Las cosas no parecían ir bien.
Un mes había pasado desde que Minho los visitó.
Los primeros días, podía sentirse pesado el ambiente. Pasada la primera semana sin presencia de su padre, todos se habían rendido y dado a la idea que probablemente tardaría más de lo previsto en subir.
Chris, sobretodo, trataba de luchar consigo mismo y así no sentirse culpable de aquella situación, Felix se lo había dicho muchas veces "esto está fuera de nuestras manos" pero si era así, ¿por qué los que tenían el poder no hacían nada?La rutina los estaba consumiendo.
Lo único que llegaba a salvarlos eran los días viernes, cuando subían a hacer la limpieza.
Esos momentos se sentían diferentes, incluso un poco emocionantes al tener que esconderse para no ser vistos.
Durante aquellos días, los cuatro se levantaban más temprano de lo habitual para comenzar a guardar sus pertenencias mientras uno se arreglaba. Cuando todos estaban listos, esperaban la llegada de Changbin quien solamente les dejaba la comida sí veía aquel cuarto limpio y bien ordenado, luego, todos los hermanitos se subían al ático para encerrarse y comenzar a desayunar. Últimamente era común el que terminaran justo cuando las muchachas subían por lo que entonces aprovechaban el no tener nada que hacer para espiarlas por pequeños hoyitos en la fría madera. Nunca creerían que ver gente, escucharla u olerla sería tan reconfortante, les recordaba que no estaban solos.Pero no todo era lindo siempre.
Muchos eran los días en que los gemelos hacían sus rabietas y tanto Felix como Chris debían lidiar con ellas.
No era divertido, ni lindo, era demasiado agotador.
Parecía que ambos hermanitos siempre se ponían de acuerdo para llorar juntos, alterando a los mayores.
Cuando un gemelo comenzaba, era difícil detenerlo.Aveces los abrazaban fuerte para tratar de calmarlos, pero no servía de mucho. Las rabietas podían iniciar por cualquier cosa, desde que su juego no había salido como querían hasta porque tenían hambre o extrañaban a su papá. Los gemelos se tiraban al suelo para comenzar a patear y entonces los hermanos mayores perdían toda paciencia.
Tenían miedo que Changbin subiera a regañarlos por el escándalo, se los trataban de dar a entender, "Vamos Seungmin, el abuelo subirá y castigará si sigues así" solían amenazar con esas palabras que de poco servían.
Finalmente, los hermanos optaban por subirse encima del pequeño apresionando sus manitas y piernitas para que no emitieran más ruido.
Odiaban hacerlo pues sentían que los lastimaban pero pocas eran sus opciones, así que solo los llenaban de besos para calmarlos. Acto que siempre funcionaba después de unos minutos.Pasado el mes sin pistas de su padre, después de un viernes tranquilo como siempre, Chris había logrado conciliar el sueño o eso creía, ya que en un momento de la noche escuchó un ruido. Algo aturdido despertó sin saber si en verdad había sucedido o si era parte de su sueño; se reincorporó en la cama, sentándose mientras se tallaban un ojo tratando de que su vista se acostumbrara a la oscuridad. Unos segundos pasaron para que sus sentidos estuvieran bien despiertos cuando volvió a escucharlo. Era un pequeño golpe, casi mudo, nisiquiera podía diferenciar de qué tipo era o de donde podía ser su origen.
Algo alarmado, se levantó rápido de la cama, estaba muy oscuro así que solo podía avanzar paso a paso y tanteando con una mano.
Entre la oscuridad pudo notar la sombra de un bulto a lado de donde él se encontraba dormido hace unos momentos dando a entender que Seungmin estaba bien.
Con más cautela se dirigió hacia la otra cama, ahí la oscuridad era más prominente por lo que optó por pasar su mano encima del colchón. Pudo sentir los pequeños piecitos de Jeongin, los cuales se movieron rápidamente al sentir el contacto, con una sonrisa en el rostro por aquella tierna reacción, Chan siguió pasando su mano por las cobijas hasta donde se suponía que estaba Felix.
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ᎬΝᏟᎬᎡᎡᎪᎠϴՏ- ᏟᎻᎪΝᏞᏆХ ✨
Hayran Kurgu𝙻𝚘𝚜 𝚑𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗𝚘𝚜 𝙻𝚎𝚎, 𝚕𝚊𝚜 𝚙𝚎𝚚𝚞𝚎𝚗̃𝚊𝚜 𝚟𝚒́𝚌𝚝𝚒𝚖𝚊𝚜 𝚒𝚗𝚘𝚌𝚎𝚗𝚝𝚎𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚏𝚞𝚎𝚛𝚘𝚗 𝚌𝚘𝚗𝚍𝚎𝚗𝚊𝚍𝚘𝚜 𝚊 𝚟𝚒𝚟𝚒𝚛 𝚎𝚗𝚌𝚎𝚛𝚛𝚊𝚍𝚘𝚜. ֍ 𝙼𝚎 𝚒𝚗𝚜𝚙𝚒𝚛𝚎́ 𝚎𝚗 𝚎𝚕 𝚙𝚛𝚒𝚖𝚎𝚛𝚘 𝚕𝚒𝚋𝚛𝚘 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚜𝚊𝚐𝚊...