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Esa noche, cuando los nervios habían abandonado sus cuerpos, decidieron que lo primero por hacer era esconder el dinero en un lugar donde nadie pudiese encontrarlo, así que Chris comenzó a buscar su antiguo libro de medicina, aquel que su padre le regaló hace tanto tiempo, y con las tijeras cortó algunas páginas, haciendo que quedara un hueco entre las hojas pero que al cerrarse, pareciera un libro normal.

Y entonces, desde ese día los hermanos procuraban bajar cada tres días, para no levantar sospechas en cuanto a la disminución del dinero.

Por lo general, no conseguían mucho ya que parecía ser que los adultos  guardaban muy bien su efectivo, sumado a que en las demás habitaciones con trabajos y había objetos de valor. Era costumbre que bajaran ambos y luego se dividieran en diferentes habitaciones para lograr conseguir un pequeño bonche de dinero.

Así pasaron alrededor de tres semanas con ésta técnica de "robo" y esa noche, los hermanos se encontraban bajando las escaleras, despacio y en silencio, como siempre.

Llegaron al segundo piso y antes de que Felix continuara bajando, le tomaron el brazo.

-Espera- Chris susurró- creo que hoy debemos dividirnos, yo revisaré el segundo piso y tú el primero, una vez que estemos listos subiremos directamente al ático.

-Pero Chris...- el pecoso tenía miedo.

-Será más rápido si lo hacemos así, no tardemos más de diez minutos y pase lo que pase subamos directo, no me pases a buscar aquí porque puede que yo ya haya subido- el nerviosismo en los ojos de Felix aún era notable- subiré, lo prometo... no más de diez minutos.

Entonces Chris besó la frente de Felix y caminó hacia una de las recámaras; el menor tragó duro y obligó a sus piernas bajar.

Una vez que el pecoso llegó al primer piso, comenzó revisando las habitaciones de huéspedes, pero como siempre, no había nada ahí dentro.

Caminó directamente a la habitación de Minho, pero al momento de abrir quedó helado.

El ahora nuevo esposo de Minho estaba recostado en la cama, traía un traje negro, mantenía sus ojos cerrados y su manos descansando en su pecho, con una piernas doblada y la otra estirada.

Pensó que lo había visto o escuchado pero al parecer el hombre estaba dormido y aunque cualquier persona normal hubiera decidido huir en ese preciso momento, Felix no lo hizo, el gusanito de la curiosidad le ganó y entró.

Caminó lentamente, buscando con la mirada que Minho no estuviera ahí, y al parecer así era pues no se escuchaba ruido en ningún lado.

Revisó lentamente cada cajón y por suerte encontró un saco en el suelo, buscó en sus bolsillos y ¡Bingo! una billetera estaba ahí, la revisó y tenía más billetes y tarjetas de las que jamás vió, quiso llevarse todo pero sabía que eso sería muy arriesgado así que con todo el dolor de su corazón sacó unos cuantos billetes y volvió a depositar la cartera en su lugar.

Siguió avanzando por la habitación, volteando cada tanto para revisar que el hombre siguiera dormido.

Afortunadamente, llegó a encontrar muchos más billetes, algunos regados por los tocadores, otros por los cajones e incluso unos más en el suelo, juntando unos 55000 wons al final.

Cuando estaba apunto de salir con su gran ganancia, miró por última vez al hombre sobre la cama y la curiosidad volvió a ganarle.

Felix caminó lentamente hacia él.

-¿Cuál era tu nombre?- susurró acercándose cada vez más- ¿Hyun..? ¿Hyunjin?

El pecoso lo miró detenidamente, delineando sus facciones y vaya que era lindo.

ᎬΝᏟᎬᎡᎡᎪᎠϴՏ- ᏟᎻᎪΝᏞᏆХ ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora