~ 35 ~

2.2K 332 357
                                    

Esa noche, cuando los nervios habían abandonado sus cuerpos, decidieron que lo primero por hacer era esconder el dinero en un lugar donde nadie pudiese encontrarlo, así que Chris comenzó a buscar su antiguo libro de medicina, aquel que su padre le regaló hace tanto tiempo, y con las tijeras cortó algunas páginas, haciendo que quedara un hueco entre las hojas pero que al cerrarse, pareciera un libro normal.

Y entonces, desde ese día los hermanos procuraban bajar cada tres días, para no levantar sospechas en cuanto a la disminución del dinero.

Por lo general, no conseguían mucho ya que parecía ser que los adultos  guardaban muy bien su efectivo, sumado a que en las demás habitaciones con trabajos y había objetos de valor. Era costumbre que bajaran ambos y luego se dividieran en diferentes habitaciones para lograr conseguir un pequeño bonche de dinero.

Así pasaron alrededor de tres semanas con ésta técnica de "robo" y esa noche, los hermanos se encontraban bajando las escaleras, despacio y en silencio, como siempre.

Llegaron al segundo piso y antes de que Felix continuara bajando, le tomaron el brazo.

-Espera- Chris susurró- creo que hoy debemos dividirnos, yo revisaré el segundo piso y tú el primero, una vez que estemos listos subiremos directamente al ático.

-Pero Chris...- el pecoso tenía miedo.

-Será más rápido si lo hacemos así, no tardemos más de diez minutos y pase lo que pase subamos directo, no me pases a buscar aquí porque puede que yo ya haya subido- el nerviosismo en los ojos de Felix aún era notable- subiré, lo prometo... no más de diez minutos.

Entonces Chris besó la frente de Felix y caminó hacia una de las recámaras; el menor tragó duro y obligó a sus piernas bajar.

Una vez que el pecoso llegó al primer piso, comenzó revisando las habitaciones de huéspedes, pero como siempre, no había nada ahí dentro.

Caminó directamente a la habitación de Minho, pero al momento de abrir quedó helado.

El ahora nuevo esposo de Minho estaba recostado en la cama, traía un traje negro, mantenía sus ojos cerrados y su manos descansando en su pecho, con una piernas doblada y la otra estirada.

Pensó que lo había visto o escuchado pero al parecer el hombre estaba dormido y aunque cualquier persona normal hubiera decidido huir en ese preciso momento, Felix no lo hizo, el gusanito de la curiosidad le ganó y entró.

Caminó lentamente, buscando con la mirada que Minho no estuviera ahí, y al parecer así era pues no se escuchaba ruido en ningún lado.

Revisó lentamente cada cajón y por suerte encontró un saco en el suelo, buscó en sus bolsillos y ¡Bingo! una billetera estaba ahí, la revisó y tenía más billetes y tarjetas de las que jamás vió, quiso llevarse todo pero sabía que eso sería muy arriesgado así que con todo el dolor de su corazón sacó unos cuantos billetes y volvió a depositar la cartera en su lugar.

Siguió avanzando por la habitación, volteando cada tanto para revisar que el hombre siguiera dormido.

Afortunadamente, llegó a encontrar muchos más billetes, algunos regados por los tocadores, otros por los cajones e incluso unos más en el suelo, juntando unos 55000 wons al final.

Cuando estaba apunto de salir con su gran ganancia, miró por última vez al hombre sobre la cama y la curiosidad volvió a ganarle.

Felix caminó lentamente hacia él.

-¿Cuál era tu nombre?- susurró acercándose cada vez más- ¿Hyun..? ¿Hyunjin?

El pecoso lo miró detenidamente, delineando sus facciones y vaya que era lindo.

ᎬΝᏟᎬᎡᎡᎪᎠϴՏ- ᏟᎻᎪΝᏞᏆХ ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora