momento a solas, quería despedirse del lugar. Y aunque sonara como algo estúpido, necesitaba hacerlo.
Si bien fue su prisión durante muchos años, también fue su hogar. Buena o malamente. Vivieron ahí por casi cuatro años, ahí crecieron y se desarrollaron, ahí jugaron, lloraron y se enojaron, ahí aprendió demasiado, ahí se enamoró.
Felix llegó cuando tenía solo quince años de edad y ahora, estaba a punto de escapar con dieciocho, claramente el cuarto fue testigo de su crecimiento.
Era un sentimiento extraño, parecía nostalgia, pero también paz y anhelo. Simplemente eran demasiadas emociones para una persona tan frágil como Felix. Si Chris no hubiera estado ahí para sostenerlo y ayudarlo, tal vez la historia sería diferente.
Felix se levantó del colchón y caminó hacia el baño. Se quedó en la puerta y con la mirada recorrió todo el pequeño cuarto. Muchos recuerdos pasaron por su mente: todas las veces que jugaron al doctor, haciendo ruidos de ambulancia y paramédicos; la vez que Changbin tiró brea en su cabello y no tuvieron otra opción más que cortarlo; la noche que escuchó a su hermano hacer ruidos extraños ahí dentro; y aquellos baños que se llegó a dar con los gemelos, metiéndose con ambos en la tina, jugando a aventar agua fuertemente, mientras Chris cuidaba la puerta principal en caso de que Changbin decidiera subir.
Una sonrisa triste surcó su rostro y antes de permitirse llorar, se despidió mentalmente del baño y cerró la puerta, quería hacerlo, sabía que cuando sus pies tocaran el tren, un nuevo capitulo en su vida estaría creando y para ello, primero necesitaba terminar y cerrar el que estaba viviendo.
Giró y observó el cuarto principal.
En su primera noche, el cuarto parecía gigante, pero conforme el tiempo pasó, se fue haciendo pequeño, tan pequeño que le dificultaba respirar en ocasiones. Se convirtió en su hogar, tanto de él como de sus hermanos.
Caminó lentamente. Pasó por el mueble a un lado de la puerta y con sus dedos lo rozó, tantas veces aquel mueble sirvió para recargar la canasta de comida ahí. Sonrió. Caminó ahora hacia las camas, aquellas que, aunque eran viejas y no tan cómodas, les arrullaban cada noche para poder dormir, les servían de refugio aquellos días en donde se sentían destrozados. Se veían pequeñas, tal vez sería por las cobijas. Se despidió mentalmente también.
Se dirigió hacia las escaleras, y con pasos lentos comenzó a subir.
Cuando estuvo arriba, antes de cerrar la puerta, observó una última vez el lugar, tan familiar y tan extraño al mismo tiempo. Tanto pasó por su mente pero sólo pudo cerrar la puerta, despidiéndose de aquellos recuerdos.Giró y vió que Chris lo observaba, podía apostar todo a qué el mayor sabía lo que había hecho abajo y por ello estuvo agradecido internamente, Chris parecía leerlo completamente pero jamás lo juzgaba o hablaba de algo que él no quería, siempre respetaba su espacio y lo acompañaba bien cuando lo necesitaba.
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ᎬΝᏟᎬᎡᎡᎪᎠϴՏ- ᏟᎻᎪΝᏞᏆХ ✨
Fanfiction𝙻𝚘𝚜 𝚑𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗𝚘𝚜 𝙻𝚎𝚎, 𝚕𝚊𝚜 𝚙𝚎𝚚𝚞𝚎𝚗̃𝚊𝚜 𝚟𝚒́𝚌𝚝𝚒𝚖𝚊𝚜 𝚒𝚗𝚘𝚌𝚎𝚗𝚝𝚎𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚏𝚞𝚎𝚛𝚘𝚗 𝚌𝚘𝚗𝚍𝚎𝚗𝚊𝚍𝚘𝚜 𝚊 𝚟𝚒𝚟𝚒𝚛 𝚎𝚗𝚌𝚎𝚛𝚛𝚊𝚍𝚘𝚜. ֍ 𝙼𝚎 𝚒𝚗𝚜𝚙𝚒𝚛𝚎́ 𝚎𝚗 𝚎𝚕 𝚙𝚛𝚒𝚖𝚎𝚛𝚘 𝚕𝚒𝚋𝚛𝚘 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚜𝚊𝚐𝚊...